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Es hora de hacer las maletas para muchas personas. En familia o con amigos, en la playa o la montaña, las vacaciones se esperan con ilusión durante todo el año. De entre la extensa lista de cosas que necesitamos incluir en nuestro equipaje hay un imprescindible que no debemos olvidar: el botiquín de primeros auxilios.
Pero, pese a su importancia, a menudo es una de las partes de la maleta a la que menos atención solemos prestar. No hacerlo puede acabar arruinando nuestras vacaciones. En el mejor de los casos no lo necesitaremos, pero nos puede rescatar de problemas variados como un dolor de cabeza, deshidratación, cortes, mordeduras y picaduras.
Un botiquín de primeros auxilios bien surtido puede marcar la diferencia entre una estadía tranquila y una experiencia desagradable. Su contenido debe cubrir las necesidades básicas: tratar trastornos comunes, como fiebre o dolor de estómago, así como material de primeros auxilios y otros artículos que podamos necesitar en el destino.
El contenido de un botiquín adecuado dependerá de factores como las particularidades de la zona a la que viajamos, cuánto tiempo estaremos y de nuestras propias necesidades (si tenemos alguna enfermedad crónica o si estamos tomando alguna medicación en el momento de marchar).
Qué debe contener el botiquín básico
En general, el botiquín no debe ser muy grande, sino pequeño y ligero, que quepa en una mochila de mano. La farmacéutica María Bros, de la Farmacia Casas (Sant Celoni) nos indica qué debe incluir un botiquín básico en el que, como mínimo, estarán los siguientes medicamentos:
- Antitérmicos para combatir la fiebre (no debemos olvidar incluir un termómetro para medir la temperatura corporal por si es necesario).
- Analgésicos para aliviar el dolor ocasional.
- Antiesméticos para reducir las náuseas y los vómitos que pueden provocar los viajes en avión, coche o cualquier otro transporte. Estos medicamentos producen somnolencia y reducen la capacidad de respuesta. El farmacéutico nos aconsejará sobre cuál es la mejor opción para nosotros.
- Antidiarreico y laxante para solucionar problemas estomacales como la diarrea del viajero. Debemos tener en cuenta que el estómago es uno de los órganos que más sufre durante las vacaciones, fruto sobre todo de los cambios de hábitos (jet lag, cambios en la dieta, etc.), de ahí que le prestemos un poco de atención.
- Sales de rehidratación oral para la rehidratación tras vómitos y diarreas.
- Sprays para picaduras y repelentes contra insectos.
- Protector solar adaptado a nuestro tipo de piel.
- Productos para prevenir infecciones o mejorar la cicatrización de posibles lesiones.
- Antisépticos de uso externo para desinfectar heridas, cortes superficiales y quemaduras leves.
- Antihistamínicos para evitar reacciones alérgicas producidas por las picaduras de insectos o el contacto con plantas.
En la mayoría de los casos, no tendremos problema para llevar estos medicamentos porque la mayoría tienen un tamaño reducido que nos cabrá en una mochila pequeña y, excepto si vamos a ir a un lugar muy caluroso, tampoco tendremos problema con la temperatura. Lo más aconsejable es no sacarlos de su caja original para poder leer y consultar las instrucciones y dosis si es necesario.
Deberemos tener especial cuidado con los fármacos fotosensibilizantes, que la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) detalla en esta lista, porque provocan reacciones en la piel si nos exponemos demasiado tiempo al sol.
También es aconsejable llevar material de cura como el que propone la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP):
- Esparadrapo para fijar algún apósito o vendaje.
- Vendas y apósitos estériles para limpiar heridas, ojos y para usar como apósitos de heridas. Hay vendas adhesivas que no necesitan esparadrapo y que nos pueden ayudar a tapar una herida más grande.
- Tiras adhesivas estériles que nos servirán para acercar bordes de una herida, como si fuera una sutura, antes de consultar con el médico.
- Tijeras y pinzas para sujetar y extraer cuerpos extraños de una herida.
Aunque esto sería lo recomendable en un botiquín básico, Bros admite que “cada vez nos gastamos menos dinero a la hora de prepararlo” para irnos de vacaciones.
Un botiquín adaptado a cada veraneante
Hasta aquí la lista de imprescindibles en un botiquín estándar, útil para la cura instrumental indispensable y con los medicamentos esenciales. Pero deberemos tener en cuenta otros elementos adicionales, factores clave como el destino, el tipo de transporte y las condiciones de partida del viajero.
Si vamos al extranjero es posible que algunos medicamentos que tengamos que tomar (píldora anticonceptiva, inyecciones de insulina o inhalador para el asma, entre otros) no estén comercializados y, si lo están, lo más probable es que sea con otro nombre comercial. En este caso es importante recordar el nombre genérico porque la denominación de la marca que usamos nosotros puede no existir en otros países.
En el caso de que tomemos alguna medicación antes de irnos de vacaciones, también deberemos llevar:
- La receta médica de los medicamentos que vayamos a llevar para evitar problemas en las aduanas, así como un informe médico actualizado si tenemos alguna enfermedad crónica, tal y como recomienda la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
- Para ir tranquilos es importante llevar más cantidad de medicación necesaria y guardarla en dos sitios distintos por si la perdemos, siempre en paquetes bien cerrados que impidan su contaminación.
Si nos vamos a países con climas tropicales deberemos informarnos, antes de marchar, si es necesario o no vacunarnos. La Asociación Española de Vacunología (AEV) ofrece un buscador interactivo en el que podemos encontrar información importante sobre los grados de recomendación de vacunas para el viajero, como la de la fiebre amarilla, la hepatitis A, el tétanos-difteria, la poliomielitis, el cólera o la fiebre tifoidea. Aconseja, para la prescripción de vacunas, consultar con nuestro médico o un centro de vacunación especializado.