Cinco juegos de naipes para jugar en familia durante el confinamiento
En el momento de buscar actividades con las cuales entretenerse y sobrellevar la cuarentena obligada por la pandemia de coronavirus, los juegos son, sin duda, una de las mejores opciones. No solo para los niños, por supuesto, sino también para los adultos y para jugar en familia. Una clase de juegos que tiene siglos de antigüedad y que sin embargo no pierden vigencia entre personas de todas las edades son los juegos de cartas.
Los juegos, además, no son solo para entretenerse. Como postulan Julián Lacalle y Julio Monteverde en su libro Invitación al tiempo explosivo (Ed. Sexto Piso, 2018), “existen dos tipos de juegos: los que sirven para matar el tiempo y los que lo hacen vivir”. Estos últimos, los que hacen vivir el tiempo, son aquellos “cuya dinámica permite experimentar el placer de estar vivo de manera luminosa, abriendo un nuevo sendero en el tiempo”.
En estos días en que tanta gente está obligada a compartir más tiempo del que hubiera imaginado con su familia o las personas con que convive, no es una mala idea procurar que el tiempo invertido a actividades compartidas -como los juegos- signifique también un tiempo aprovechado y disfrutado. Por otra parte, además, los juegos de cartas representan una “gimnasia mental”, consistente en poner atención, memorizar qué cartas ya se jugaron y por lo tanto cuáles quedan por aparecer, realizar cálculos matemáticos, etc.
Todo eso ayuda a mantener el cerebro en acción, lo que equivale -sobre todo para los adultos mayores- a conservar un cerebro joven. Lo comprobó un estudio publicado en 2015 por investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, según el cual las personas que participaban en actividades cognitivas “como juegos de cartas” tenían un mayor volumen en regiones específicas del cerebro, en comparación con individuos que jugaban muy poco o no jugaban nunca.
De modo que jugar implica múltiples beneficios: entretenerse, disfrutar del tiempo compartido, entrenar el cerebro. Por ello, se proponen a continuación cinco juegos de cartas para estos días de confinamiento.
1. Brisca
A la brisca se puede jugar entre dos, tres o cuatro personas. En esencia, el juego consiste en repartir tres cartas a cada participante y luego jugar por bazas: cada un jugador arroja sobre la mesa una carta por ronda, y el que haya bajado la carta de mayor valor se lleva todas las demás. Al final de cada mano, se suma el valor de las cartas acumuladas y se suman puntos en función de ello.
Lo interesante es que ese valor no coincide de forma exacta con la numeración de los naipes: los ases son los que más puntos otorgan, seguidos por los treses, los reyes, los caballos y las sotas. Todas las demás no otorgan puntos. Para ver las reglas en detalle, se puede consultar esta web o ver este vídeo.
2. Escoba
En el juego de la escoba, la matemática ocupa un lugar fundamental. El objetivo de cada jugador es encontrar, entre las cartas que tiene en la mano, alguna que con una o más de las que están cara arriba sobre la mesa sumen 15. Si lo logra, se lleva a su montón las que cumplen con ese requisito; en caso contrario, deja alguna de sus cartas entre las descubiertas.
Al final se valora no solo a quien se haya llevado más cantidad de cartas, sino también a quien haya acumulado más cartas, más sietes (sobre todo el de oros) y más escobas, que se obtienen cuando, al sumar 15, se levantan todas las cartas descubiertas y se deja la mesa vacía. En este enlace, las reglas en detalle.
3. Chinchón
Un auténtico clásico de los juegos de naipes. En este caso, a diferencia de los ya descritos, aquí no hay naipes a la vista, sino que siempre están en las manos de los jugadores: cada persona ve solamente sus propias cartas. El objetivo es formar juegos, tanto escaleras (cartas del mismo palo con números consecutivos) como series (naipes con el mismo número de palos distintos).
Cuando alguien lo logra, corta el juego y muestra sus juegos, mientras que los demás muestran las cartas sobrantes y suman sus valores. En el chinchón, lo positivo no es acumular puntos, sino que los acumulen los demás. Como no hay cartas a la vista, es constante la tensión por la incertidumbre de cuándo la mano llegará a su final. Más detalles, en esta web o en este vídeo.
4. As, dos, tres
Este juego es muy simple. Lo que cuenta, más que ninguna otra cosa, es ser rápido y prestar atención. Se reparten todas las cartas entre los jugadores y estos las conservan en un montón boca abajo, sin mirarlas. El primero saca la carta de arriba de su montón y la coloca en la mesa, cara arriba, y dice “as”.
El segundo hace lo mismo y dice “dos”, y el tercero “tres”, y así sucesivamente. La mayoría de las veces la carta exhibida no coincide con el valor pronunciado, pero cuando eso sucede el jugador siguiente debe estar atento para descubrirlo, pues si no, se llevará todas las cartas del centro de la mesa. Gana quien primero se queda sin cartas en la mano. Una explicación más detallada, aquí.
5. Ronco
Aunque es especialmente apropiado para grupos grandes, también puede ser divertido si lo juegan cuatro personas. Como también es muy sencillo, lo pueden jugar niños bastante pequeños. Se reparte una carta por jugador y cada uno de ellos puede elegir, por turno, quedarse con la que le tocó en suerte o bien cambiarla con el jugador siguiente, el cual solo podrá negarse si en su mano tiene un rey.
Y es que el rey es la carta más fuerte, puesto que (en este juego sí) el valor de cada naipe es el que indica su numeración. Al negarse al cambio, ese jugador debe mostrar su carta y emitir un ronquido, tradición de la cual se deriva el nombre del juego. Para hacerlo más divertido, se pueden introducir variantes en el sonido que se debe realizar. Las reglas completas se pueden consultar en este enlace.
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