El Botànic defiende al unísono su gestión frente al caos que dibuja la derecha en el debate de À Punt
Yo o el caos. Yo o el infierno fiscal, el catalanismo, la ocupación ilegal de viviendas. Es la tónica que han defendido los candidatos de PP, Ciudadanos y Vox ante sus homólogos del PSPV, Compromís y Unides Podem, actualmente en el Gobierno, en el debate de la radiotelevisión pública À Punt, el último cara a cara de los seis aspirantes a la Presidencia de la Generalitat Valenciana antes del 28 de mayo.
En el encuentro de este jueves, a tres días de la jornada electoral que determinará la nueva correlación de fuerzas en la Comunitat Valenciana, cada candidato ha seguido su guion, cada bloque se ha movido en su espacio. Durante dos horas se han sucedido las intervenciones Ximo Puig (PSPV), Carlos Mazón (PP), Mamen Peris (Ciudadanos), Joan Baldoví (Compromís), Carlos Flores (Vox) y Héctor Illueca (Unides Podem-Esquerra Unida) sobre economía, políticas públicas, medio ambiente y gobernanza, cuatro bloques temáticos escogidos por la cadena pública que han evidenciado que la política valenciana se mueve en dos polos que se repelen, con posturas plenamente antagónicas.
Los partidos del Pacto del Botánico (PSPV, Compromís y Unides Poem-Esquerra Unida) han defendido su gestión de los últimos cuatro años, la evolución de la Comunitat Valenciana en la última legislatura, ante los ataques de una derecha algo desnortada. La tríada de PP, Ciudadanos y Vox insiste en su visión de la Comunitat Valenciana como un lugar nefasto y caótico: un “infierno fiscal”, un lugar plagado de okupas, con listas de espera interminables en sanidad. Paradójicamente, su respuesta para mejorar los servicios públicos es bajar los impuestos y recortar la Administración, tanto en personal como en conselleries. Ciudadanos quiere reducirlas a 7, el PP quitar “la grasa administrativa”, Vox es contrario al Estado autonómico.
Por contra, los dirigentes de los partidos que componen el Gobierno autonómico han sacado pecho, datos en mano, de sus políticas públicas: hay más colegios, más profesores, más médicos, más vivienda pública, más personas atendidas en el sistema de dependencia, 450.000 personas más trabajando. “Veníamos del paradigma de la corrupción”, ha apuntado Ximo Puig en su primera intervención, para pasar a ensalzar el clima de “confianza” que ha permitido la llegada de multinacionales e inversiones.
Baldoví, maestro de profesión, se ha dedicado a hacer una evaluación, un antes y un después: hay “5.000 profesores más, hemos construido 102 escuelas, 500 millones de euros invertidos...”, además de aludir a la exconsellera de Educación con el PP y candidata a la alcaldía de València: “Maria José Catalá quería que los niños llevaran un euro por llevar el táper al colegio, [ahora hemos pasado] a ser la comunidad autónoma que mas becas de comedor da”.
En la misma línea se ha mostrado Héctor Illueca, candidato de Unides Podem y actual conseller de Vivienda, que ha defendido su gestión en vivienda, una reforma fiscal progresiva para garantizar los servicios públicos y empresas públicas para sectores estratégicos como supermercados, farmacéuticas y eléctricas. El dirigente de los morados sí ha cargado en varios momentos contra sus socios, acusando al PSPV de prometer viviendas públicas solo en campaña electoral, de no rechazar la ampliación norte del Puerto de València o a Baldoví de no rechazar la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. Como vicepresidente y titular de Vivienda, ha asegurado que este viernes dictará una resolución para iniciar la regulación de los alquileres y limitar los apartamentos turísticos, comenzando a aplicar la ley estatal que ha sido publicada en el BOE.
