Por qué la neumonía es la causa de muerte que más ha crecido en España en los últimos años
El último informe de 'Defunciones según la causa de muerte', difundido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), puso a la neumonía en el centro de la atención: fue el motivo de muerte que más aumentó en relación con el año anterior. En 2015 -último periodo del que se han publicado registros- murieron por neumonía 10.209 personas, un 20,9 % más que en 2014, cuando el número de víctimas había sido de 8.445.
Por otra parte, aun cuando no resulta fatal, la neumonía tiene serias consecuencias sobre quienes la padecen, que no son pocos: de acuerdo con datos del INE, la enfermedad afecta cada año a más de 100.000 adultos. Y es que, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) se centra en que esta es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo (sobre todo en el África subsahariana y en Asia meridional), el grupo de mayor riesgo en países desarrollados como España está en el otro extremo del rango etario: los mayores de 65 años.
Como cada año, el 12 de noviembre se celebra el Día Mundial contra la Neumonía. Pese a estar organizado sobre todo en relación con la neumonía infantil, la jornada sirve para crear conciencia en torno a este problema en países como el nuestro. Cuatro de cada diez personas creen que la principal causa de muerte en España son los accidentes automovilísticos, según un estudio de la empresa Ipsos Mori, difundido en 2016; en realidad el número de muertes por neumonía es cuatro veces más alto que los causados por el tráfico.
¿Qué convierte a los adultos mayores en el principal grupo de riesgo?
Según un estudio realizado en el Reino Unido, la media anual de ingresos por neumonía en la franja de edad de entre 18 y 39 años es de 1,29 por cada mil personas, mientras que entre los adultos mayores de 55 años la cifra se eleva hasta 13,21. Es decir: con la edad, el riesgo de padecer neumonía se multiplica por diez.
¿A qué se debe? Pues sobre todo a que, con el paso del tiempo, el estado inmunológico se debilita de forma natural. No solo porque la inmunidad celular (el “sistema de defensa” propio del organismo) pierde fuerza, sino también porque disminuye el número de cilios, que son una especie de “cabellos” microscópicos que recubren los bronquios y funcionan como protección. Por otra parte, a partir de cierta edad se comienzan a producir pequeños fallos en el sistema deglutorio, que hacen que pequeñas partículas de comida o saliva terminen en el conducto traqueobronquial, en vez de en el esófago y el resto del aparato digestivo. Este es otro elemento de riesgo de contagio.
Además, no todos los tipos de neumonía se contagian por contacto directo con una persona enferma, pero sí muchos de ellos, en particular el más frecuente, causado por el neumococo, una bacteria que se transmite a través de estornudos, la saliva, mocos u otras secreciones respiratorias. Otras bacterias, virus u hongos son, en general, los responsables de este y los demás tipos de neumonía.
Principales síntomas de la neumonía
La neumonía consiste en una infección respiratoria aguda, que provoca la inflamación de uno o ambos pulmones. Sus síntomas aparecen con mucha rapidez, y a menudo generan un malestar muy profundo. Pueden incluir: fiebre alta con escalofríos, tos con producción de esputo, dificultad para respirar y dolor en el costado del cuerpo, así como sensaciones de mucho cansancio y confusión.
Los especialistas recomiendan estar atentos a estos posibles síntomas y, en caso de sospechar la existencia de una neumonía, acudir cuanto antes al médico. Más del 40 % de las neumonías adquiridas en la comunidad por adultos en España pueden requerir hospitalización, la cual tiene una duración media de doce días. Estos son algunos de los datos difundidos por 'No más neumonía', una campaña lanzada el año pasado por varios organismos, entre los cuales se encuentran la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Sociedad Española de Medicina Preventiva.
Hay, además, otras posibles consecuencias derivadas de la neumonía. En las personas mayores de 65 años que son ingresadas a causa de una neumonía, el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en los treinta días posteriores a la hospitalización es cuatro veces mayor que en quienes no han padecido la infección. Por lo demás, las personas que sufren una neumonía tardan semanas en volver a sentirse bien; a algunos pacientes les lleva hasta seis meses recuperarse por completo.
Claves para prevenir la neumonía en adultos mayores
La principal forma de prevención es aplicarse la vacuna contra el neumococo. Como lo afirman diversos estudios, esta clase de inmunización es la más efectiva y la que produce mejores resultados en la relación entre costo y beneficios. Es importarte enfatizarlo, puesto que, según el citado estudio de Ipsos Mori, solo el 66% de los españoles considera eficaz vacunarse contra la neumonía, y lo hace apenas un 9% de los adultos mayores de 65 años.
Los expertos también recomiendan lavarse las manos con frecuencia, desechar de manera apropiada los pañuelos y cubrirse la boca y la nariz con el brazo al estornudar o toser. También contribuyen a prevenir la enfermedad seguir una dieta saludable, hacer actividad física y no fumar, además de prestar atención al estado de salud y acudir al médico si se sienten malestares. A las personas mayores en particular se recomienda no permanecer cerca de niños que manifiesten síntomas de enfermedades respiratorias.
La edad, como ya se ha señalado, es el principal factor de riesgo, pero no el único. Como explica la SEPAR en su normativa, la neumonía es más frecuente en varones, en invierno y en presencia de factores como el consumo de alcohol y tabaco, malnutrición, uremia o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), al igual que otros problemas crónicos como diabetes o asma. Por lo tanto, las personas que reúnen estas características deben tomar precauciones aún más cuidadosas.