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La pandemia de coronavirus ha provocado un gran aumento del trabajo a distancia en todo el mundo, y España no es una excepción. Según un estudio reciente con datos del INE, el 55% de los trabajadores en España son actualmente aptos para trabajar a distancia.
El 44% restante de los trabajadores españoles no cumplen los requisitos para el teletrabajo debido al tipo de trabajo que tienen o porque carecen de la tecnología o las habilidades necesarias.
Esto significa que del total de la población activa en España, que se estima en 23 millones de personas, 12,65 millones podrían desempeñar su trabajo desde la comodidad de su propio hogar, sin producir atascos, contaminación, gastos en transporte y consumo en los edificios de oficinas.
En 2020, aproximadamente 16% de los profesionales en España trabajaba regularmente de forma remota, lo que representó un crecimiento de 11,3 puntos porcentuales con respecto a 2019, donde solo el 4,7% disfrutaba de esta posibilidad. Por desgracia, esta cifra ha caído en los últimos meses hasta el 6,6%. Más que antes de la pandemia, pero muy lejos de los máximos.
Teletrabajar es más barato
¿Cuánto se ahorra con el teletrabajo? Por un lado, el empleado no tiene que gastar en desplazamientos, sea en transporte público o en vehículo privado. La ley del teletrabajo de 2021 obliga a la empresa a cubrir sus gastos asociados, como la conexión a Internet y el equipo informático.
Eso sí, corre a cuenta del empleado la climatización y la iluminación de su casa. Según cálculos recientes de la OCU, teniendo en cuenta todos estos factores, y los altos precios de los combustibles y la energía, el teletrabajo es más rentable.
Ir a trabajar a la oficina cuesta al empleado un 70% más que teletrabajar. El coste del desplazamiento depende de la distancia y el medio de transporte, y puede variar entre los 15 euros al mes para el transporte público cercano y los 264 euros si hay que utilizar vehículo privado y la distancia es mayor.
Además, al teletrabajar también se reducen los gastos en hostelería, ya que no es necesario salir a comer cerca del trabajo. Según la consultora internacional Global Workplace Analytics, los ahorros para las empresas pueden ser incluso mayores.
Al disminuir sus necesidades de espacio de oficinas, el ahorro por cada empleado que teletrabaja puede alcanzar los 10.000 dólares al año.
¿Y en cuanto al consumo de energía? El mayor gasto para el trabajador en casa es la climatización, ya que la iluminación, el ordenador y la conexión de Internet tienen un consumo de energía pequeño.
A igualdad de condiciones, el consumo medio de electricidad por metro cuadrado en los hogares en España es de unos 33 KWh al año, mientras que el de oficinas está entre los 50 y 100 KWh por metro cuadrado al año, lo que hace los domicilios particulares mucho más eficientes energéticamente que los edificios de oficinas.
Menos emisiones
Además, el teletrabajo generalizado supondría una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación atmosférica, según un estudio del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Así, implantar el sistema de teletrabajo dos, tres y cuatro días a la semana permitiría reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), el principal contaminante producido por el tráfico, en un 4%, un 8% y un 10%, respectivamente.
La consultora Watershed tiene una calculadora de los ahorros de emisiones al implantar el teletrabajo con datos de distintas ciudades internacionales. Por ejemplo, una empresa de 1.000 empleados en Londres que pasen a teletrabajar dos días por semana, y que reduzcan sus vuelos a la tercera parte, reduciría las emisiones de CO2 del centro de trabajo en un 39%, y las emisiones totales en un 6%.
¿Si el teletrabajo fuera todos los días? El porcentaje se duplica hasta un 72% menos de emisiones en el centro de trabajo y una reducción total del 12%.
Los obstáculos al teletrabajo, en España y en otros países, parecen ser culturales. Los empresarios creen que la productividad es menor con el teletrabajo, una percepción que desmiente la experiencia durante la pandemia.
Según la consultora Adecco, el eliminar las distracciones y reuniones inútiles en las oficinas favoreció la productividad. Quizá sea el momento de replantearse la cultura empresarial.
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