El delirio de “grandes proyectos” que protagonizó el PP en sus años al frente de la Generalitat Valenciana todavía condiciona la gestión de un gobierno de otro signo años después. Y propicia una contabilidad complicada entre organismos públicos deependientes de la misma Administración autonómica. El informe de la Sindicatura de Comptes sobre la Fundació Palau de les Arts correspondiente a 2017, publicado este miércoles, incluye entre sus recomendaciones “impulsar las gestiones para que la Generalitat conceda en favor de la FPA el uso privativo de los edificios y terrenos del Palau de les Arts, mediante su adscripción, conforme se regula en los artículos 31, 53.3 y 59 de la Ley de Patrimonio de la Generalitat Valenciana, dando mayor estabilidad al uso del edificio”.
El problema es que los terrenos sobre los que se ubica la ópera valenciana, diseñada por Santiago Calatrava y a cuya construcción se destinaron más de 478 millones de euros, “están pendientes de inscripción” a nombre de la Generalitat en el Registro de la Propiedad. “Hasta que dicha circunstancia no se produzca, la Generalitat no puede dar a favor de la FPA el uso privativo de los terrenos del Palau de les Arts”, explica la Sindicatura de Comptes.
Mientras tanto, el Palau de les Arts paga un alquiler anual a la empresa pública Ciudad de las Artes y las Ciencias, SA (CACSA), a la que corresponde la gestión del complejo cultural y de ocio, que en 2017 fue de 1,3 millones de euros. Se trata de un alquiler rebajado porque en su momento, entre 2008 y 2011, durante la época de gobierno de Francisco Camps, la renta anual se fijó en 5,5 millones. Pero prácticamente quedó impagada en su totalidad. En julio de 2012, la Fundació Palau de les Arts reconoció que debía a CACSA 24,8 millones de euros “poniéndose de manifiesto la incapacidad financiera para hacer frente a la renta pactada, que finalmente fue abonada a CACSA mediante los mecanismos de financiación para el pago de proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómico”, detalla la Sindicatura de Comptes.
El nuevo contrato estableció una renta fija de un millón de euros anuales “y una cuantía variable en función de los ingresos derivados de la explotación de los espacios del edificio del Palu, sin considerar el anexo cedido al Berklee College of Music”.
Precisamente la cesión de espacio al Berklee College, por 114.513 euros de renta y otros 241.006 por mantenimiento y limpieza, es puesta en cuestión por la Sindicatura, que recomienda “que el patronato de la FPA apruebe las normas o reglas para que, en futuras selecciones de beneficiarios del uso de los distintos espacios, se facilite el cumplimiento de los principios de imparcialidad y no discriminación, al tiempo que se maximicen los rendimientos económicos y culturales”.
Con un presupuesto de 22,7 millones de euros, el Palau de les Arts redujo en 2017 sus pérdidas en un 76% hasta 528.684 euros. Incrementó sus ingresos en 2,2 millones (un 13,8%) y cerró el ejercicio con un patrimonio neto negativo de 32,4 millones debido a las pérdidas acumuladas al inicio de su actividad y a la deuda con el socio único de la fundación que lo gestiona, la Generalitat Valenciana.