G. Pons recurre a la naranja de Lizondo para animar la campaña aciaga del PP
Esteban González Pons, uno de los candidatos del PP a las elecciones europeas del 25 de mayo, ha emulado a Vicente González Lizondo, el líder de Unió Valenciana que tuvo dos minutos de gloria en 1989 en el Congreso de los Diputados cuando mostró una naranja en la tribuna de oradores.
Pons, exconseller de la Generalitat con Francisco Camps y hombre fuerte en el PP español –ahora sin tarea de peso- ha prometido defender a la Comunitat Valenciana en la Unión Europea. Naranja en mano, tiró de metáfora: “Me la llevo a Bruselas”, ha dicho en una conferencia en el Fórum Europa.
Lo bien cierto es que los citricultores valencianos, tras años de declive, están abandonando o transformando sus cultivos. Hace apenas días denunciaron la falta de rentabilidad de su esfuerzo, sin que consten medidas –de ser posibles- de la Generalitat o el gobierno para frenar una decadencia que viene de largo.
La campaña más aciaga
Pons, en su alocución, cargó de nuevo contra el tripartito - “No queremos aplaudidores del catalanismo como Compromís o complacientes como el PSOE”- o Vox, la formación conservadora lanzada por algunos antiguos militantes del PP, entre ellos Alejo Vidal-Quadras, que está actuando “como los peores tránsfugas”.
Críticas que no pueden ocultar que las cosas no pintan bien para el PP, al menos en la Comunitat Valenciana. La campaña de Alberto Fabra pincha, el partido tiene que tirar de autobuses para llenar un recinto más pequeño que los utilizados antaño y el mítin en el Ágora es parcialmente oscurecido por la última perla del presidente de la Diputación, Alfonso Rus.
Con ese panorama, el PP, cuyas perspectivas electorales en la Comunitat Valenciana no son halagüeñas, recurre a Lizondo (fallecido en 1996) y la naranja.
