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Nos gustan las velas y su poder de transformar el salón en un lugar más acogedor, con solo encenderlas; y casi sin esfuerzos. Claro, que esto funciona hasta que la mecha comienza a dar problemas. O hasta que la cera deja un agujero en el centro de la vela.
¿Cómo arreglar una cera hundida? Nadie quiere desperdiciar una vela (y el dinero) mientras que aún queda cera en ella; pero parece complicado aprovecharla o encender una mecha cuando la cera ya no se derrite de forma homogénea.
Por suerte, hay un modo sencillo de recuperar toda esa vela; y conseguir que vuelva a tener forma homogénea y te lo contamos a continuación. Además, te compartimos los trucos para que nuestras velas duren más tiempo: el secreto está en recortar la mecha.
Cómo arreglar una vela hundida
Las velas , a pesar de sus virtudes relajantes y en ocasiones aromáticas, tienen un pequeño gran problema: la cera del centro se consume, la más cercana a la mecha, y la de los extremos se mantiene intacta.
De esta suerte, además del problema estético, la mecha queda enterrada en el centro de la depresión y pronto se ve ahogada por la cera líquida, de modo que la vela deja de funcionar correctamente.
Parece que la única opción es resignarse, sin embargo existe un último recurso al que acudir, un truco muy sencillo que. solo requiere de un rollo de papel de aluminio. Consiste en rodear la cera hundida con un capuchón de papel de aluminio, pero dejando en el centro una salida para la llama.
Luego encendemos la vela y esperamos unos cinco minutos, al final de los cuales podemos retirar el capuchón, comprobaremos que la depresión alrededor de la mecha ha desaparecido, ya que el capuchón ha uniformizado el calor de la llama y ha derretido la cera de los laterales.
¿Y cómo lograr que las velas duren más tiempo?
Una vela enciende mientras que su mecha se mantenga en buen estado. Y el secreto para lograrlo es recortarla con unas tijeras tras cada uso. Este cordón de algodón que sostiene la mecha debería medir entre tres y seis centímetros más que la cera. Y, para ello, conviene recortarlo, solo un poco, antes de volver a encenderla. Este sencillo gesto también ayuda a que la mecha prenda de un modo más limpio, y luzca más bonita.
Un último truco: la mayoría de las velas aguantan más tiempo en buen estado cuando las mantenemos encendidas algunas horas, entre dos y tres. Esto facilita que la capa superior de cera se derrita de forma homogénea, y previene las molestas perforaciones centrales, tan comunes en las velas.
Cómo reutilizar tus velas
Paso 1. Retirar los restos de vela (con este truco)
Un truco para separar los restos de cera del recipiente original consiste en utilizar parafina líquida. Es sencillo: basta con mojar un papel de cocina con parafina líquida –se vende en farmacias y perfumerías–, ya que este producto ayuda a que los restos de cera se separen con facilidad del recipiente.
Y lo que no debemos hacer: intentar retirar la cera con un cuchillo o unas tijeras. Solo lograremos rayar el recipiente o, si es de metal, lo ablandaremos y será inservible para volver a rellenarlo. Más trucos para que salga la cera de la vela: la mayoría de las ceras salen razonable bien con agua bien caliente, vertida sobre ellas.
La forma más sencilla de lograrlo es abrir el grifo de agua caliente, y colocar el recipiente con la cera que queremos recuperar debajo. Pero al precio que está la luz y el agua caliente, tal vez este no sea el truco más económico.
Más sencillo y barato (si ya tenemos la nevera encendida): hay quien mete las velas en el congelador durante una hora, más o menos. La clave es lograr que la cera se contraiga, por el frío, lo que facilita mucho la tarea de sacarla del recipiente.
Paso 2: derretir la cera de las velas viejas
El modo más sencillo de aprovechar todos los restos de cera de las velas consiste en derretirlos al baño maría, dentro de una cazuela con agua, a baja temperatura, entre 45 y 60ºC. Y, después, verterlo todo en un receptáculo más pequeño. ¡Ya casi tenemos una nueva vela!
Ahora bien, para que este sencillo truco funcione, hay asegurarse de que los restos de cera que vamos a derretir y mezclar son todos del mismo material: cera de abeja, parafina o cera vegetal, como la cera de soja.
Paso 3: verter la cera de la vela, y colocar una mecha nueva
Una vez que la cera está derretida, con cuidado, retiramos la vieja mecha con ayuda de unas pinzas, para no achicharrarnos las manos. Y la desechamos. Ahora necesitamos cortar un trozo nuevo de mecha, que sea unos cinco centímetros más largo que el recipiente donde vamos a crear la nueva vela.
Si hemos comprado la mecha en un ovillo (lo encontramos en cualquier tienda de manualidades decente), necesitaremos atarla a un soporte o pie metálico para velas, que también encontramos en negocios especializados, y a un precio bastante económico. Pero lo más sencillo es hacerse con mechas ya enteras, que incluyen su soporte metálico.
En uno u otro caso, mojamos el soporte en la cera derretida, hundiéndolo unos segundos. Y lo metemos en el recipiente final, de modo que el pie metálico toque el fondo. De esta forma, resulta más sencillo que todo quede pegado y en su sitio.
Anudamos el extremo libre de la mecha a un pincho de madera, como los que utilizamos para montar una brocheta de verduras, por ejemplo. Ahora solo necesitamos apoyar el pincho sobre los bordes del recipiente que alojará la vela, y verter la cera derretida centro; con cuidado de que no rebose y de dejar, al menos, un centímetro vacío hasta el borde. Lo dejamos reposar sobre una hora. Y, para nivelar el centro, si hace falta, podemos volver a verter un poco más de cera en esta zona. ¡Y ya lo tendríamos!
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