“Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento”
Valle-Inclán
La presencia de Ciudadanos en el Orgullo de Madrid ha generado más noticias en los medios que bandazos ideológicos ha tenido el partido de Rivera. El pasado 6 de julio se unieron, según palabras pronunciadas por Girauta en 2010, portavoz de Cs en el Congreso, a “la causita de ser homosexual”, así era como se refería a los derechos LGTBI y que entonces estaban muy bien vistos por su partido, ya que a su propio Jefe le parecía que “llamar matrimonio a una unión homosexual generaba tensiones innecesarias y evitables”
Este era el punto de arranque del partido naranja. Tras una rápida lavadita de imagen, para dar una cierta impresión de derecha modernizada, se unieron a esta “causita” y a algunas otras. Ahora abogan por la “causaza”, que no es otra que pactar con fascistas sin mancharse, como si eso fuera posible. Presumen de ser un partido de centro pero en realidad solo están centrados en la derecha... y más allá.
Poco importaba que la FELGTB les hubiera dicho que no eran bienvenidos, por no haber querido firmar que no pactarían con la ultraderecha, pero ellos amenazaron con acudir, como el que se autoinvita a una boda para boicotear la ceremonia.
Una vez allí, llamaba la atención que mientras los partidos participantes en sus pancartas lucían los eslóganes de la organización en reivindicación de los derechos del colectivo, en la de Cs solo se vitorearan a ellos mismos bajo el lema: “Al Orgullo, ¡¡¡vamos!!!”. Esa era la primera muestra de que les importaba muy poco el por qué de la manifestación. Solo estaban allí para conseguir portadas a base de espectáculo provocador, chabacano y trapacero. Y es que querían hacernos creer que los que firman pactos con la ultraderecha, son, a su vez, adalides de la lucha LGTBI; la misma ultraderecha que quiere laminar, hasta su desaparición, los derechos adquiridos por el colectivo, y que algun@s han pagado con su libertad o incluso con su vida.
Ciudadanos intentó convertir el Orgullo en un sainete trasnochado, con la única intención de salir beneficiados bajo la pátina de un estudiado victimismo, importándoles muy poco en qué podía perjudicar al colectivo LGTBI, es más, su intención no fue otra que sacar rédito propagandístico expulsando un mar de tinta para tapar la vergüenza de sus actos y de sus pactos.
Arrimadas enfangó hablando de la “fiesta de la libertad”. ¡Pero, señora! aquello era una manifestación de defensa y reivindicación de derechos, y tenía una fuerte carga política, por supuesto que sí; de la política entendida como herramienta para mejorar la vida de las personas. Desde el PSOE no asistimos a una “fiesta”, fuimos a a mostrar desde la política el apoyo a un colectivo. Allí y en ese momento no defendíamos la libertad en abstracto sino la de las personas LGTBI. Allí no estuvimos para defender la libertad de pactar con partidos ultras que cada vez que abren la boca es para atacar derechos de mujeres, inmigrantes y personas LGTBI. Lo que sí defendimos, y así lo verbalizó Grande Marlaska, es que el apoyofirmafotocafépacto, o como lo quieran llamar, con quién atenta contra los derechos del colectivo debe tener repercusiones políticas, como pienso yo también y hasta el mismísimo Parlamento Europeo, porque no es posible pactar con el fascismo sin ultrajar la Carta de Derechos Humanos.
Pasados unos días, Rivera, “cráneo previlegiado”, saltaba al lodo manipulando y retorciendo el articulo del Código Penal sobre los delitos de odio, mancillando el honor de todas las personas lgtbi que han sufrido persecución, insultos, agresiones y humillaciones, y que se han visto defendidas y resarcidas, en la medida de lo posible, con la aplicación de ese artículo.
Cs se ha aprovechado del trabajo de otr@s compañer@s de partido que sí han trabajado por los derechos LGTBI, aunque su desnortada cúpula en su afán de montarse en pollos sin cabeza y a golpe de firmas con fascistas lo hayan tirado a la basura. A pesar del ímprobo esfuerzo por oscurecerlo todo, no han podido ocultar titulares como el del millón y medio de asistentes al Orgullo o el del informe de la policía destapando su marrullería.
Intentaron aparecer como héroes de su propia causa y la ciudadanía acabó por poner ante ellos el espejo cóncavo del Callejón del Gato, que les devolvió una imagen deformada, ridícula, grotesca... En definitiva: el Esperpento.
El 20 de julio el PSOE, como siempre, acudirá al Orgullo de Alicante con los deberes hechos y pensando ya en lo que nos faltan por hacer, sin buscar nada más allá que la firme defensa y apoyo al colectivo LGTBI. Espero que, esta vez en Alicante, Cs no se vuelva a atrincherar en el Callejón del Gato.
Emilio Zaplana Polo es secretario LGTBI de la ejecutiva provincial de Alicante del PSPV-PSOE.Emilio Zaplana Polo