Las claves informativas de la semana en la Comunitat Valenciana.
Como si Mazón no existiera
El debate sobre la catástrofe de la DANA
Sánchez compromete miles de millones y Feijóo se aferra a “la emergencia nacional” contra un gobierno de su propio partido
Desde la tribuna del Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un nuevo paquete de ayudas, el tercero, para la recuperación de los daños causados por la DANA del 29 de octubre. Los 2.274 millones de euros de este nuevo conjunto de ayudas elevan a más de 16.600 millones la cantidad que ha comprometido hasta ahora el Ejecutivo central, que prevé “60 medidas diseñadas para acelerar la vuelta a la normalidad” de las comarcas valencianas afectadas por la tragedia, unas medidas orientadas a tres objetivos principales: apoyar a la ciudadanía, restablecer el parque móvil y recuperar el tejido productivo.
Sánchez dio muchas cifras en su repaso a la actuación del Gobierno de España frente a una catástrofe que se ha cobrado 222 víctimas mortales, con cuatro personas todavía desaparecidas. En estos momentos, dijo, hay sobre el terreno 20.000 empleados públicos, desde militares a especialistas en peritaje, pasando por agentes de las fuerzas del orden, que trabajan en las tareas de recuperación; los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor alcanzan a 25.700 personas; habrá que atender a las solicitudes de los propietarios de unos 120.000 vehículos dañados por la riada; los ayuntamientos contarán con ayudas del 100% para sufragar los gastos que ocasionó la emergencia y del 50% para atender reparaciones...
Al portavoz del primer partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, las cifras le daban igual. Arremetió como es costumbre contra Sánchez, a quien hace responsable de todos los males, le acusó de falta de “humildad” y de falta de “humanidad” y le echó en cara que el Gobierno no asumiera el mando, pasando por encima de la Generalitat Valenciana, desde el mismo momento de la catástrofe: “Ustedes debieron declarar la emergencia nacional”. Lo sostuvo con todo el énfasis, como si el presidente valenciano, Carlos Mazón, de su partido, principal aludido por esa hipotética acción, no existiera.
En referencia a la desastrosa gestión de las emergencias por parte del gobierno de la Generalitat Valenciana el día de la DANA, Sánchez había asegurado en su intervención: “No creo que el sistema haya fallado, fallaron algunas de sus piezas y, sobre todo, algunas personas”. En su réplica a Feijóo, visto el tono del líder del PP, fue mucho más explícito y señaló a Mazón como “el principal responsable de la catástrofe”. El contraataque era obvio: “No ha mencionado al señor Mazón y me pide a mí que declare la emergencia y que lo aparte. ¿En qué quedamos? Si tan mal cree que lo está haciendo el señor Mazón, ¿por qué no le exige que dimita?”.
En algún momento del debate podía parecer que existe una coincidencia entre el PP y Compromís, que también echó en cara a Sánchez que el Gobierno no tomara los mandos en los primeros momentos. O dicho de otra manera, que no pasara por encima de la Generalitat Valenciana. Una actitud por la que Águeda Micó, la portavoz de la formación, tuvo casi que disculparse recordando sus muchos años de militancia valencianista, de defensa del autogobierno, y justificándola en el desamparo que sintieron los afectados en los primeros días. La coincidencia, sin embargo, no pasa de ahí. Compromís emplaza a los socialistas a una moción de censura contra Mazón, se pronuncia en términos muy duros sobre su actuación y plantea la creación de una comisión de investigación, a la que Sánchez accedió pero dando un margen de tiempo para centrarse ahora mismo en la recuperación de viviendas, comercios y empresas.
Dejando al margen a Vox, su discurso altanero y el negacionismo climático de la extrema derecha, todos los otros grupos de la Cámara desgranaron en sus intervenciones los fracasos, las mentiras y las contradicciones de Mazón, y del Consell que preside, en la gestión de la catástrofe. La tristemente famosa comida que lo mantuvo fuera de juego mientras las inundaciones se desencadenaban, el lamentable funcionamiento de la dirección del sistema de emergencias, la tardía reacción o los contratos de emergencia con empresas vinculadas a casos de corrupción del PP salieron a relucir. Sobre todo, los parlamentarios destacaron lo inconsistente de su defensa cuando el jefe del Consell alega que hubo un “apagón” informativo de la Confederación del Júcar o que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no dio aviso suficiente de la gravedad de lo que ocurría.
Si todos hablan mal de ti, menos los tuyos, que evitan defenderte (e incluso nombrarte), es que has hecho algo que tiene difícil justificación. Eso le ocurre a Mazón, que, por su parte, ha formalizado los cambios en el Gobierno autonómico, con la toma de posesión de las nuevas titulares de Turismo e Industria y de Justicia, así como del inédito conselller de Emergencias, y el nombramiento como vicepresidente del teniente general Francisco José Gan Pampols, a quien ha encargado que dirija la recuperación y reconstrucción de las zonas devastadas por la DANA y mantenga la interlocución con el Ejecutivo central, pero no le ha creado propiamente una conselleria.
Mazón destituyó a la consellera responsable de las Emergencias, Salomé Pradas, sin que haya comparecido a dar explicaciones por la DANA ante la opinión pública. En la sesión de control en las Corts Valencianes vio cómo Vox, el apoyo parlamentario de su Consell, le reclamaba la destitución del secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, que todavía sigue en el cargo.
Parapetado tras el general (que, como él, salió de las Corts Valencianes protegido para que los periodistas no pudiesen abordarles), Mazón no le ha dado personal para su vicepresidencia. Gan Pampols, a quien ha pedido que redacte un plan de recuperación del que por lo visto carece su Gobierno, tendrá que compartir funcionarios con Hacienda. Eso sí, ha introducido de tapadillo una norma que le permitirá cobrar más de lo que hasta ahora estaba permitido a cualquier miembro del Consell. Que Mazón haya eliminado el tope salarial para altos cargos en un decreto de emergencia de la DANA era la gota que faltaba para que la indignación ciudadana y la de los partidos de la oposición alcanzara el punto de ebullición. No tiene remedio.
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