Valencia, como otras ciudades españolas, ha apostado fuerte por el turismo “como sector estratégico principal para el crecimiento económico y la generación de riqueza”, según ha dicho la alcaldesa, Rita Barberá.
Dentro de esa política, la atracción de cruceros (con sus correspondientes turistas) ha sido una de las principales apuestas de la ciudad, que incluso creó una tarjeta turística específica. De hecho, Valencia incrementó un 20% la recepción de este tipo de barcos en 10 años.
2013 y 2014, sin embargo, han supuesto un cambio de tendencia. Hasta abril, el número de pasajeros ha descendido un 20%, quedándose en 66.000. En 2013, Valencia perdió tráfico levemente (1,48% menos, 473.000 viajeros en total) mientras que en España siguió creciendo .
Así, el Puerto de Valencia apenas recibió en 2013 un 6% de los viajeros de cruceros de toda España. La ciudad tiene, a priori, margen de crecimiento: apenas tiene una quinta parte del tráfico de Barcelona (2.5 millones) y un tercio del de Baleares, los líderes.
Cierre de una terminal
Sin embargo, un operador del sector, Valencia Passenger Services (VPS), acaba de cerrar la terminal desde la que prestaba servicio a cruceros y cruceristas. El negocio, abierto en 2012, no ha cumplido las expectativas. Rita Barberá, que apadrinó la inauguración de la instalación, junto con la Fundación Turismo Valencia, en el ojo del huracán por la contratación de Iñaki Urdangarín, deben estar buscando fórmulas para relanzar el turismo de cruceros.