Con un sueldo medio (65.935 euros) que triplica al de las regiones españolas que los acogen, casi 11.600 noruegos han fijado su domicilio permanente en España, sobre todo en dos municipios tan distantes como gemelos: l'Alfàs del Pi (Alicante) y Mogán (Gran Canaria). Son la avanzadilla de una comunidad que en los inviernos se multiplica varias veces.
¿Les importa quiénes serán sus alcaldes? ¿Van a votar? ¿Les preocupa algo de sus municipios españoles o están de paso, aunque parezcan haber echado raíces? Casi medio millón de ciudadanos de la UE y de países no comunitarios con acuerdos de reciprocidad con España tienen derecho a participar en las elecciones municipales del día 28, aunque la historia dice que solo una pequeña parte votará.
La Agencia EFE ha elegido como muestra de todos ellos a los ciudadanos de un país al que suele tomarse como referencia en estado del bienestar y que hoy celebra su fiesta nacional, Noruega. En concreto a los vecinos de dos municipios costeros de 20.000 habitantes que tienen en su padrón a un gran volumen de extranjeros: Mogán (34% de vecinos no españoles) y l'Alfàs del Pi (50%).
Los Hansen, Olsen, Larsen, Andersen, Nilsen... que residen en esos dos municipios dicen no estar muy interesados por la política española y, menos aún, por la local; pero más allá de lo que dicen, las comunidades que han conformado en Arguineguín (su pueblo de referencia en Mogán) o l'Alfàs tienen un alto grado de exigencia medioambiental, colaboran con entidades benéficas y dan señales de estar preocupados por la vivienda.
A ellos, el mercado no les ha expulsado, pero no son pocos los que temen que sus vecinos españoles les culpen de los precios imposibles.
La colonia de l'Alfàs del Pi
A este rincón a orillas del Mediterráneo llegaron los primeros noruegos hace más de medio siglo buscando el sol, la playa, la seguridad y la tranquilidad. Hoy son ya 2.500 censados aunque se estima que hay 8.000 reales, lo que conforma la mayor colonia de nacionales de ese país fuera de Noruega, por delante incluso de Londres o Nueva York.
Cuentan con dos colegios concertados regidos por el plan de estudios noruego con unos 300 alumnos, con un activo club de 1.000 socios, el único centro de voluntariado subvencionado por el Ministerio de Cultura de su país en el extranjero, así como una iglesia y centros para mayores; lo que les hace sentirse “en casa”.
“Nada de política”
Gran parte de los noruegos de l'Alfás “no quieren saber nada de la política” en España, simplemente “se sienten encantados de ver el Mediterráneo tan azul y las espectaculares puestas de Sol”, en palabras de una de las fundadoras del Centro de Voluntariado Noruego, Merete Ihlen Marandi, de 74 años, que lleva medio siglo allí.
“Los noruegos están felices de vivir en España porque los inviernos allí arriba son muy duros, sobre todo para los mayores con reuma. Prefieren vivir aparte de la política y estar bien con la sociedad local”, ha relatado Marandi.
En todo caso, añade, sí que echan en falta una mayor concienciación para mantener el medio natural libre de residuos, sobre todo “lamentan ver plásticos en el monte”.
Miedo a los okupas
El miedo a los 'okupas' durante los meses en que regresan a su país para visitar a la familia y los problemas para comunicarse en noruego o inglés al cumplir con sus obligaciones tributarias u otras tareas cotidianas, son otras de sus preocupaciones en l'Alfàs.
En el colegio noruego Costa Blanca, uno de los pocos centros docentes del mundo concertados del Gobierno nórdico con plan de estudios del país y en su lengua, su secretaria, Ulla Rossvaer, sostiene que a sus compatriotas les interesa que el ayuntamiento mejore las dotaciones de ocio, deportivas y los carriles bici.
Sin embargo, muchos no votarán el 28M porque se les ha pasado el plazo de solicitarlo, dado que hay que pedirlo entre diciembre y enero, cuando normalmente regresan a su país por Navidad.
El caso de Gran Canaria
La segunda mayor comunidad de residentes noruegos en España se encuentra en Mogán, Gran Canaria, donde 957 de los 20.000 residentes empadronados son del país escandinavo. Pero esta cifra, precisan en el Consulado de Noruega en las islas, es muy inferior a la real: según sus cálculos, entre 7.000 y 8.000 noruegos viven en Mogán durante todo el otoño y el invierno, de octubre a marzo.
En Arguineguín, el pueblo pesquero del municipio, con apenas 2.188 habitantes, se concentra el grueso de la colonia noruega en la isla. Es allí donde radica la comunidad luterana más importante fuera de su país, que a menudo debe pedir prestada a la Iglesia Católica sus instalaciones para poder dar cabida a todos sus feligreses, que superan los varios miles, ha explicado a EFE su pastora, Ingunn Dalan.
Arguineguín es también la sede del “Norske Klubben”, una entidad con 35 años de historia y más de 700 socios que durante la temporada de invierno organiza grupos de bailes, senderismo, petanca, así como viajes y excursiones, detalla su secretaria, Mette Børresen.
Destaca también la existencia, desde 1986, de un colegio privado que en algunos momentos ha llegado a registrar más de 350 niños noruegos y que hoy instruye a unos 200 escolares, con 40 empleados.
El 95% “se va” para las elecciones locales
Preguntadas por la proximidad de las elecciones locales, para las que los noruegos empadronados tienen derecho a voto, Børresen lamenta que se celebren en mayo, una fecha en la que la mayoría de residentes han vuelto a Noruega. “El 95 % se va”, ha dicho.
Sin embargo, tanto Børresen como la pastora Dalan coinciden, como sus compatriotas de L'Alfas, en destacar los temas ambientales como preocupaciones principales de los noruegos residentes, y citan tanto la conservación de la naturaleza como el tratamiento de residuos.
Dalan apunta, asimismo, que los altos índices de pobreza en la isla son un tema de interés para su comunidad religiosa, que dona dinero “todas las semanas” a Cáritas Diocesana.
Respecto al encarecimiento de precios y el alza de la vivienda, vinculados al tensionamiento turístico y a la presencia de extranjeros que, como los noruegos, tienen mayor poder adquisitivo, señalan que no han percibido hostilidad por parte de la población, pero se muestran preocupadas por el tema.
A las elecciones municipales pueden votar nacionales de los 27 miembros de la UE y de trece países más con los que hay convenio de reciprocidad y que lleven empadronados un mínimo de tres años, además de haber solicitado expresamente su deseo de ir a las urnas entre el 1 de diciembre de 2022 y el 15 de enero de 2023.
Los británicos son el colectivo más numeroso.
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