Los auditores han detectado un agujero de 58,7 millones de euros en el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), después de que se hayan tenido que modificar considerablemente las cuentas correspondientes al ejercicio de 2014. De este modo, se pasa de unos beneficios de 23,4 millones de euros anunciados por el Consell popular de Alberto Fabra a unas pérdidas de 35,3 millones según los nuevos cálculos.
Esta diferencia es debida, principalmente, a operaciones fallidas, como la realizada con la Institución Ferial Alicantina (IFA), 39 millones de euros. Así, el organismo que ahora preside Manuel Illueca, tendrá que solicitar una ampliación de capital -que deberá asumir el Gobierno valenciano, como único accionista- para recuperar sus niveles de solvencia.