El candidato del PP, Carlos Mazón, ha hecho oscilar su discurso de la clásica crítica al “infierno fiscal” a los datos de pobreza y dificultades para las familias hasta llegar a una lectura rápida de titulares, a menudo sin conexión con el tema a tratar. Ha enumerado las listas de espera de sanidad por especialidades y departamentos, noticias sobre negligencias o incidentes, fotografías de la sequía o enumeraciones de las promesas del Consell, en un discurso focalizado en el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Del mismo modo, el president dedicaba sus réplicas a desmentir las afirmaciones del PP, reprochándole incluso que no dijera una verdad ni por accidente, en tono irónico. El president ha insistido en la contraposición de modelos, con la sanidad pública como estandarte: “La salida de la crisis del PP iba dirigida a desmantelar el Estado del Bienestar. Eso ha cambiado radicalmente”, aunque ha reconocido que “quedan muchas cosas por hacer”. También el candidato de Unides Podem ha replicado al aspirante popular ante sus críticas sobre sanidad de forma vehemente: “Para venir aquí a hablar de la sanidad después de lo que hicieron hay que tener la cara de cemento armado. La trocearon como una tarta para repartir con sus amigos”. Y Baldoví, de nuevo, saca los datos comparativos: “Lecciones, ni una”, ha apuntado.
Mamen Peris, la candidata de Ciudadanos, formación que tiene complicado repetir en el Parlamento autonómico, ha reprochado a diestro y siniestro: ocupación ilegal (a Unides Podem), lentitud administrativa (al jefe del Consell), corrupción (a Carlos Mazón), catalanismo (a Compromís) falta de trabajo (al candidato de Vox). Ha exhibido numerosos artilugios para ilustrar sus intervenciones, tantos que Baldoví ha bromeado: “Mamen, pareces Rufián”, en referencia al diputado de Esquerra Republicana de Catalunya.
La candidata, la más ignorada en el debate -ningún representante ha replicado sus intervenciones-, sí ha sido la más directa con un tema que ha planeado durante el debate: que el candidato de Vox fue condenado por violencia psicológica contra su expareja. Puig y Baldoví le han lanzado varios reproches a Flores, pero Peris, la única mujer presente en el debate, sido la más directa: un condenado por violencia machista se presenta para presidir la Generalitat Valenciana. “En las listas no debe haber etarras, corruptos ni personas condenadas por violencia de género”, ha afirmado, en una intervención en la que ha reclamado no dar “ni un paso atrás” en los derechos de las mujeres.
Por su parte, el candidato de extrema derecha se ha centrado en su discurso habitual: inseguridad, inmigración, despilfarro de recursos públicos y rechazo a las políticas contra el cambio climático. “Han descuidado la familia asumiendo mansamente que la única alternativa al invierno demográfico es la inmigración, sin hacer distinción entre la legal y la ilegal”, ha dicho, considerando que “los barrios se convierten en lugares peligrosos”. En el bloque de medio ambiente, Flores ha asegurado que “el clima está cambiando, siempre lo está haciendo, eso no es nuevo” y que la izquierda emplea “el cambio climático como coartada para un orden político y social diferente”, que se dedican a “transferir dinero de los trabajadores a las élites globalistas” y “pretenden que cambiemos nuestra manera de alimentarnos, de chuletas a gusanos”.
Las alusiones del candidato de Vox han sido prácticamente ignoradas por el resto de partidos, con cara de estupefacción mientras las enunciaba, pero sí han motivado una pregunta constante: si el PP pactará con esta formación. Al dirigente popular le han reprochado que quiera gobernar con Vox: “Mazón quiere poner un palacete a quienes niegan el cambio climático, la violencia de género y el autogobierno valenciano”, ha insistido Illueca, mientras Baldoví ironizaba sobre las comparaciones de Flores. En esta línea, Puig ha apuntado: “Que la alternativa de gobierno sea negacionista me cuesta de entender. Que la alianza de PP-Vox sea negacionista del cambio climático es increíble, no atiende a realidad científica”. El PP ha eludido responder si pactará en estas condiciones. Tampoco lo ha hecho a preguntas de los periodistas.
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