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¿Quién es el hombre retratado por Botticelli que se exhibe en València?

Laura Julián

València —
29 de junio de 2021 16:52 h

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De Michele Marullo Tarcaniota se cuenta que fue poeta y guerrero, que defendió sus ideales desde la cultura y también con su espada. Un hombre idealista que, a pesar de morir joven, vivió “una vida plena”. “Mi abuelo compró este cuadro porque le inspiraba”, recuerda Francesc Guardans, nieto del coleccionista catalán que en 1929 adquirió el valioso retrato pintado por Sandro Botticelli a finales del siglo XV y que, desde este martes 29 de junio, se exhibe en el Museo de Bellas Artes València. “Será su casa durante los próximos tres años”, afirma el representante de la familia Guardans Cambó.

Se trata del único retrato de Botticelli expuesto en España y uno de los pocos cuadros del artista italiano en la Península Ibérica. Una obra realizada en temple sobre tabla traspasada a tela de 49 x 36 cm que eternizó a Michele Marullo, un humanista de origen griego que acabó viviendo en Florencia protegido por la familia Médici y rodeado de artistas y escritores. Se cuenta que murió ahogado en el río Cecina, en el año 1500, a los 48 años, cuando regresaba de un viaje. Su enigmática mirada ya persigue a los visitantes del museo valenciano.

El conseller de Cultura, Vicent Marzà, daba la bienvenida a València a este cuadro “especialmente relevante”, acompañado por la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, el director del museo, Pablo González Tornel, el presidente del Patronato, Fernando Delgado, la presidenta de los Amigos del Museo, María José Navarro y el propietario Francesc Guardans, quien ha destacado “la acogida espléndida” de la institución valenciana. Está valorado en 30 millones de euros.

El maestro italiano (que pintó alrededor de diez retratos) inmortalizó a Marullo vestido de negro sobre un fondo de cielo azul ceniza. Lleva los cabellos largos y su rostro es sombrío. Se desconoce quién encargó el cuadro y tampoco se sabe si fue antes o después de la muerte del poeta guerrero. Desde 1929 pertenece a la colección Cambó de Barcelona y, actualmente, es propiedad de los nietos de Francesc Cambó, quien quedó maravillado cuando vio por primera vez el cuadro. “A mi abuelo lo que le atraía era que se sentía identificado con el guerrero, con el poeta y con el hombre de cultura. Fue un hombre que defendió sus ideales y eso es un buen mensaje para todo el mundo”, cuenta Guardans de un rostro que, cuando era pequeño, “siempre” le observaba desde el salón de su casa.

“No es lo mismo cuando puedes reconstruir, no solo la identidad del pintor, sino también la identidad de la persona retratada”, opina el director del museo, Pablo González Tornel. Tal como ha explicado durante la presentación, el último retrato que se vendió del maestro Botticelli fue Hombre joven con medallón, con un anónimo protagonista, mientras que en este retrato sí se conoce la identidad. También destaca por no tener “un carácter estereotipado”. Según ha asegurado, Botticelli pintó retratos “de gente muy joven, muy hermosa y muy tipificada”. “Con Marullo es muy distinto. Es el más realista de los retratos de Botticelli, parece como si la persona que lo encargase hubiera dicho: ”No me idealices, hazme como soy“, precisaba el director.

En septiembre, el recién llegado cuadro viajará al Museo Jacquemart-André de París para formar parte de una exposición hasta finales de enero de 2022, cuando volverá a tierras valencianas, “su nuevo hogar”. Un destino más para una tela que ha viajado por medio mundo. En 2004 se prestó al Museo del Prado, donde estuvo hasta 2017. También ha sido expuesto en The Metropolitan Museum (Nueva York), Städel Museum (Frankfurt an Main), Bode-Museum (Berlín), entre otros.

Su ubicación en el museo valenciano

La obra Retrato de Michele Marullo Tarcaniota ya está integrada en la sala principal del Museo de Bellas Artes de València junto a otros cuadros y retablos del gótico e inicios del Renacimiento. Pablo González Tornel ha indicado que el retrato está acompañado de una tabla con la Virgen María y el Niño con santa Isabel y san Juan Baptista, obra atribuida a Tomás Peliguet, artista italiano documentado en Aragón entre 1537 y 1579; y de otra tabla de la Virgen María con el Niño, obra anónima de la primera mitad del siglo XVI. “Son dos piezas que, como la obra de Botticelli, subrayan la importancia de Florencia y la Toscana en la configuración del Renacimiento”, explica el historiador.

El retrato aporta “una mirada italiana” que ayuda a “comprender mejor la evolución de la pintura europea mediterránea”. “En València, en el siglo XV, es la época de los retablos del tardogótico, mientras que en Florencia se está viviendo el Humanismo del Renacimiento (...). Este muro nos habla de esa introducción del Renacimiento de procedencia italiana y, a la vez, dialoga con lo que se hacía en València, que son estos fantásticos retablos del gótico final que tenemos a nuestro alrededor”, expresa el director, quien invita a enfrentarse a un cuadro “con una seducción incomparable”, que “desafía al espectador desde la propia conciencia de su valía”.  

De Michele Marullo Tarcaniota se cuenta que fue poeta y guerrero, que defendió sus ideales desde la cultura y también con su espada. Un hombre idealista que, a pesar de morir joven, vivió “una vida plena”. “Mi abuelo compró este cuadro porque le inspiraba”, recuerda Francesc Guardans, nieto del coleccionista catalán que en 1929 adquirió el valioso retrato pintado por Sandro Botticelli a finales del siglo XV y que, desde este martes 29 de junio, se exhibe en el Museo de Bellas Artes València. “Será su casa durante los próximos tres años”, afirma el representante de la familia Guardans Cambó.

Se trata del único retrato de Botticelli expuesto en España y uno de los pocos cuadros del artista italiano en la Península Ibérica. Una obra realizada en temple sobre tabla traspasada a tela de 49 x 36 cm que eternizó a Michele Marullo, un humanista de origen griego que acabó viviendo en Florencia protegido por la familia Médici y rodeado de artistas y escritores. Se cuenta que murió ahogado en el río Cecina, en el año 1500, a los 48 años, cuando regresaba de un viaje. Su enigmática mirada ya persigue a los visitantes del museo valenciano.