Mariano Rajoy en la Moncloa, una pesadilla que se prolonga para el Gobierno valenciano
Ya hay fecha para la investidura de Mariano Rajoy. Después de que el todavía presidente en funciones aceptara el pasado martes el mandato de Felipe VI de intentar formar Gobierno, la presidenta del Congreso confirmó la celebración del primer pleno de investidura entre miércoles y jueves (la tercera ocasión en la que el candidato popular lo intenta), aunque no será hasta el próximo sábado, en segunda votación y gracias al voto a favor de Ciudadanos y a la abstención del PSOE -ya veremos si en bloque o, como todo parece indicar, parcial- cuando Mariano Rajoy sea reelegido (a la cuarta) presidente del Gobierno. Si todo sucede como está previsto, el próximo lunes tendremos oficialmente -habrá jurado el cargo- un jefe del Ejecutivo que ya no estará en funciones.
No es, a priori, una buena noticia para el Consell del Botànic. La propia vicepresidencia valenciana, Mónica Oltra, ha reconocido que la elección de Mariano Rajoy -gracias a la abstención de los socialistas, una posición secundada por el jefe del Consell y líder del PSPV, Ximo Puig-, “obviamente” afecta al gobierno de la Generalitat, que se encontrará de nuevo en Madrid con un Gobierno “muy hostil”, como se ha visto en los últimos tiempos.
La Comunitat Valenciana tiene un grave problema de infrafinanción -con un déficit anual de unos 1.300 millones de euros para las arcas valencianas-, lo que se suma a una más que preocupante deuda histórica del Estado (Ximo Puig la evaluó en alrededor de 16.000 millones de euros) y a unas inversiones totalmente insuficientes en el territorio valenciano. Cuestiones relacionadas principalmente con el Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro, la principal pesadilla del ejecutivo de Ximo Puig -hace apenas una semana los portavoces de PSPV y Compromís se reunían en Madrid con Montoro, del que tan sólo consiguieron buenas palabras, pero ningún compromiso-.
El Gobierno tampoco acaba de apostar definitivamente por infraestructuras muy necesarias para la Comunitat Valenciana, principalmente el Corredor Mediterráneo, al tiempo que rechaza la puesta en marcha del contrato programa para Valencia -sí que lo tienen ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla-, que serviría para mejorar considerablemente el transporte metropolitano, o se niega a dar una solución a la deuda de más de 400 millones del Consorción de la Copa América con el Estado.
El Gobierno de Rajoy también ha recurrido leyes como las relacionadas con el derecho civil valenciano o la sanidad universal, y está poniendo piedras en el camino de la reapertura de la nueva RTVV.
El 'Acord del Botànic' no corre peligro
A pesar de la abstención de los socialistas ante la investidura de Mariano Rajoy, tanto la vicepresidenta del Consell (Compromís) como el presidente (PSPV) han insistido reiteradamente en el “blindaje” del pacto del 'Botànic'. Es más, Oltra llegó a apuntar, en referencia a las amenazas vertidas desde Podemos, que no tenía sentido expulsar a los socialistas de gobiernos autonómicos para dárselos al Partido Popular.
Así, si bien es cierto que en la Comunitat Valenciana el portavoz de la formación morada, Antonio Montiel, apuntó la posibilidad de dejar de apoyar a Puig si el PSOE facilitaba un Gobierno de Rajoy, este mismo martes los tres partidos firmantes del 'Botànic' acordaron doscientas medidas para la renovación del acuerdo de gobierno que llevó a la Generalitat a socialistas y valencianistas.