Fantasmas preelectorales para el año nuevo
Este nuevo año que comienza, y que aprovecho además para felicitar, promete ser uno de los más intensos desde un punto de vista puramente electoral en la Comunidad Valenciana. O preelectoral más bien, ya que no tendremos elecciones hasta 2015 salvo que ocurra algún cataclismo inesperado. Cosa que tampoco debería sorprendernos mucho, visto lo visto, y atendiendo a lo que ha pasado en lo que llevamos de legislatura.
El PPCV, y en particular Alberto Fabra, tiene muchas cosas que pedir a los Reyes Magos para este año. La primera y principal que uno se imagina que les habrá rogado es que no pase nada más, bastantes fuegos han habido ya a lo largo de 2013 y algunos aún no están extinguidos. Lógicamente, esto no lo iba a contar en su mensaje de fin de año, donde la petición sempiterna de una mejor financiación fue protagonista. Y ciertamente, con una Comunitat endeudada hasta casi la asfixia, más vale que los sabios de Oriente sean generosos: poco más hay para poder ofrecerles a los votantes.
Unos votantes que, a tenor de las encuestas, podrían estar abandonándoles masivamente y dibujando un horizonte para 2015 en el que el PPCV, por primera vez en casi 20 años, no gobernara la Generalitat. A falta de que el dinero llegue, qué mejor que recuperar viejos fantasmas. Serafín Castellano ya se ha puesto en marcha y probablemente este año, como en ningún otro, oiremos discursos que satanicen a la oposición y a un posible tripartito de la izquierda. Cabe preguntarse si después de 20 años y con la actual situación del PPCV, el fantasma del catalanismo seguirá movilizando al electorado conservador.
También hay espectros de otros colores. La posibilidad de un tripartito “de derechas”, constituido por el propio PPCV, UPyD y el nuevo Movimiento Ciudadano, está probablemente presente en la mente de algunos dirigentes populares. Tanto como para que José Císcar hable de pactos de cara a las elecciones. Un sutil mensaje que Serafín Castellano ya se ha encargado de laminar acusando a estas dos formaciones de carecer de un proyecto real. ¡Y todo en la misma semana!
Aunque las especulaciones sobre los pactos y los no pactos no sea más que pura ficción electoral, (aún hay que calibrar la fuerza real de estos dos partidos y cómo de fuerte será la caída de los populares, si es que realmente llega a darse) lo cierto es que el PPCV tiene que ponerse pronto en marcha si quiere poder ofrecer a sus potenciales votantes algo más que amenazas fantasmas. Son muchas las promesas incumplidas, los escándalos y el descrédito generalizado de la Comunidad Valenciana. Y eso es bastante más real que unos ectoplasmas con barretina que puedan venir del norte, aunque ellos parezcan verlos por todas partes.