¿Tu gato te guiña los ojos? Así te dice cuánto te quiere
Ya sea cuando nos siguen al baño o cuando nos traen sus juguetes entre maullidos, los gatos no dejan de intentar comunicarse con nosotros, sus humanos. Y hay un gesto felino que denota que los gatos nos quieren, y con el que nos muestran su afecto más sincero: un lento guiño de sus ojos.
Los expertos en comportamiento felino llamamos a esta conducta tan gatuna lento parpadeo y no solo sospechamos que se trata de un beso en versión felina o de un modo muy cariñoso de decirnos “te quiero”.
Un estudio publicado en Nature confirma que este lento parpadeo de los ojos de un gato implica una señal de afecto sincero, que nuestro felino se encuentra cómodo a nuestro lado y también, que los ojos entrecerrados, como si estuviera durmiendo, son su modo de decirnos que realmente confía en nosotros, sus humanos.
En otros maullidos: el lento parpadeo de un gato es su forma cariñosa de decirnos “humano, humana, te quiero”. Un beso cariñoso en versión felina.
Habla gato: el lento parpadeo
Pensémoslo de este modo: una mirada muy directa resulta amenazante para muchos animales, también para los felinos. Y, como aviso en mis consultas de comportamiento felino, cuando alguien acude porque sus gatos no acaban de llevarse bien, y se ven como rivales: cuando dos felinos se miran fijamente a los ojos durante, pongamos, más de tres segundos, empiezan los problemas. Incluso las peleas.
En consecuencia, los gatos suelen evitar las miradas directas cuando tienen miedo o se sienten amenazados; pero, cuando traspasan el límite y adoptan una postura agresiva ofensiva, lo que hacen es mirarse fijamente a los ojos y esas miradas tan directas también son percibidas como una amenaza.
Así, el lento parpadeo es un modo de mantener contacto visual con nosotros (y con otros gatos amigos) sin tener que mantener una mirada fija o desafiante. Por eso, si un gato entrecierra sus ojos cuando estamos a su lado, como si se estuviera quedando dormido, es una señal inequívoca de que nuestro felino no nos ve como una amenaza, sino todo lo contrario: alguien al que quiere, y en el que confía.
Practica el lento parpadeo. ¡Si lo haces bien, tu gato te responderá!
Ya lo sabemos: en idioma felino, cuando un gato parpadea despacio, o muy despacio, es una señal de que está relajado, tranquilo. Un modo que tiene nuestro camarada de ronroneos de decirnos que puede permitirse ser vulnerable a nuestro lado; que ha dejado de vigilar su territorio, porque no necesita estar en alerta.
El comportamiento es similar a la bonita postura de la voltereta felina, o croqueta gatuna, que exhibe nuestro gato cuando está contento de vernos: se tumba panza arriba mientras que nos enseña su tripa; una señal de confianza hacia nosotros, de amor hacia sus humanos preferidos.
Del mismo modo, si el lento parpadeo ocurre cuando estamos con nuestro compañero de maullidos, interpretamos este comportamiento como una señal de que está relajado y feliz con nosotros. Y, qué duda cabe, muchos llamamos a esto amor.
Es más: si queremos saber si nuestro gato o nuestra gatita es feliz y está relajado: ¡probemos el lento parpadeo! Cuando estemos con ellos tranquilos, intentemos mirarlos suavemente, y probemos a entrecerrar, poco a poco, nuestros ojos; todo lo despacio y lento que podamos.
Merece la pena practicar: si tenemos suerte, y lo hacemos bien, nuestro gato o gatita nos devolverá este bonito beso felino. Ahora bien: si nuestro felino no nos devuelve el parpadeo, no quiere decir que no nos quiera ni que esté enfadado; tan solo que tiene otras formas de expresar su cariño, y decirnos que nos quiere.
Olvídate de las guerras de miradas con el gato
Y, todo lo contrario: como hemos aprendido, no deberíamos mirar fijamente a los ojos de nuestros felinos. Así que olvidémonos de echar “guerras de miradas” con nuestros gatos; por mucho que nos parezcan algo inofensivo, incluso divertido; nuestros gatos no están tan de acuerdo. Y pueden sentirse incómodos. Hay más: hace unos días te contamos otras cuatro cosas que tu gato preferiría que dejaras de hacer.
Esto no significa que no podamos mirar a los gatos a los ojos; pero sí que prefieren que, cuando lo hagamos, pongamos una mirada suave, relajada, y que parpadeemos con frecuencia. O, mejor aún, que les hagamos un lento parpadeo.
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