Dark kitchen: qué son y cuáles tienes a mano según lo que desees
Una dark kitchen (cocina oscura en castellano) no es nada clandestino ni ilegal ni muchísimo menos sucio, puesto que pasan todos los controles sanitarios normativos. Es, simplemente, un local equipado para cocinar que no está abierto al público pero sí que trabaja para servir a la clientela.
Es decir, existe un equipo de cocineros, pinches y ayudantes de cocina, pero no hay personal de sala porque no hay sala. Lo más parecido a los camareros serían los repartidores del delivery que, en lugar de servirte la comida en la mesa, cogerían su moto, su smart o su bicicleta para llevarte la comida hasta tu puerta.
Esta opción ha aflorado especialmente a raíz del confinamiento, ya que, desde una sola cocina central, permite elaborar distintos tipos de gastronomías bajo diferentes marcas e incluso ir adaptando sucesivas cartas virtuales a las demandas de los consumidores sobre la marcha, según las tendencias.
Esto lo puede hacer un solo hostelero que aprovecha la cocina de su restaurante para diversificar o bien un hub o coworking en el que cocineros de variopintas especialidades pagan un alquiler permanente o bien subarrendan por horas un puesto para cocinar.
Fantasmas que desaparecen
Subiéndose a este carro, las empresas de reparto a domicilio han probado a organizarse directamente como plataformas que ceden los espacios equipados para tener todas las propuestas centralizadas y cubrir así con sus mensajeros las principales ciudades.
Entre esos proyectos están las Cook Rooms de Glovo, la aventura frustrada de Keazt con sus cocinas fantasma en asociación con Glovo y Deliveroo o las megacocinas ciegas de Deliveroo Editions, unos con más éxito que otros.
El asunto es que esa facilidad para lanzar una línea gastronómica al mercado tiene una consecuencia que has de tener en cuenta: hemos comprobado que, si buscas por Google dark kitchen, es probable que te salgan bastantes enlaces, pero muchos de ellos te lleven a negocios desaparecidos o a teléfonos inoperativos porque, al ser marcas virtuales, aparecen y desaparecen como el Guadiana. Por eso hemos hecho las comprobaciones previas para recomendarte esta lista de cocinas fantasma que, ahora mismo, están en pleno apogeo en distintas ciudades españolas.
Nuestra selección
En Zaragoza
Tenemos un ejemplo muy claro y pionero: La Tradicional, del grupo Tándem, era, antes de la pandemia, una tienda de comida casera para llevar (take away) que empezó a servir también a domicilio durante el confinamiento. Pero sus dos socios se dieron cuenta de que podían amortizar más sus recursos creando dos marcas virtuales: La Cantina italo-argentina y La Molletería, de bocadillos gourmet.
Siguieron su ejemplo el grupo Blender, que, a partir de la cocina del Boulevardier, ha creado dos marcas: La Vegana y Leche de tres tigres, de especialidades chino-peruanas; y el Grupo Vaquer, que ha montado su restaurante virtual de fast food, llamado Bonita Celia, en las instalaciones del restaurante A Flor de Lis.
En Valencia
Dentro de la incubadora de la Lanzadera, hay dos startups que denominan ‘cocinas ciegas’: la de Jaime Martínez de Velasco, Cuyna, que acoge las marcas Toro Burger, Taxi Angus, Guilty Cookies y Poke Sí; y Sergio Rozas, de Mamua Kitchen, con Pepito´s Burger y Le Kooq en delivery.
En Barcelona
En la ciudad condal tenemos múltiples alternativas, como Kraving Kitchens, que se trata de unos emprendedores especializados en comida rápida, casual y callejera de Vietnam y de países mediterráneos, con dos marcas preparadas en una misma cocina abierta, basándose en productos frescos y saludables, con más sabor y menos residuos incluso en el packaging.
La incubadora gastronómica Coocciö alquila sus cocinas a cocineros independientes, pero también, en buena parte, a Glovo, que a su vez las cede a determinadas marcas virtuales. Entre esas dark kitchens están: Lobster and Roll, el primer restaurante especializado en bocadillos de langosta de Barcelona; La abuela Fit Barcelona, para los que quieren cuidar la línea, Tuk Tuk Asian Street Food, de comida callejera del sudeste asiático o el Sports Bar, de comida italiana.
Food Haven se ha sumado al concepto internacional de cocina en la nube albergando seis marcas: Koby, de hamburguesas gourmet; Hanai, de sushi y poké bowls; Momachirashi, de comida oriental; Gaio, de especialidades con pollo; Cottonfish, de comida japonesa; Texano Mexican Grill, obviamente mexicano; y Clap Cakes, de postres.
En Málaga
Booh Food es un hub malagueño donde se reúnen cocineros de todos los estilos y procedencias. Pizzas, hamburguesas, tacos mexicanos, arepas venezolanas, pokes, sushi y comida japonesa en general, wok latino y asiático, helados, panes especiales, comida hindú y griega y hasta pescaíto frito, arroces y recetas tradicionales, que no todo va a ser internacional.
La gran comodidad es que, desde la misma web, puedes pedir platos de hasta diez restaurantes en el mismo pedido y pagarlo todo de una pasada de tarjeta. Empezaron en Málaga, pero ya se han expandido a Booh Food Madrid.
En Madrid
La periodista gastronómica Alexandra Sumasi nos recomienda estas ghost kitchens en la capital: Quilicuá Delivery, que es el restaurante virtual de Luca Rodi, donde puedes pedir desde ricos arroces o cocidos madrileños, pasando por hamburguesas, asados o exquisitos postres; MX Roberto Ruiz, cocina mexicana que llega a la temperatura ideal a tu casa con los mejores tacos, totopos con guacamole, quesadillas y carnes.
También Chakana, de Jaime Monzón, el chef peruano que cambia de menú cada semana, con dos primeros y dos segundos a elegir (uno y uno), más bebida y postre por 16,50 euros. Atiende los pedidos por WhatsApp en el 609542671. Por nuestra parte, recomendamos Xaudable, toda una sorpresa en comida rápida saludable con trampantojos de deliciosos sabores.
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