La Generalitat Valenciana trabaja con Murcia para reclamar a Hacienda un déficit asimétrico
La Comunitat Valenciana trabaja en un frente con otras comunidades autónomas del mismo signo político para presionar al Ministerio de Hacienda y poder aumentar su margen de deuda. La titular de Hacienda de la Generalitat Valenciana, Ruth Merino, informaba este jueves de que está sondeando a otros gobiernos autonómicos para poder incrementar su techo de déficit para 2024, después de que el Gobierno central fijara el 0,1% para todas las comunidades.
El lunes, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el departamento que dirige María Jesús Montero informó de la financiación con la que contarán las administraciones autonómicas para el próximo año y abrió la puerta a unos objetivos diferenciados entre autonomías. No obstante, la dirigente socialista delegó en los territorios un acuerdo para el llamado déficit asimétrico. 14 comunidades autónomas, todas del PP, votaron en contra de este objetivo, que implica una bajada de dos puntos respecto al año anterior. Para la Comunitat Valenciana implica cerca de 280 millones de euros menos de los que previó el Gobierno autonómico al elaborar sus presupuestos.
La consellera de Hacienda ha iniciado las conversaciones con su homólogo de la Región de Murcia, la otra autonomía que también ha elevado sus previsiones de déficit, para buscar apoyo en la medida. Ambas son las comunidades peor financiadas año tras año y exigen una reforma del modelo. Según ha explicado Merino, en el CPFF se acordó un déficit conjunto, no diferenciado, “de forma unilateral”, sin haber consultado a las comunidades que “no son compensadas de ningún modo”.
El Consell critica que el ministerio delegue en las comunidades autónomas las negociaciones para el déficit asimétrico y acusa al órgano central de dejación de funciones. También ha recordado que en 2013 fue desde el Ministerio de Hacienda desde donde se tomó la decisión de hacer un déficit asimétrico mientras que el pasado lunes la ministra del dijo “que no tenía por qué hacerlo ella”. “Es muy fácil tratar de dividir a los demás, pero no lo conseguirán”, ha señalado.
Sobre las previsiones de ingresos, la titular de Hacienda ha apuntado que están revisando los posibles escenarios de riesgo, pero ha insistido en que no van a tocar las cuentas. “Nosotros exigimos el objetivo de déficit del 0,3%, que fue el que se incluyó en el presupuesto, porque creemos que el apropiado, como poco, para poder afrontar los gastos de servicios fundamentales”. Merino, muy reivindicativa, ha insistido en que “tenemos competencias que generan muchísimo gasto como son la sanidad y la educación” y “además tenemos que hacer frente a decisiones que toma el Gobierno de forma unilateral y que luego afectan a nuestra recaudación que como son las bajadas del IVA de los alimentos o del IVA de la electricidad sin ser compensadas”. Por ello, ha avisado: “No nos vamos a mover, es el presupuesto que hemos presentado, es el que necesitan los valencianos y así se va a queda”. Las consecuencias de no ajustarse a los objetivos están por ver, pero podría darse una intervención del Gobierno central o la exigencia de recortes para ceñirse al plan. Con todo, la titular de Hacienda ha considerado que las propuestas del ministerio no son creíbles y aboga por esperar a próximas reuniones para ver el objetivo de déficit concreto para cada comunidad autónoma.
Preguntada por las diferencias en el seno del Gobierno valenciano, exhibidas en las votaciones que en las Corts se han efectuado en las últimas semanas, con Vox desmarcándose de la condonación de la deuda, la titular de Hacienda las enmarca en discrepancias habituales entre partidos políticos diferentes que “mantienen posturas diferentes ante los temas”. “Pero este es Consell único y tenemos una acción de un gran gobierno y tenemos muy claro que lo que está por encima de todo que es el interés de los valencianos”, ha defendido. Este martes, el PP negoció con el PSPV una enmienda para exigir la condonación “justa” de la deuda valenciana, aprobada con los votos de Compromís y el único 'no' de Vox.
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