La falta de componentes obliga a Ford a parar el montaje de motores en Almussafes y a negociar un nuevo ERTE de 15 días
La falta de microchips y de materias primas que han dejado de fabricarse por el alto precio de la energía como consecuencia de la invasión de Rusia sobre Ucrania es la principal causa por la que la dirección de Ford de la planta valenciana de Almussafes anunció este lunes a los sindicatos la necesidad de negociar un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) inicialmente de 15 días distribuidos de forma no consecutiva hasta el 30 de junio. La compañía descarta que la huelga de transportistas esté teniendo de momento una incidencia importante.
Según informaron a elDiario.es fuentes de Intersindical Valenciana, la falta de recambios obligó a paralizar este lunes a las 12.00 horas el montaje de motores y una línea de mecanizados, también en motores.
El pasado 10 de enero, la factoría ya acordó con los sindicatos un ERTE de 15 días repartidos en el primer trimestre del año cuya finalización se preveía para el próximo 31 de marzo.
Este expediente que ha sido de aplicación a los 4.800 empleados de la planta de fabricación decaerá ahora con la negociación del nuevo ERTE, afectando a la práctica totalidad de la plantilla, al entrar esta vez también el personal de motores.
Fuentes de UGT, sindicato mayoritario, comentaron que optarán “por la mejor y más rápida solución acordando un nuevo ERTE siempre que se mantengan intactas las condiciones actuales”
Desde Intersindical, por su parte, segundo sindicato en representatitvidad, comentaron que siendo conscientes de la gravedad de la situación, “la plantilla no tiene responsabilidad alguna en todo ello, por lo que no se puede seguir sumando la pérdida del 20% de su salario en los días de ERTE”. Por todo esto, desde el STM, ven imprescindible “que la empresa incremente el complemento salarial”.
El ERTE aprobado en enero mantenía las mismas condiciones económicas pactadas en anteriores expedientes, lo que supone cubrir un 80% del sueldo de los empleados y mantener el 100% de los complementos, es decir, pagas extra y vacaciones.
Por otra parte, el pasado 8 de febrero se hizo público el acuerdo alcanzado entre la dirección de la planta y UGT ante la elección que debe hacer la compañía entre València y Saarlouis (Alemania) para la fabricación de sus dos modelos eléctricos, una decisión que la multinacional anunciará en el mes de junio en su sede de Detroit y que equivale a garantizar el futuro de la fábrica seleccionada.
El acuerdo contempla incrementos lineales no consolidables en las tablas salariales que suman 7.000 euros entre 2022 y 2025, y retornar al IPC en el año 2026. En concreto, en las tablas salariales para cada uno de los cuatro años el aumento sería el siguiente: 1.000 euros en 2022, que se pagarían a la firma del acuerdo; 1.500 euros en 2023; 2.000 euros en 2024; y 2.500 en 2025.
Se trata de un pacto a cinco años que está condicionado a que Ford asigne en junio la plataforma eléctrica de los futuros vehículos a la factoría de Almussafes. De lo contrario, el acuerdo no tendría validez y quedaría reducido a un año en el que los salarios tendrían que aumentar un 1% por encima del IPC, con carácter retroactivo y con validez solo para 2022, lo que describe como la “situación no deseada”.
Los sindicatos STM y CGT se mostraron críticos con las medidas acordadas por UGT para optar a la electrificación de Ford Almussafes, que califican de “congelación salarial de cuatro años”, por lo que votaron en contra.
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