“A los ayuntamientos les encanta colgarse la medalla 'pet friendly', pero con frecuencia es una etiqueta superficial”
Los queremos y vivimos rodeados de ellos: en España, un total de 6.733.000 perros y perras comparten casa, cama y vida con nosotros, según la patronal europea de los alimentos para animales, Fediaf. Nuestros camaradas perrunos están por todos lados, en uno de cada cuatro hogares europeos. Pero su bienestar completo depende mucho de dónde vivamos.
“En algunas ciudades la vida con can es más fácil que en otras”, afirma Micaela de la Maza, creadora de SrPerro y autora de Madrid con perro y Barcelona con perro (2020), dos libros prácticos que recogen, cada uno, 100 bares y restaurantes dog friendly donde tu amigo peludo será tan bien recibido como tú. Ambos son fruto de nueve años de patearse los barrios de estas ciudades en compañía, primero de su sombra perruna, Colega, y, ahora, de la muy adorable y simpática Tía.
No es extraño que cada vez más personas se tomen muy en serio las necesidades de sus amigos peludos; y que estos incluso determinen a qué restaurantes ir (cuando las restricciones lo permiten) o dónde salir de terraceo. “El cartelito de 'prohibido perros' me pone de muy mal humor, por decirlo finamente”, apunta De la Maza.
Si le preguntáramos a Tía, o a otro perro urbanita, ¿en qué ciudad española querría vivir?
Diría que en Madrid ella está muy a gusto por la cantidad de grandes parques donde puede olisquear a su aire, encontrar piñas-pelota o jugar con sus congéneres. Además, la mayoría de espacios verdes tiene un horario muy razonable durante el cual los canes pueden ir sueltos. También le gustan las ciudades con playas caninas o donde -al menos, fuera de la temporada de baño-, los perros pueden estar en la playa, como Barcelona, Gijón, Donostia y A Coruña.
¿Y en qué ciudad no querría, para nada, vivir?
En cualquiera donde los perros solo puedan estar sueltos en los pipicanes -espacios vallados, con frecuencia demasiado pequeños y concurridos-, donde no pudiera correr y jugar, al menos, un rato al día. Por la misma razón, tampoco querría vivir en ciudades cuyas restricciones convierten los paseos con perro en una experiencia francamente poco agradable.
Tal será el caso de Huesca, si finalmente entra en vigor su normativa, en 2021. Tampoco en localidades cuyas ordenanzas no permiten expresamente el acceso de los canes a bares y restaurantes; o que tratan a los perros casi como si fueran herramientas de trabajo, que las hay.
En estos últimos años, ¿crees que España practica una cultura más amable con sus perros?
Sí, cada vez hay más conciencia sobre la importancia del bienestar animal, más gente que considera que su can es parte de la familia. Pero, a la vez, sigue habiendo unas tasas de abandono espantosas y casos de maltrato animal que ponen los pelos de punta.
Hemos avanzado, pero queda mucho por hacer: cambiar las leyes cuanto antes, para castigar realmente el maltrato animal, y apostar por la educación. Todo ello contribuirá a que, algún día, se pueda decir que España es un país que trata bien a sus perros, y a los animales en general.
Puesto que muchos queremos a nuestros amigos peludos, no es extraño que nos tomemos muy en serio sus necesidades…
¡Ojalá todos los dueños de canes se tomaran en serio sus necesidades! Aunque suene obvio, se trata justamente de entender lo que un perro necesita: no estar solo todo el día, socializar e interactuar con sus congéneres, dar paseos tranquilos, sin prisas ni tirones de correa, olfatear, sentirse querido.
Para quienes viven con perro, ¿cree que este determina los restaurantes a los que ir o donde tomar una caña?
Tener perro es una responsabilidad que se convierte en un absoluto placer cuando realmente estableces un vínculo sólido con ese animal. Entonces, lo normal es querer disfrutar de tus ratos de ocio en su compañía.
Así que es fácil que elijas ir solamente a sitios donde tu can es igual de bienvenido que tú. A mí me pasa, y sé que no soy la única: prefiero ir a restaurantes que son simpáticos con los perros. El cartelito ese de 'prohibido perros' me pone de muy mal humor, por decirlo finamente.
En su opinión, ¿convertirse al 'dog friendly' o ser 'amigos de los perros' es un nicho para los negocios?
Totalmente. El ocio y el turismo con perro tienen el potencial de ser un imán económico. Hay muchísimas personas que eligen el destino en función de la cantidad de cosas que pueden hacer junto a su can. Espero que más ayuntamientos entiendan y fomenten esto, porque a la mayoría aún les cuesta. Les encanta colgarse la medalla pet friendly de cara a la prensa; pero, en cuanto rascas un poco, con frecuencia es una etiqueta superficial.
Los libros de SrPerro se han convertido en un referente para el perro urbanita. Si hay algo que los hace únicos, es que toda la información ha sido contrastada de primera mano (y pata), por ti y, en este caso, por Tía.
Son fruto del trabajo de más de nueve años pateando Madrid y Barcelona, visitando locales, charlando con gente, preguntando a otros dueños de canes. Primero junto a mi sombra, Colega, el can que inspiró el proyecto de SrPerro y que siempre será mi gran amor perruno, y ahora con la imparable y ladradora Tía.
¿Nos han enseñado algo los perros durante la pandemia?
¡Que si fuéramos un poco más perros nos iría mucho mejor! Los canes se adaptan a casi todo. Son flexibles. Viven en el presente. Y aunque el presente sea una mierda, ellos siguen dispuestos a disfrutar y regalarnos su cariño.
¿Cree que los perros hacen este tiempo de incertidumbre más amable?
Los perros tienen la extraña capacidad de hacer las ciudades más humanas y amables. Logran que muchas personas estén menos solas, algo que en estos momentos es aún más importante. ¡Y ver a un perro jugar es el mejor anti-estrés del universo!
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