Sánchez acierta con el nuevo concepto de masculinidad

Hasta que la inteligencia artificial (y sería mala opción) no sea capaz de sustituir a las personas y nos represente en el poder político, debemos frenar la deriva en la que se ha convertido la política, porque nos guste o no el devenir de las sociedades está marcado por las decisiones, prioridades y voluntades de quienes nos gobiernan y son, somos, indispensables para regular y administrar el día a día de la ciudadanía. 

Sí, esta reflexión viene a cuento de la carta que el Presidente Pedro Sánchez nos ha dirigido a quienes conformamos hoy la sociedad y aspiramos a legar a nuestros descendientes un país mejor. 

La confesión del Presidente inicia – en mi opinión – una etapa nueva que se conforma como el cambio cultural que nuestro país estaba demandando en silencio, la definición del nuevo concepto de masculinidad que abre y trae a la agenda política la humanización del individuo al margen del rol asignado a hombres y mujeres. 

Por primera vez un hombre desnuda su hastío, expone públicamente sus sentimientos priorizándolos frente a la responsabilidad social que asumió. Y lo hace con valentía, sin temor al desprecio clásico que el machismo asigna a los que no se comportan como “machos”, sin temer ser tildado de flojo, débil o incluso del típico “calzonazos”. Y lo hace el Presidente del Gobierno, la persona con más poder de nuestro país, el máximo representante de la ciudadanía, la voz del Estado en el mundo.

Sé que estos días el debate se centra en el golpe que para la democracia supondría que aquellos que no ganaron la confianza de la ciudadanía en las urnas pudieran derrocar con bulos, infamias y denuncias falsas al gobierno legítimo. Yo también me posiciono, es el método más burdo, inhumano y rastrero de dar un golpe de Estado, cambiar las armas por las mentiras para intentar hacerse con el poder. 

Pero he querido trasladar en estas líneas el gran avance que para mí supone que hoy un hombre se ponga en nuestra piel y por fin haga que, en el debate político y ciudadano, que la actualidad, hable de aquello que nosotras llevamos mucho tiempo asumiendo solo como nuestro, porque la sociedad no acababa de entender la igualdad real entre mujeres y hombres.

Hoy se abre el tiempo en el que las entrevistas a hombres con altas responsabilidades políticas, económicas o sociales indagarán sobre cómo compaginar la crianza de los hijos, las relaciones de pareja o el cuidado de los hogares, cuestiones solo abordadas hasta el momento con protagonistas femeninas. Hoy se abre la veda para que la sociedad no solo exija a los que tenemos el honor de representar a la ciudadanía en la noble tarea de la política el trabajo pulcro y comprometido por el interés general, si no que podamos trasladar y así nos lo exijan nuestra faceta humana sin que ello sea objeto de descalificación, porque hasta hoy las mujeres “fuertes” convivíamos con el rol de desalmadas, que siempre es más respetado que las que muestran sin rubor sus sentimientos y acaban tachadas de “débiles”.

Así que sí, todos somos personas y al Presidente Sánchez hay que darle las gracias – también - por el gran avance cultural que con una sola frase “(…) soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer” ha transmitido al mundo. 

El nuevo concepto de masculinidad debe abordarse desde la premisa de la igualdad y Pedro Sánchez ha sido quien una vez más nos empuja a proyectar un futuro mejor para nuestros descendientes y desterrar de nuestro día a día pensamientos y acciones asignados a las personas por viejos y desiguales conceptos.