El Grupo Mixto del Senado decidirá este martes el papel que le concede a su nueva integrante, Rita Barberá, entre dos corrientes: una más comprensiva, representada por el socio de facto del PP, Ciudadanos, y otra con más aversión, encabezada por Compromís. Así, el grupo mixto debe decidir como ejercerá su trabajo la exalcaldesa de Valencia: si lo hará en igualdad de condiciones o si éstas deben cambiar; además, lo hará unas horas antes de que el pleno de la Cámara debata sobre la supresión de los aforamientos.
Barberá tendrá así como compañeros de grupo mixto a Compromís, a la antigua Convergència, Ciudadanos, Bildu, UPN y distintas agrupaciones o partidos canarios. Sus representantes se reunirán en la Cámara para decidir qué hacen con su nueva parlamentaria.
No se trata tanto de atribuirle un despacho, que ya tiene, o de dilucidar dónde se sentará en el hemiciclo, algo ya previsto. Ni siquiera de determinar cuánto cobrará, pues es una potestad de la Mesa y de ella misma, sino de precisar qué funciones tendrá y cómo se las repartirá con el resto de integrantes del Mixto.
Precisamente esta cuestión ha generado discrepancias entre los partidos que lo forman, ya que si Compromís y Convergència abogan por no darle más atribuciones que las que le correspondan por el reglamento del Senado, otros, Ciudadanos por ejemplo, consideran que debe trabajar en igualdad de condiciones hasta que el Tribunal Supremo pida el suplicatorio.
Hoy, por tanto, se espera que el Grupo Mixto defina cómo se distribuyen los papeles que tiene que asumir con una senadora más, por ejemplo el reparto de las portavocías, de los turnos para presentar mociones o de los tiempos durante los debates. Aspectos que no suelen crear controversia.
Aforamiento
Después, en el pleno del Senado, el grupo socialista promoverá una iniciativa para acabar con los aforamientos de los diputados, senadores y parlamentarios autonómicos.
Es la misma moción que impulsaron hace unos meses, en la anterior legislatura, y que sin embargo tumbó el PP haciendo valer su mayoría absoluta en la Cámara. Esa mayoría es más holgada en la legislatura vigente.
Barberá se dio de baja del Partido Popular hace unas dos semanas a raíz de la investigación que aplicará el Tribunal Supremo por su papel en un presunto caso de blanqueo de capitales en el Ayuntamiento valenciano, que entonces gobernaba.
Sin embargo, optó por no renunciar al acta de senadora, lo que ha provocado reacciones contrarias incluso entre las filas populares. Al ser senadora, está aforada, de modo que sólo puede citarla y juzgarla el Supremo.