Alerta de mosca negra tras la ola de calor en Madrid, Aragón, Valencia y Catalunya

Dysmachus

Jordi Sabaté

17 de agosto de 2021 22:42 h

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Nada que ver con la picadura de un mosquito. “Lo de la mosca negra es una mordedura en forma de sierra que deja un corte sangrante y sumamente doloroso que puede llegar a infectarse”, señalan desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad ambiental (ANECPLA), patronal del sector de las empresas que combaten las plagas de todo tipo de insectos.

Año a año, este organismo ha ido aumentando su alerta sobre la mayor incidencia urbana de esta pequeña mosca de apenas 6 mm, pero de mordedura muy dolorosa. No es una especie foránea sino autóctona, pero hasta los últimos años solo sabían de ella en los ámbitos rurales.

Ahora, el cambio climático, que incentiva su ciclo reproductivo y la mayor limpieza y conservación de la vegetación de ribera de los ríos a su paso por ciudades como Madrid, Tortosa, Zaragoza o Valladolid, favorece su crecimiento y el consiguiente ataque a humanos. Los vecinos del madrileño distrito de Villaverde lo han comprobado este verano.

Un hábitat favorecido por el calor

La mosca negra, tal como se ha explicado en anteriores artículos, crece en aguas circulantes y bien limpias y oxigenadas, al contrario que los mosquitos, en especial en la vegetación de ribera de los márgenes. Es por ello que el actual cuidado ecológico de las riberas del Ebro, el Manzanares, el Duero, etc., favorece su instalación en tramos urbanos.

Si a ello se suma la ausencia de depredadores naturales, debido al retroceso de los murciélagos en las ciudades, y el creciente número de olas de calor en los veranos que aumentan el número de huevos viables y aceleran el ciclo reproductivo, se consigue el cóctel perfecto para esta nueva plaga.

“Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”, explica el director general de ANECPLA, Jorge Galván.

“Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor, como ocurrió la semana pasada, produciéndose así un boom demográfico y, consecuentemente, un aumento de picaduras”, añade el directivo.

Consejos para evitar su mordedura

A diferencia de otros insectos voladores, la mosca negra actúa por el día y es capaz de introducirse bajo las prendas y alcanzar la piel para conseguir su propósito.

Algunos de los consejos lanzados desde ANECPLA para evitar ser víctima de este insecto este verano son los siguientes:

  • Vestirse con ropa clara, sin colores demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres.
  • Evitar pasear por el curso de los ríos o zonas cercanas a los mismos, especialmente a última hora de la tarde.
  • Instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo.
  • Evitar la acumulación de agua en el exterior de la vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua.
  • Controlar los desagües.
  • Utilizar repelentes certificados (sobre todo los que contienen citronela).
  • Contactar con profesionales.

Los expertos prevén que la virulencia de este insecto se siga expandiendo año a año por la geografía española, mientras que el cambio climático continúe suavizando los inviernos y recalentando los veranos. Con todo, tal y como reconoce Galván, “las labores de prevención son especialmente importantes a la hora de minimizar su impacto”.

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