¿Cuándo cambiar una sartén?: señales que indican que no conviene seguir usándolas
Cocinar es una de las tareas más frecuentes en el hogar. Ya sea de manera cotidiana, o semanal por falta de tiempo, la labor requiere un uso constante de múltiples enseres como tablas de cortar, cazuelas o espátulas, las cuales pueden deteriorarse con el uso. Así, es importante conocer la vida útil de cada utensilio, ya que de ser utilizados durante más tiempo de lo recomendado, podrían volverse incluso perjudiciales para la salud.
Una de las herramientas de cocina más utilizadas a la hora de elaborar diferentes platos son las sartenes, las cuales han sido un elemento básico en la cocina desde tiempos antiguos. De hecho, tanto las civilizaciones griega como romana ya usaban utensilios de bronce y hierro sobre los que 'freían' alimentos hace más de 2.000 años.
Sin embargo, pese a que estas herramientas se han ido refinando con los siglos, fabricándose de materiales nuevos y más resistentes, estas siguen requiriendo un cuidado básico para comprobar que funcionan correctamente y que sus propiedades no han perdido eficacia.
De esta manera, es importante diferenciar entre los distintos tipos de sartenes (teflón, cerámica, hierro fundido, entre otros) para conocer los tiempos de uso, las temperaturas máximas y demás precauciones necesarias para prolongar la vida útil de dichos utensilios sin que estos se vuelvan perjudiciales para la salud. Te contamos cuáles son las señales que indican que no conviene seguir usando una sartén.
Sartenes antiadherentes
Las sartenes antiadherentes son uno de los tipos más comunes en la cocina por su facilidad de uso y su sencilla limpieza. Entre los componentes más comunes de esta clase se encuentran las sartenes de recubrimiento de teflón, las de recubrimiento de cerámica o las de recubrimiento de titanio, entre otras.
La vida útil de este tipo de utensilios varía entre los 2 y los 5 años, dependiendo de la calidad del material y la frecuencia de uso. De esta manera, las sartenes de mayor calidad podrían durar algo más de 5 años si se conservan de la manera adecuada.
Para saber cuándo cambiarlas es importante prestar atención de manera regular a las señales de desgaste de las mismas. Así, al ser principalmente sartenes que obtienen sus cualidades antiadherentes de revestimientos, estas podrían comenzar a perder sus propiedades cuando sean evidentes rayones o la comida comience a pegarse.
Por otro lado, elementos como el teflón antiguo pueden ser tóxicos, por lo que se debe evitar calentar estas sartenes a más de 260 grados centígrados.
Para evitarlo, revisa la sartén cada 6 meses, evitando en todo caso utilizar utensilios de metal que podrían rayar la superficie de la misma. Por otro lado, no la calientes en exceso ni la introduzcas al horno a altas temperaturas, y lávala a mano de manera cuidadosa en lugar de utilizar el lavavajillas.
Sartenes de hierro fundido
Otro tipo de sartenes son las de hierro fundido. Estas son algo más caras, aunque son conocidas por ser extremadamente duraderas, pudiendo incluso utilizarse durante múltiples décadas si se conservan de forma adecuada. El principal motivo para cambiar los utensilios de cocina fabricados con este componente es el óxido.
Esto es así, ya que el hierro fundido tiende a oxidarse si no se seca adecuadamente. Por ello, es recomendable antes de comenzar a usarla aplicar una capa de aceite que impermeabilice la superficie, evitando que se oxide por exceso de humedad.
Para mantener este tipo de sartenes, es importante cerciorarse de que no haya ningún tipo de corrosión u óxido cada cierto tiempo, aunque una revisión anual bastará para comprobar el estado de la misma. Además, es recomendable secar siempre el utensilio después de lavarlo y evitar limpiarla con jabón, ya que es recomendable utilizar tan solo agua caliente y una esponja o estropajo.
Sartenes de acero inoxidable
Las sartenes de acero inoxidable son muy duraderas y resistentes, gracias a sus propiedades y proceso de fabricación. Sin embargo, requieren ciertos cuidados para evitar que estas se deterioren. La vida útil de este tipo de sartenes varía entre los 10 y los 15 años, aunque puede ser mayor si se cuidan de la manera correcta.
Para ello, es importante prestar especial atención a las manchas en la superficie de la misma, ya que al ser inoxidable, esta no debería presentar ninguna decoloración. De ser así, puede que la sartén esté perdiendo sus propiedades y sea el momento de cambiarla.
Este tipo de utensilios se deforman con facilidad, especialmente los de menor calidad, por lo que si la base se altera de manera visible tras haber sido sometida a cambios bruscos de temperatura, puede ser otro indicador de su mal estado y de la necesidad de hacerse con una sartén nueva.
Para llevar a cabo un mantenimiento adecuado, habrá que revisar el utensilio de cocina anualmente, prestando atención durante ese tiempo a cualquier factor de los previamente mencionados. Además, es recomendable calentar la sartén antes de añadir el aceite y evitar el uso de estropajos abrasivos que puedan rayar la superficie para prolongar su vida útil durante el mayor tiempo posible.
Cabe señalar que otros tipos de sartenes hechas con metales como cobre o aluminio cuentan con recubrimientos de acero inoxidable, ya que son metales altamente reactivos que podrían liberar pequeñas cantidades de los mismos a la hora de cocinar.
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