El expresidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, no sabe nada de las supuestas comisiones ilegales que cobraba el PP valenciano, ni de la contratación en empresas públicas de empleados -zombis, en la jerga- que no trabajaban ni de adjudicaciones de contratos a cambio de mordidas a empresas.
Así lo ha asegurado en la Ciudad de Justicia de Valencia, donde ha comparecido como imputado por el caso Taula. Rus está investigado por malversación, tráfico de influencias, prevaricación, fraude en la contratación pública, cohecho y falsedad documental, pero, con su desparpajo habitual, ha negado, en declaraciones a la prensa, cualquier implicación en el asunto, posiblemente el mayor caso de corrupción en el PP valenciano.
En su declaración judicial, Rus se ha limitado a contestar las preguntas de sus abogados. No ha respondido ni las del juez ni las del resto de las partes, fiscal incluido. Ha negado cualquier implicación en la contratación de zombies en Imelsa, una de las seis piezas del caso Taula y la que justifica esta comparecencia. Ante la prensa, ha sido más locuaz: le ha cargado el muerto a Marcos Benavent, su hombre de confianza -le confío la gerencia- en Imelsa, la empresa de la Diputación en el centro de la trama.
Un yonqui sin credibilidad
“La credibilidad de Benavent es muy buena porque es un hombre que cuando supo que iban a por él se fugó. Estuvo tres meses o cuatro [en paradero desconocido] y cuando se acabo el dinero se vino”, ironizó Rus. “No había ninguna Caja B”, añadió para desmentir a su antiguo subordinado. Y, para subrayar su inocencia, se vistió de mártir: “Nunca en mi vida he tocado un duro”.
Rus no ha aclarado ninguna de las imputaciones que pesan sobre él por las adjudicaciones irregulares, el reparto de comisiones -dijo ni ser ni conocer a los protagonistas del famoso audio de “mil, dos mil...”- o la contratación por parte de Imelsa de un un jugador del Olímpic de Xàtiva, club que presidía, sin cometido conocido en la firma. “Los contratos los hacía él”, en referencia a Benavent.
Su declaración se ha centrado en desacreditar a éste. “Pactó no sé con quién [colabora con la justicia], y a partir de ahí ha venido con la coleta, con el pendiente... Dijo que era yonqui”, subrayó para restar credibilidad a la principal prueba de cargo en el proceso. Rus incluso bromeó con el método de reparto de las supuestas mordidas. Se repartían comisiones ilegales “en coche y en el avión”, dijo de forma jocosa. ¿Tenía el PP una caja B? “Eso no lo sé, eso lo sabrá él”. Si no sabía nada, ¿Por qué esta imputado? “No tengo ni idea”.
Anteriormente, el exjefe de gabinete de Rus y exalcalde de Genovés, Emilio Llopis, se ha acogido a su derecho a no declarar.
La parodia de Xavi Castillo, presente
La anécdota de la jornada la ha protagonizado el humorista valenciano Xavi Castillo, un clásico en las imitaciones del exalcalde de Xàtiva, que se ha presentado a las puertas de la Ciudad de la Justicia ataviado como Alfonso Rus parodiándolo 'entre rejas'.