El truco del rotulador y otras cinco formas efectivas de limpiar las juntas de los azulejos

El rotulador de juntas en un remedio contra la suciedad bastante efectivo.

Elena Segura

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Con el tiempo, las juntas de nuestros azulejos y la ducha pueden ennegrecerse. No se trata de ser más o menos limpio, aunque un poco de prevención pospondrá el proceso. El polvo, moho y la suciedad se adhieren a estos recovecos del baño, es inevitable.

Buena parte de las cocinas y baños están alicatados, y los azulejos dejan pequeños espacios entre ellos, las llamadas juntas, que se rellenan con la lechada, la principal causante de la suciedad. Por mucho que se intente, es muy difícil conseguir que permanezcan blancas, ya que se ennegrecen con mucha facilidad y el paso del tiempo, el uso cotidiano o las pisadas van dejando huella en ellas.

La cavidad que suele haber entre los azulejos o baldosas hace que se acumule la suciedad, incluso cuando las superficies se limpian con frecuencia, ya que en muchas ocasiones el agua con la que fregamos está ya sucia y decolora las juntas que pasan de un radiante color blanco a un tono gris y hasta negro con el paso de los meses.

Normalmente nos resignamos y volvemos a aplicar la silicona en esas superficies, pero es un proceso que puede llevarnos mucho tiempo y esfuerzo. Como alternativa existen trucos tradicionales para blanquear las juntas, pero requieren de espera y tiempo frotando.

Por suerte, ya han salido al mercado productos para devolver el color a las juntas de inmediato y con gran efectividad. El rotulador de juntas, que colorea esta unión entre azulejos sin necesidad de tener conocimientos de alicatado, ha venido para quedarse a los establecimientos de reformas y a nuestros hogares.

Los rotuladores para juntas contienen lechada en su interior, una mezcla típica utilizada para el rejuntado tanto de baldosas como de azulejos. Este elemento se usa para sellar las juntas y evitar que se cuele el agua y la suciedad. De esta forma, el beneficio no solo es estético, también aislante.

Su aplicación, además, es muy sencilla. Para utilizar correctamente este producto, debes limpiar en primer lugar la zona en la que lo vas a aplicar. En cuanto se seque —no deja huella cuando pasas el dedo— estará listo. Eso sí, has de tener en cuenta que no todos los rotuladores rellenan, ya que algunos simplemente pintan por encima.

Cómo limpiar las juntas de los azulejos

Más allá del rotulador, existen infinidad de trucos para dejar las juntas de los azulejos como nuevos. En el mercado hay limpiadores comerciales muy eficaces para acometer esta tarea en baños y cocina. No obstante, hay soluciones caseras a las que recurrir sin el empleo de este tipo de productos químicos.

Debes tener en cuenta que por muy mal estado en el que estén las juntas, no debes recurrir nunca a la mezcla de ciertos compuestos químicos, como el amoniaco y la lejía. Mezclar este tipo de componentes de forma descontrolada los hace volátiles, lo que puede hacer que viajen a nuestras vías respiratorias y nos provoquen abrasiones en los pulmones o la piel. En los casos más graves, pueden provocar asfixia o una intoxicación que puede ser letal. Asegúrate de estar en un entorno bien ventilado, con una ventana abierta, para poner en práctica estos trucos:

Amoniaco

Este producto es perfecto para la limpieza de juntas, tan solo tienes que incorporarlo a tu rutina habitual. En ocasiones se recomienda que se mezcle este químico con agua caliente, pero no emplees ese truco nunca. El amoniaco es una sustancia muy volátil, por lo que al aumentar su temperatura corremos el riesgo de que libere gases muy tóxicos. Puede ser abrasivo para la piel e incluso para las vías respiratorias. Es muy importante tener cuidado con el amoniaco, ya que es un producto muy fuerte, por lo que hay que proteger la piel con guantes de goma y ventilar bien el espacio en el que se trabaje.

Pasta de dientes

Tiene una fórmula blanqueadora con bicarbonato que es un excelente remedio para terminar de limpiar los azulejos. Frota las juntas con un cepillo de dientes hasta que las manchas desaparezcan y enjuaga muy bien con agua.

Bicarbonato, vinagre y agua caliente

Pon a calentar en un cazo media taza de agua. En un recipiente aparte echa media taza de vinagre blanco. Cuando el agua comience a calentarse, apaga el fuego y viértela en el recipiente en el que se encuentra el vinagre blanco. Para completar la mezcla, basta con agregar poco a poco media taza de bicarbonato de sodio. Es importante que cada vez que se añade un tramo se espere un momento para evitar que la mezcla se escurra debido a la reacción de los productos cuando entran en contacto.

Una vez que se ha echado todo el bicarbonato se mezcla para que se forme una pasta lo más homogénea y compacta posible. Si la mezcla resulta muy líquida, habrá que agregar más bicarbonato de sodio, hasta lograr una solución semilíquida. Una vez lista, y con ayuda de un cepillo, pasa la pasta sobre las juntas y deja reposar durante unos 30 minutos Pasado este tiempo, coge de nuevo el cepillo —que se ha lavado previamente— para frotar una a una las juntas de los azulejos o baldosas. Al quitar los restos, verás que el efecto blanqueador de la mezcla ha comenzado a devolverle su color original.

Acabada esta labor, se enjuaga, se limpia y se friega como se hace normalmente. Si la suciedad persiste, se puede aplicar el truco una vez más hasta obtener los resultados deseados.

Alcohol de quemar

Es muy efectivo para limpiar las juntas con rapidez y de forma sencilla: se aplica en un paño de algodón que no deje pelusas y se frotan las baldosas. Quienes quieran todavía un mejor resultado, lo pueden mezclar con amoniaco a partes iguales, añadir un poco de detergente concentrado y medio litro de agua; se frota con trapo o con papel de periódico.

Vaporeta

Si tus juntas parecen un caso perdido, no dudes en usar una vaporera. Este aparato reblandecerá sus manchas negras facilitando su eliminación con un cepillo.

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