Economía y salud pública, ¿términos incompatibles?

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Desde que comenzó la pandemia del COVID-19 han sido numerosas las voces que han mostrado la necesidad de elegir entre el mantenimiento de la economía y la salud pública, de tal modo que la elección de un elemento excluya matemáticamente al otro. Sin embargo, es posible compatibilizar ambos conceptos. Salud y economía son conceptos que no podemos desligar. Una sociedad sana, es una sociedad próspera, con mejores recursos para mejorar el estado de bienestar.

El virus que nos azota a nivel mundial nos obligó hace unos meses a frenar en seco, a paralizar prácticamente todos nuestros sectores económicos.  En aquel momento la prioridad era salvar vidas ante una situación extremadamente crítica.  Desplegamos un escudo social para proteger a los más vulnerables, habilitamos ayudas para los autónomos, asistimos a los trabajadores y aprobamos un avance social histórico: el Ingreso Mínimo Vital.

En junio dejamos atrás aquellos 100 días del estado de alarma. La “nueva normalidad”, nos ha permitido abrir paso al deshielo económico en plena pandemia, reactivar la actividad, tras la que se ha definido como la mayor conmoción sanitaria, social y económica de los últimos 80 años. Sin embargo, en este nuevo contexto, no debemos olvidar que el virus no ha dejado de circular. La movilidad propia de la temporada estival, las interacciones familiares y los encuentros sociales han causado un indeseado incremento de las cifras de positivos. Es cierto que no podemos achacar el aumento de contagios a un único factor y que la mayor parte de la población valenciana está manteniendo un comportamiento ejemplar. No obstante,  no podemos bajar la guardia. Debemos estar vigilantes y atajar determinadas actitudes que han elevado las estadísticas. 

Los expertos ya han advertido que los comportamientos no pueden volver a ser los mismos que antes de la pandemia, todavía no. Nuestra actitud individual resulta determinante. La lucha contra el coronavirus es responsabilidad de la sociedad en su conjunto y nuestra contribución, sin duda, ayudará a rebajar la carga asistencial del sistema sanitario, redundará en el necesario crecimiento económico de nuestro país y contribuirá a una gestión efectiva de la epidemia.

Creo sinceramente en que, con el esfuerzo de toda nuestra sociedad estamos a tiempo de evitar medidas drásticas como las que nos llevaron al confinamiento del pasado marzo. Administraciones públicas, sectores económicos, colectivos sociales y el conjunto de la ciudadanía debemos remar en la misma dirección para fortalecer la estrategia de contención y ataque de un virus que no puede volver a doblegarnos.

El Gobierno progresista de Pedro Sánchez sigue trabajando para buscar la necesaria unidad y los acuerdos necesarios para salir cuanto antes de esta crisis, siempre velando para para que prevalezca la justicia social y nadie quede atrás. La reactivación ya empieza a reflejarse en las cifras de empleo y de actividad económica. También en la Comunitat Valenciana, el president Puig ha suscrito el pacto para la reconstrucción con patronal, sindicatos y todas las instituciones valencianas.  

Tenemos por delante la tarea de la recuperación de nuestra economía. Para ello, es nuestra responsabilidad esforzarnos para iniciar el curso en las mejores condiciones epidemiológicas. Sabemos que el riesgo de contagio no será nunca cero, ni en los centros escolares, ni en los lugares de trabajo, ni en cualquier actividad… pero sí que podemos trabajar unidos para minimizarlo. 

Uno de los grandes retos que se nos plantea en pocos días es la vuelta a los centros escolares. La pandemia ha causado la mayor disrupción que nunca ha vivido el sistema educativo mundial. La ONU ha alertado de que a mediados de julio las escuelas permanecían cerradas en más de 160 países, algo que afecta a más de 1.000 millones de estudiantes. El Consell sigue avanzando para asegurar la salud de todo nuestro alumnado y garantizar una vuelta a las aulas segura, presencial e inclusiva consensuando con todos los partícipes la forma más adecuada para ello.   

Vivimos un momento decisivo para la Comunitat Valenciana y para el resto del país y debemos estar a la altura de este enorme desafío. Nadie tiene la certeza de cuál es la mejor fórmula. Lo único que podemos afirmar con rotundidad es que solo con unidad y determinación podremos hacer frente a la necesaria reconstrucción de nuestro país. 

La cogobernanza entre Estado y Comunidades Autónomas va a ser una de las claves para que los próximos meses sean productivos económicamente pero sin perder de vista un virus que sigue infectando y afectando a la población. 

La seguridad plena no existe nunca pero las distintas instituciones llevan meses trabajando para contener el virus, activar la actividad económica y que la nueva normalidad sea lo más pronto posible una normalidad mejorada. A nivel individual podemos aportar mucho siendo ejemplares en nuestros comportamientos.