¿Y si fueras Zahra?
Imagínate por un momento que eres una niña o una mujer joven en el Afganistán actual. Es posible que tengas más oportunidades en la vida que tu madre o abuela. Probablemente pasaste por la educación primaria y secundaria, y tal vez incluso por la universidad. Es probable que hayas nacido después del 11 de septiembre sin recuerdos del régimen talibán de la década de los noventa.
Sin embargo, has crecido en una sociedad predominantemente conservadora y patriarcal; una sociedad que sigue en guerra después de más de 42 años de conflicto. En una sociedad así, tener derechos muchas veces no es lo mismo que tener oportunidades reales. Afganistán tiene una cantidad impresionante de leyes y políticas que promueven la participación y protección de las mujeres. Sin embargo, en la realidad, la implementación se está quedando atrás debido a las barreras sociales e institucionales.
Zahra, la protagonista de una nueva historia gráfica de Oxfam, se enfrenta a esta situación. Si bien su familia no se encuentra entre las más pobres o más conservadoras, su vida en la aldea sí está marcada por las normas sociales de una sociedad tradicional y patriarcal. Su sueño de convertirse algún día en oficial de policía no se ajusta a las expectativas de su familia y la comunidad local sobre cuál debería ser la posición y los roles de la mujer. Su madre y sus hermanos quieren que se case y forme una familia; su padre le permite estudiar y trabajar, pero preferiría un trabajo más aceptable para ella, como maestra o enfermera.
En la vida real, las barreras sociales que impiden que muchas mujeres ingresen a la fuerza policial también se traducen en obstáculos institucionales. Dentro de la fuerza policial, las mujeres siguen siendo marginadas, discriminadas o no aceptadas. Su número ha aumentado en los últimos años, de 164 en 2005 a alrededor de 4.000 en noviembre de 2020. A primera vista, parece un aumento impresionante, pero el número actual solo representa alrededor del 4% de la fuerza policial conformada aproximadamente por 99.000 miembros. También está muy lejos del objetivo que se marcó hace mucho tiempo de 10.000 mujeres policías.
Dos décadas de apoyo y presencia internacional en el país han hecho poco para cambiar esta realidad, a pesar de los esfuerzos masivos, las inversiones y los diferentes enfoques utilizados por la comunidad internacional para promover a las mujeres policía. Se hace evidente una fricción entre las ambiciones internacionales, impulsadas desde 2000 por la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU, y la realidad conservadora afgana, que en gran medida determina el ritmo y los límites del progreso.
Para las mujeres jóvenes como Zahra significa que todavía hay pocos modelos a seguir y aliados masculinos que apoyen su causa. Sin embargo, su número está aumentando, lo que contribuye a pequeños cambios en el comportamiento y las percepciones, normalizando gradualmente la presencia de mujeres en la fuerza policial. Es importante llegar a una masa crítica de mujeres dentro de la fuerza policial y una participación cada vez más significativa. Con el tiempo, eso puede reducir la resistencia social e institucional.
Durante los últimos seis años, estuve trabajando en Afganistán con las mujeres policías. Escuché sus historias de esperanza que también tenían su lado oscuro, escribí varios informes sobre su situación. Dado que la situación no mejoraba y el cambio es muy lento, busqué una nueva forma de contar sus historias. Al final del 2019 hice una propuesta para una historia gráfica a Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, quienes desde un inicio mostraron interés y compromiso. Dos semanas después ganaron el Premio Nacional del Cómic. Ya habían trabajado con Oxfam Intermón en dos ocasiones.
Después me fui a Afganistán en febrero del 2020, mi último viaje por causa de la pandemia. Ya que fue imposible para Cristina y Miguel Ángel viajar a Afganistán, les envié fotos y videos que les permitía visualizar los detalles cotidianos de la vida afgana. En los meses posteriores Miguel Ángel y yo convertimos la historia que había escrito en un guión de verdad. Fue un paso esencial ya que él sabe mucho más sobre qué funciona en el formato de historia gráfica y cómo contar una historia. Poco a poco, Zahra tomó vida en los dibujos de Cristina y los colores de Miguel Ángel. Fue un proceso mágico.
Esperamos que Zahra, un personaje de ficción, pueda desempeñar un pequeño papel en términos de sensibilización y promoción de la participación significativa de la mujer en la fuerza policial. Aunque inventada, la historia de Zahra representa las aspiraciones y sueños de muchas jóvenes afganas que defienden cada vez más sus derechos y la igualdad de oportunidades. En los meses que vienen, se imprimirá y distribuirá copias de la historia gráfica en Afganistán. Es allí donde Zahra realmente podría ser una fuente de esperanza dentro de un panorama todavía muy desolador.
*Jorrit Kamminga es voluntario del Equipo de Acción Ciudadana de Oxfam Intermón en Valencia. Junto con Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou realizó el relato gráfico 'Zahra: una mujer policía en Afganistán'. Es parte de la campaña de Oxfam que apoya la inclusión y participación significativa de las mujeres en la policía afgana. La historia se desarrolló dentro del proyecto de la Alianza Estratégica "Hacia una red mundial de influencia", financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos. La versión española de la historia está disponible en: https://www.imattercampaign.org/wp-content/uploads/2020/12/gs-zahra-una-mujer-policia-en-afganistan-211220-es.pdf
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