Siete trucos para hacer el pollo y el pavo menos sosos

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Elisabeth G. Iborra

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En estos días en los que hay que estar a todo a la vez, a los niños, al teletrabajo, con más tareas domésticas si cabe, hemos echado mano del acervo de recetas simples y de formatos diferentes para comer pollo y pavo, que suelen ser las carnes más insípidas. Pero precisamente por ello, son las más aceptadas por todos los paladares.

Además, resultan las más baratas y fáciles de encontrar en mercados y pollerías de barrio, donde no se va a agotar el género, no hay aglomeraciones y, de paso, contribuimos a la economía de nuestros vecinos y autónomos del pequeño comercio. Y por ende, son las que tienen una mejor relación entre proteína y grasa, por lo que nos ayudarán a mantener la línea durante el confinamiento.

A continuación te hacemos siete propuestas para alegres tus dietas.

1. Pollo marinado

Esta es la forma más sencilla de darle sabor al pollo, metiéndolo en trocitos o por partes e incluso entero en un recipiente, removiéndolo bien con diversos ingredientes antes de dejarlo en la nevera durante varias horas o incluso durante toda la noche, si quieres que el sabor sea muy intenso. 

Puedes marinarlo con aceite y dos cucharadas de curry; con una cucharada de miel y dos de aceite más sal y pimienta; con soja, zumo de limón y especias varias; con ajo, limón y tres cucharadas de mostaza; o con ajo, lima y aceite, salpimentando la mezcla.

2. Pollo al horno con vino, coñac o cerveza

Fríes las distintas partes del pollo en una sartén por ambos lados durante unos seis minutos. Salpimentas y las dispones con patatas con cebollas a gajos y cabezas de ajo repartidas por una bandeja untada con aceite en el horno a precalentado a 220ºC.

Ahí lo riegas todo con el vino o el coñac o con cerveza y bajas la temperatura a 200ºC para que se vaya cociendo durante unos 35-40 minutos. Un consejo: ve remojando todos los alimentos con el jugo del alcohol que elijas para que no las moje solo por debajo y no se queden secas.

3. Alitas de pollo con mantequilla, sal y pimienta

Nada más sencillo que coger las alitas, rebozarlas con mantequilla y salpimentarlas al gusto. Luego las metes al horno hasta que estén crujientes, en principio, durante 45 minutos a 180 grados.

4. Hamburguesas de pollo o de pavo con verduras

En las pollerías cada vez están echándole más creatividad a sus productos, elaborando hamburguesas de pollo de corral con trufa, de pollo o pavo con zanahoria, con calabacín y queso, con espinacas, con champiñones, con salsa mexicana…

Seguro que en tu mercado de abastos más cercanos tienen algunas de estas sabrosas y saludables propuestas, que van estupendamente con unas verduras a la parrilla. O bien las puedes hacer en bocadillo de pan de hamburguesa con queso, rúcula, tomate, un huevo frito o lo que se te ocurra.

5. Salchichas de pollo o de pavo

Son otra versión disponible en las pollerías que no saben igual que las hamburguesas ni que las pechugas, curiosamente, quizá porque llevan más grasita entremezclada y no se quedan resecas. Si quieres echarles ketchup, mayonesa o alioli, ya es cosa tuya, aunque es muy calórico. Nosotros pensamos que después de una buena ensalada de queso de cabra, piñones y pasas, es una comida más que suficiente.

6. Albóndigas de pavo y pollo con salsa de tomate

Si no quieres comprar las albóndigas ya hechas, que las venden en muchas pollerías, y prefieres currártelo en casa, fríe la cebolla picadita y añadésela a unos 400 gramos de carne de pollo o pavo picada una vez salada, además de una cucharada de pan rallado y un huevo batido.

Lo amalgamas todo y vas haciendo las pelotas de un tamaño mediano y parejo, pasándolas por harina antes de freírlas. La salsa puede ser tan sencilla como un tomate triturado natural sofrito con sal, pimienta y las especias que más te gusten. Con curry sabrán más exóticas. El arroz a esta receta le va fenomenal. 

7. Contramuslo de pavo a la plancha

Este corte del pavo que conserva el hueso en el medio queda muy gustoso porque mezcla la carne con cierta grasilla, como si fuera pierna de cordero. En algunos supermercados las venden ya aliñadas con hierbas, pero si quieres evitarte los conservantes artificiales, puedes echarle tú las hierbas y especias que desees. Y de ahí, a la plancha directamente con un poco de aceite para que no se peguen. Con una calabaza asada con aceite, ajito y sal por encima, tienes un plato completísimo. 

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