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'Le Monde Diplomatique', un faro de la izquierda mundial editado en 22 lenguas con una base de operaciones en Valencia

Lucas Marco

13 de noviembre de 2021 07:01 h

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Fundado en 1954 por el periodista Hubert Beuve-Méry como suplemento del diario Le Monde, el mensual Le Monde Diplomatique se edita actualmente en 22 lenguas, tras el lanzamiento de una edición en lengua macedonia. La publicación, especializada en geopolítica y uno de los referentes intelectuales de la izquierda mundial, tuvo un relanzamiento con el nombramiento de Claude Julien como director en 1973. Pero su internacionalización vino de la mano del periodista de origen gallego Ignacio Ramonet, nombrado director en 1996, cuando se crea una empresa autónoma, filial de Le Monde SA, en la que el periódico de referencia francés ostenta el 51% del accionariado y el 49% restante queda en manos de la asociación de lectores Les Amis du Monde Diplomatique y de la asociación Gunter Holzmann, que agrupa a los trabajadores del periódico mensual.

La cuidada edición, con una cartografía de primera línea y un valioso archivo disponible online, cuenta con una influencia mayúscula en la izquierda (sin ir más lejos, un editorial de Ignacio Ramonet propició la creación de la asociación ATTAC en Francia). Cada número se traduce a 22 lenguas y se edita desde Colombia hasta Japón pasando por Alemania o Noruega. Le Monde Diplomatique está gestando para el año que viene una edición en español para Uruguay y otra online en chino. Los últimos números fueron vetados en Argelia, tal como reseña su actual director, el periodista Serge Halimi, en el número de este mes.

La publicación incluye, además de los textos de análisis, reportajes de gran formato y un dossier monográfico en cada número. Sus autores suelen ser periodistas o académicos de primera línea. Además de Ramonet y Halimi, en la plantilla de Le Monde Diplomatique figuran periodistas de la talla de Anne-Cécile Robert, Renaud Lambert, Mona Chollet, Martine Bulard o Pierre Rimbert, entre otros.

La edición española, cuyo primer número salió a la luz en noviembre de 1996, se edita en Valencia. Su director general, Ferran Montesa, explica a elDiario.es los orígenes del proyecto. “La primera edición en español salió en México en la década de 1980. Yo compraba la edición francesa en los pocos quioscos en España que vendían prensa extranjera”, cuenta Montesa.

Actualmente ya cuenta con 24 ediciones en papel y siete digitales. “Son como franquicias, por decirlo de alguna manera, excepto la española que se constituye como sociedad el año 2000 y en la que los franceses tienen una participación del 40% del capital”, detalla el director general. Así, el resto de ediciones internacionales surgen de periodistas interesados en publicar Le Monde Diplomatique en sus respectivos países. Tras la jubilación de Ignacio Ramonet como director en París, actualmente dirige la edición española.

El mensual publica textos de análisis, con notas a pie de página, que contrastan con la brevedad y la inmediatez de los medios en el mundo de las redes sociales. “Una de las características de Le Monde Diplomatique”, explica Montesa, “es el periodismo de análisis y reflexión, sin prisa”. “Hemos mantenido una línea en la que, efectivamente, la información tiene un coste no sólo económico, también un coste intelectual para poder leer y reflexionar”, agrega. Recientemente, la publicación ha sumado el formato podcast.

Referencia de la izquierda altermundista, los valiosos archivos de Le Monde Diplomatique cuentan con los 750 ejemplares de la edición francesa, además de otras ediciones, y más de 3.000 mapas. “La cartografía es uno de los elementos diferenciadores de este tipo de periodismo”, señala Ferran Montesa. Así, la edición española ha seguido el ejemplo de su homóloga francesa con la edición de los cuidados atlas, además de los suplementos bimensuales Manière de Voir.

Sus promotores españoles no ocultan las dificultades que supone editar una publicación densa y para leer con mucha calma; aún más en un momento de aceleración e idiotización de las redes sociales y de las plataformas digitales que distraen hasta al más avezado de los lectores. “Le Monde Diplomatique no es portavoz de nada pero sí que es un referente por el tipo de periodismo que hacemos”, concluye Montesa.