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Las buganvillas son plantas tan resistentes como complicadas de entender. Por eso, a veces nos despistan; y no entendemos por qué dejan, de pronto, de echar flores; cuando, en teoría, son capaces de brotar prácticamente durante todo el año; como poco, hasta bien entrado el otoño.
En otras ocasiones, nos desesperamos cuando esa maceta tan floreada que acabamos de comprar en el vivero se mustia y pierde todos sus preciosos capullos morados (o rosas, incluso blancos) a las pocas semanas de llegar a casa.
El problema es que pueden despistarnos. Porque la buganvilla es una planta perenne, y bastante más dura de lo que parece; por eso, el exceso de mimo puede no favorecerlas. Y a veces, aunque nos resulte complicado, prefiere que la descuidemos y nos olvidemos un poco de ella.
¿Dónde coloco la buganvilla?
El primer truco para que nuestra buganvilla crezca feliz y dé muchas flores es darle la luz que necesita. Tenemos que colocar nuestra buganvilla en un sitio donde no vaya a helar en invierno; vale una terraza acristalada e incluso podemos meterla dentro de casa durante los meses fríos; siempre que reciba la luz apropiada.
Una buganvilla puede tolerar una temperatura de hasta 2°C, pero prefiere que la mantengamos durante el invierno a entre 7 y 10°C. Con temperaturas por debajo de los 10ºC, estas plantas pueden soltar algunas, incluso, todas sus hojas; pero volverán a brotar una vez que la temperatura suba; siempre que las mantengamos por encima del punto de congelación,
Dicho esto, la buganvilla es una planta que adora el calor, y necesita pleno sol para crecer; sin dejar que se achicharre en verano. Por eso, ahora en otoño o invierno, será feliz cerca de una ventana o en esa terraza protegida, y también junto a un cristal que mire al este o al sur.
La ventaja de tener a nuestra buganvilla en una maceta es precisamente esa: podemos moverla de localización, y volverla a sacar a la terraza o al exterior, una vez que regrese el calor.
Así quiere la buganvilla que la reguemos
No nos pasemos con la regadera, porque el exceso de agua puede estropear nuestra buganvilla. Recordemos que es una planta resistente, y esta condición resulta especialmente cierta cuando hablamos del agua que necesita.
Por eso, durante el invierno, reguémosla poco; una vez cada dos semanas basta; y, antes de volver a coger la regadera, comprobemos el nivel de humedad de la tierra, para no dejarla ni encharcada, ni demasiado seca.
Ahora bien, una vez que llegue la primavera, la buganvilla querrá riegos más frecuentes y generosos; entre dos y tres veces a la semana; aunque si vivimos en una zona muy cálida podemos aumentar la frecuencia.
Pero recordemos esto: a la buganvilla no le gusta el exceso de agua, y si la encharcamos, sus raíces empezarán a pudrirse. Y no esperemos que una planta tristona dé las flores que tanto nos gustan.
Lo que quiere “comer” tu buganvilla para dar flores a montones
Para que nuestra buganvilla viva feliz, y eche flores, necesita comer bien. Por eso, siempre conviene recurrir a un buen sustrato o tierra de jardinería completa y lo más orgánica que podamos. Dicho esto, si lo que queremos es que florezca en abundancia, le vendrá más que bien un empujón de fertilizante.
Podemos fertilizar las buganvillas una vez a la semana, desde mitad de primavera hasta mediados de otoño; que es su época de crecimiento. Si aplicamos un fertilizante líquido, rico en nitrógeno, este producto potenciará el crecimiento de nuevas hojas.
Una vez que nuestra buganvilla esté creciendo; y tenga numerosas hojas y ramas nuevas, podemos cambiar, y empezar a fertilizarla con un producto rico en potasio; como el que venden para los tomates. Este producto ayudará a que la buganvilla eche más flores; pero, además, intensificará su color.
Otro truco, común para lograr flores en casi cualquier planta: si pellizcamos y retiramos las flores secas o ya muertas, este gesto hará que salgan más.
El truco para que tu buganvilla saque muchas flores
Y si queremos que la buganvilla nos dé flores a porrillo, tenemos que podarla. Una poda regular logra que nuestra buganvilla produzca nuevos brotes de forma regular; y estos son los que hacen que nuestra buganvilla también florezca de forma regular.
El mejor momento para podar nuestra buganvilla es a finales de febrero; pero si la planta está descontrolada, y necesitamos recortar alguna parte durante su etapa de crecimiento, hay que intentar hacerlo de forma más contenida, y, sobre todo, después de cada explosión de flores.
Puesto que la buganvilla dará flores también en los tallos de años anteriores, no nos pasemos con el corte, y tengamos cuidado, para no podar demasiados tallos. El truco: empecemos con los tallos muertos o secos.
Después, cojamos las tijeras para podar y cortemos por encima de la yema o de un punto de crecimiento de hojas nuevas. Y si nuestra buganvilla está descontrolada, y necesitamos un corte más drástico, podemos retirar tallos o ramas enteras, allí donde se unen con el tallo principal.
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