Marta Peirano: “La gente creyó que Twitter y Facebook eran las herramientas de la revolución”
Los objetivos de las grandes tecnológicas que diseñan las apps que utilizamos a diario son que pasemos la mayor parte del tiempo interactuando con ellas para ofrecerles nuestra información. Es una de las tesis de El enemigo conoce el sistema (Editorail Debate), el segundo libro de Marta Peirano, periodista de eldiario.es. La autora realizó la primera presentación el lunes en La Nau de la Universitat de València en una mesa redonda junto al vicerrector Antonio Ariño y el director de la edición valenciana de eldiario.es, Adolf Beltran.
En la antigua sede de la universidad, la periodista desgranaba algunos de los aspectos más relevantes de Internet y cómo afectan a nuestra vida diaria. Peirano introdujo a los oyentes en el concepto “economía de la atención” o “capitalismo de la vigilancia”, una fase del capitalismo en la que las empresas ofrecen servicios a cambio de obtener datos e información sobre sus usuarios.
Que las aplicaciones o plataformas como Netflix, Spotify, Whatsapp o Instagram generen cierta adicción no es casual, señalaban desde la mesa, ya que están diseñadas para captar la atención. “Nos producen atención porque es la herramienta necesaria para obtener datos. La idea no es que seamos unos yonquis, sino que pasemos la mayor parte del tiempo interactuando con el móvil o el ordenador. Son adictivos porque están diseñados por genios cuyo único objetivo es ese”, apuntaba la autora.
En los tiempos contemporáneos se ha tendido a ver un lado positivo de las redes, como forma de conectar a personas para labores de activismo. Pero la periodista advierte: “No podemos luchar contra el poder con las herramientas del poder”. Y utiliza el ejemplo de las primaveras árabes, que se promocionaron en los telediarios como revoluciones orquestadas a través de redes sociales como Twitter y Facebook para derrocar dictadores. “No podía salir bien porque -en gran parte- se trata de empresas que trabajan para gobiernos, también totalitarios. Sin embargo, la gente creyó que estas eran las herramientas de la revolución” porque son más cómodas, apuntaba la autora.
Los paralelismos con las distopías '1984' y 'Un mundo feliz' son inevitables, tanto por el efecto opiáceo de las redes y herramientas como por su uso en las campañas políticas. Un caso cuyos máximos exponentes recientes han sido el de Cambridge Analytica en la campaña electoral en Estados Unidos y el Brexit, fielmente retratado en la película 'Brexit: The uncivil war', protagonizada por Benedict Cumberbatch.
Peirano, “pesimista” respecto al futuro, ya que cada vez los datos están concentrados en menos manos, también advierte sobre los riesgos del 'todo gratis' en las aplicaciones informáticas y de telefonía móvil. “El enemigo -la gente que hay detrás- se aprovecha de nosotros, extrae nuestros datos, los usa en nuestra contra”, afirma.
Ante la contundencia de la exposición, aparece la pregunta lógica: ¿Se puede salir de ahí? ¿Tenemos que renunciar a las herramientas que nos facilitan la vida?. La periodista, responde: “Creemos que Internet es las apps que utilizamos -y cita Gmail, Instagram, whatsapp...-, las usamos porque son las que usa todo el mundo. Pero hay otros sistemas que no te espían” y lamenta: “Lo queremos que funcione bien y sea gratis”, un aspecto a replantearse si queremos mantener la privacidad. Por si quedaba algún incauto en la sala, señalaba: “Hay que irse de Facebook”.
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