La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, visita este martes al presidente valenciano en el Palau de la Generalitat. El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, ha hecho lo mismo en dos ocasiones desde que tomó posesión de su cargo, hace menos de tres meses, incluso se acercó a Castellón. Hasta tres altos cargos del ejecutivo de Mariano Rajoy llamaron a Ximo Puig tras el temporal que azotó a la Comunidad Valenciana a mitad de enero.
El contacto entre administraciones no debería llamar la atención, pero la relación entre el gobierno de España y el de la Generalitat ha cambiado en la segunda legislatura de Rajoy en La Moncloa: Con la mayoría absoluta la Comunidad Valenciana era sistemáticamente olvidada e incluso ninguneada.
El presidente necesitó de varias llamadas y cartas para, cuatro meses después, concederle audiencia a Puig. Éste únicamente ha sido recibido por un ministro en Madrid, el de Hacienda, aunque el problema no es del actual Consell. El Mundo demostró que la Comunidad Valenciana era de las menos visitadas por el equipo de Rajoy incluso cuando gobernaba el PP de Alberto Fabra. El propio Cristóbal Montoro ninguneó a Fabra cuando éste quería abordar la financiación autonómica.
Ahora, al menos, el ejecutivo se digna a visitar Valencia. El cambio de actitud se debe a la necesidad que el PP tiene de tejer alianzas para prolongar la legislatura al estar en minoría, al nuevo rol de Sáenz de Santamaría, encargada también de las relaciones con las comunidades autonómas y, según fuentes políticas, al talante de algunos ministros. La exresponsable de Fomento, Ana Pastor, nunca visitó el Palau de la Generalitat en 18 meses para tratar temas candentes -corredor mediterráneo, AVE o transporte de cercanías- y su sucesor, De la Serna, ya lo ha hecho dos veces.
La nueva política del gobierno, sin embargo, no es de alcance exclusivamente valenciano. Rajoy ha convocado una conferencia de presidentes tras cuatro años sin hacerlo y tras la sistemática negación del problema catalán, Sáenz de Santamaría ha visitado a las autoridades catalanas e incluso se ha abierto un despacho en Barcelona.
El gobierno valenciano tiene clara su agenda con el estado: Mejor financiación, más inversiones y condonación de parte de la deuda histórica, principalmente. Está por ver si las visitas sirven para alcanzar esos objetivos, pero, al menos, parece que ya no serán noticia en la Comunidad Valenciana.