Pepa Bueno: “ETA ya no está y hay que pasar página, pero antes hay que leer la página enterita”

Pepa Bueno fue una de las primeras invitadas en este espacio de entrevistas a distancia con Ignacio Escolar y, unos meses después, ha repetido experiencia. En esta ocasión, el director de elDiario.es ha charlado con Pepa Bueno sobre su debut en las librerías.

La directora de Hora 25 en la Cadena Ser acaba de publicar Vidas arrebatadas (Planeta), un libro-reportaje en el que narra la historia de dos hermanos que vivían en la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza cuando ETA voló el edificio en pedazos en 1987. Ellos sobrevivieron, pero su madre, su padre y su hermana de siete años murieron en el atentado.

José Mari, tenía 13 años. Víctor, 11. Ambos pequeños tuvieron que aprender a sobreponerse a la tragedia. Más de 30 años después, la periodista quedó con ellos para conocer su historia. Cuando empezaron a hablar, ella supo que tenía que escribir este libro. Vidas arrebatadas da voz a los huérfanos de ETA y reconstruye su historia, sus heridas, y convierte a las víctimas en protagonistas.

La periodista ha resaltado la “valentía” de Víctor y José Mari ante una tragedia que todavía a día de hoy les persigue. En su relato, se plasma el sufrimiento que tuvieron que atravesar y la falta de ayuda que padecieron estos entonces niños que “no tuvieron una familia que se hiciera cargo de ellos”.

Pepa Bueno ha recordado que durante mucho tiempo en nuestro país “los muertos y los supervivientes de ETA nos parecieron un paisaje inevitable” y ha apuntado que algo parecido nos está pasando ahora durante la pandemia, cuando ya nos hemos acostumbrado a tener cientos de muertos cada día y “nos hemos anestesiado”. “Hay algo de eso”, reflexionaba, añadiendo que “ETA era una dramática irrupción en nuestras vidas, pero una vez pasado el atentado seguíamos a lo nuestro”.

La autora de Vidas arrebatadas ha remarcado que es negativo “instrumentalizar a las víctimas de ETA”, ya que “decir que son de una parte del espectro político hace daño a las víctimas y a toda la sociedad”. Bueno ha destacado que durante este “viaje” para dar voz a estos dos hermanos se ha reafirmado en algo que “ya creía”: “Las víctimas de ETA son tantas que es injusto hablar en nombre de todas”.

Sobre el papel de la izquierda abertzale en la política, la periodista ha destacado que “es importante distinguir que en Bildu hay tendencias políticas distintas que confluyen” y aunque se ha mostrado convencida de que “deben participar en política”, ha señalado a “esa parte de la izquierda abertzale que tiene un déficit de autocrítica”.

“No pueden pretender que no haya un relato compartido”, ha afirmado, añadiendo que es necesario “decir que matar y secuestrar fue un trágico error”. “ETA no está y hay que pasar página, pero antes hay que leer la página enterita”, ha enfatizado.

Pepa Bueno ha explicado que esto es necesario porque la “onda expansiva” de los atentados de ETA llegan hasta nuestros días, como se plasma en el relato de José Mari y Víctor, dos jóvenes “de cuarenta y pocos años que se han tenido que jubilar antes de los cuarenta y decidir que hacer el resto de su vida y con sus pesadillas”.

“La división por la ley trans me parece un horror”

Los socios y socias de elDiario.es también han tenido oportunidad de preguntar a Bueno por algunos temas de actualidad, entre otros la división que se ha generado en el movimiento feminista en torno a la futura ley trans. “La división por la ley trans me parece un horror”, ha afirmado la directora de Hora 25.

“El reconocimiento de derechos de una minoría nunca ha puesto en peligro a una mayoría”, añadía sobre las reivindicaciones del colectivo trans y ha reconocido que le produce “dolor y asombro” esta división.

“Creo que hay que hacerlo con la mejor técnica jurídica”, ha apuntado sobre las reformas legislativas y ha lamentado que haya quienes le reclamen que “eche gasolina en el incendio”. “Me niego a entrar en una batalla que niega reconocer derechos civiles a una minoría machacada. A mí que no me busquen para eso”, ha remachado.