Los primeros 15 minutos de Eduardo Zaplana en el banquillo de los acusados
Eduardo Zaplana, expresidente valenciano y exministro del PP, se sentó este jueves por primera vez en un banquillo de los acusados. Concretamente, en el banquillo de la Sala Tirant I de la Ciudad de la Justicia, ante la sección cuarta de la Audiencia Provincial de València, en el marco del juicio del 'caso Erial'. A pesar de que su paso por el banquillo fue breve —aproximadamente de 15 minutos— no dejó de ser una imagen histórica. Además, en el banquillo lo acompañó su sucesor en el Palau de la Generalitat, José Luis Olivas.
Zaplana llegó poco antes de las diez de la mañana ante decenas de cámaras de televisión y de fotógrafos de guardia para captar la imagen del exdirigente popular entrando al juicio. El expresidente declinó hacer declaraciones y entró en el recinto tras superar el control de seguridad.
Sin embargo, no subió a la Sala Tirant sino que se dirigió a la entrada de la pieza de la planta baja en la que se celebra el juicio de la supuesta caja B del PP de Rita Barberá. Allí saludó efusivamente a María del Carmen García Fuster, exsecretaria del grupo municipal popular acusada en el juicio del 'caso Taula', y al abogado de ésta última, José María Corbín (cuñado de Rita Barberá).
Tras los abrazos de naturaleza solidaria entre acusados, Zaplana subió a la sala en la que estaba señalado el juicio, para el que estaban acreditados decenas de medios de comunicación. El presidente del tribunal, el magistrado Pedro Castellanos, anunció que el exministro del PP había aportado un escrito solicitando la suspensión del juicio, debido a la grave dolencia cardíaca que sufre su abogado, Daniel Campos.
El fiscal anticorrupción, Pablo Ponce, no se opuso a la suspensión del juicio. “Entendemos que en estos momentos el señor Zaplana no tiene representante letrado y no es posible empezar la sesiones del juicio oral”, afirmó Ponce. Ninguna de las defensas se opuso a la suspensión del juicio.
El magistrado convocó a las partes para el próximo 21 de marzo. El calendario inicial reservaba 60 sesiones, durante cinco meses, para las declaraciones de los acusados, de los testigos y de los peritos, además de los informes de conclusiones de la acusación pública y de las defensas.
Tensión entre los acusados
Tras la suspensión del juicio se produjo una escena representativa de la tensión que se ha vivido, los días previos a la vista, entre los acusados. Mientras Zaplana charlaba con un compañero de banquillo, su amigo de la infancia y presunto testaferro, Joaquín Barceló, alias 'Pachano', se acercó a saludar al expresidente autonómico, quien le dio la espalda sin miramientos ni disimulo. Una 'cobra' en toda regla.
Y es que, según el diario Las Provincias, varios de los acusados, entre ellos los empresarios Vicente y José Cotino, ultiman un pacto de conformidad con Anticorrupción para reconocer los hechos y negociar una rebaja de penas. En el caso de Cotino, sería la segunda vez, tras su confesión en el 'caso Gürtel' de que financió ilegalmente al PP.
La posible conformidad de 'Pachano' supondría una estocada en toda regla para la defensa de Zaplana. Se trata del presunto testaferro que adquirió terrenos en España para retornar los fondos en el extranjero de su amigo de la infancia, según la tesis de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y el Ministerio Público. Los pinchazos telefónicos de la UCO revelaron las disensiones en el seno de la presunta trama, con 'Pachano' como protagonista.
Anticorrupción cuenta con varias bazas a su favor. Por una parte, la confesión de los dos blanqueadores de Zaplana, el abogado uruguayo Eduardo Belhot y la letrada Beatriz García Paesa, sobrina del famoso espía del mismo apellido afincada en Luxemburgo, desde donde se encarga de la optimización fiscal de grandes fortunas.
Sus respectivas declaraciones en la fase de instrucción fueron sendas clases magistrales del arte del blanqueo de capitales. Belhot incluso depositó 6,6 millones de euros en una cuenta del juzgado. Unos fondos propiedad de Zaplana, según el blanqueador.
Por otro lado, el Ministerio Fiscal apuntala la acusación con los sólidos informes de la UCO que acreditaron el supuesto papel de jefe que ejercía Zaplana en la trama.
La Fiscalía Anticorrupción elevó a 20,6 millones de euros los fondos del presunto botín de Zaplana que manejó la trama del 'caso Erial' en paraísos fiscales. La lavadora internacional pasó por Luxemburgo, Andorra y Panamá, entre muchos otros destinos.
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