El error que muchos cometen al preparar café en cafetera italiana
El café es una de las bebidas más consumidas del mundo. Desde su descubrimiento en África hasta su popularización alrededor de toda la cultura occidental, la reconocida preparación líquida lleva estando presente durante más de 10 siglos en diferentes culturas.
Con el tiempo, nuevos sabores y técnicas se han desarrollado para potenciar sus aromas y mejorar la experiencia que conlleva disfrutar de una taza. De esta manera, se ha popularizado aún más y convertido en la bebida favorita de gran parte de la población.
Si bien es cierto que su preparación varía mucho en función de la zona donde se prepare, el café italiano siempre ha sido uno de los más conocidos. Tanto es así que su elaboración cuenta con sus propios utensilios, métodos e historia.
Historia del café italiano
El café llegó a Italia de la mano de comerciantes árabes a comienzos del siglo XVII. Estos llegaban al puerto de Venecia, uno de los principales puntos socioeconómicos de la época, en busca de intercambiar mercancía. De esta manera, la urbe conocida por sus abundantes canales comenzó la distribución de la bebida tanto dentro de la ciudad como en regiones cercanas del norte de Italia.
Tanto fue el gusto de los venecianos por el café que la ciudad acogió a la primera cafetería del país en 1645, hasta popularizarse por toda la metrópoli. También denominadas “botteghe del caffè”, los establecimientos eran espacios reservados para intelectuales y gente adinerada que servía como punto de encuentro para debatir y conversar mientras se disfrutaba de una taza de la famosa bebida.
Con el tiempo, el café fue distribuido a otras de las principales ciudades del país. De esta manera, grandes urbes como Milán, Roma o Turín comenzaron a preparar sus propias versiones del café veneciano, utilizando estilos y métodos de preparación únicos en cada región.
La popularidad de los establecimientos de café fue creciendo, hasta que se convirtió en un bien cultural en la península con forma de bota. Así, los italianos adquirieron la costumbre de ir a la cafetería a tomar un espresso, leer el periódico y charlar con el propietario del establecimiento.
Paralelamente, el ingeniero italiano Alfonso Bialetti creó en 1933 la denominada cafetera Moka, un invento que permitiría a su usuario preparar café desde casa de manera fácil y económica. El dispositivo fue todo un éxito, y es común verlo aún en la gran mayoría de hogares de Italia.
Preparación de café en cafetera italiana
La cafetera Moka no solo se hizo popular en la península itálica, sino que fue abrazada por otras civilizaciones, llegando así a los hogares de miles de personas de diferentes países y culturas. Sin embargo, su elaboración -aunque simple- no siempre es acertada, afectando gravemente al producto final. Por ello, deben seguirse algunas recomendaciones básicas en la elaboración de café desde casa.
El principal problema con la preparación de la bebida es la temperatura de preparación. Pese a que existe la creencia de que cuanto más alto esté el fuego antes se preparará el producto, lo cierto es que es recomendable dejar la cafetera calentando sobre un fuego medio-bajo. De no ser así, el café podría quemarse, adquiriendo un sabor amargo y desagradable.
Además, es importante seguir las indicaciones de la propia cafetera, como la de no llenar la parte inferior de la misma con excesiva agua. Si el depósito está desbordado, el agua podría sobrepasar el filtro, mojando el café antes de tiempo y afectando al sabor. Si por el otro lado la cafetera se llena de menos, el agua no alcanzará suficiente presión aunque hierva, lo que impedirá que el café salga correctamente. Por ello, el depósito debe de ser llenado hasta la zona de seguridad marcada en la válvula.
Otra de las falsas creencias a la hora de elaborar la bebida en un dispositivo Moka es la de que se debe de compactar el café molido contra el filtro, como se hace en una máquina de espresso. No obstante, esto podría dificultar el paso del agua hirviendo por el café. Por este motivo, el café debe estar suelto en el filtro, sin prensar.
Otros errores clásicos a la hora de utilizar una cafetera Moka ocurren al no emplear los ingredientes correctos. Muestra de ello es el uso de café muy molido, que imposibilita el correcto funcionamiento de una cafetera tradicional italiana. Aunque sea fácil pensar que cualquier tipo de molido es válido, la Moka está pensada para un tipo de molienda media, por lo que los cafés muy finos podrían bloquear el paso de agua por el filtro.
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