Durante el verano, uno de los mayores quebraderos de cabeza para cualquier viajero es el de qué llevar en la maleta o mochila. Aunque a la hora de empacar nuestro equipaje algunas prendas puedan parecer necesarias, lo cierto es que, a posteriori, es común encontrarse con que no se ha utilizado ni la mitad de la ropa que viajó con nosotros en la maleta.
Este mismo problema puede estar presente al volver de las vacaciones, cuando habrá que organizar el armario de nuevo y añadir toda la ropa que ha viajado con nosotros. Con todo, es posible aprovechar la situación para limpiar y reorganizar nuestro mueble, no solo contribuyendo a así a la higiene del hogar, sino preparándonos además para el cambio de estación.
Uno de los principales problemas a la hora de guardar la ropa en el armario es su distribución. Por ello, existen algunos trucos con los que evitar que la ropa en desuso siga cogiendo polvo en el fondo de las baldas.
Depura toda la ropa que no uses de tu armario
El armario es un mueble con espacio limitado y que vamos llenando con frecuencia. Por este motivo, es común que la ropa vieja se acumule durante años, quitando espacio a ropa nueva o de uso más diario.
Es posible depurar toda la ropa que tenemos en casa de manera sencilla a la vuelta de las vacaciones. Aprovecha que gran parte de la ropa que utilizas ya está fuera del armario para vaciar el resto. Una vez vacío, limpia el interior para evitar la acumulación de polvo que pueda dañar tus prendas.
Seleccionar qué ropa quedarse y cuál no puede resultar una tarea complicada. Por ello, es posible hacerse una serie de preguntas para decidir qué prendas merece la pena conservar. Algunas de ellas son:
- ¿Has usado esta prenda recientemente?
- ¿Está en buen estado?
- ¿Te sientes cómodo al ponértela?
- ¿Se ajusta a tu estilo de vestir actual?
- ¿Puede utilizarse en más de un contexto?
- ¿Tienes una prenda similar?
- ¿Tiene valor sentimental?
Plantearse estas cuestiones puede ayudar a seleccionar qué prendas quedarse y cuáles no. Además, es recomendable guardar la ropa en función de la estación del año, haciendo una división entre ropa de verano y ropa de invierno.
Categoriza la ropa que almacenas en tu armario
Una forma de organizar la ropa y además ahorrar espacio es dividir las prendas en categorías, por ejemplo según colores o en función de cuál es su uso. Siempre se puede clasificar la ropa dependiendo del tipo de prenda que es, diferenciando entre camisetas, pantalones o vestidos.
De esta manera, no solo organizarás más sencillamente el armario, sino que además contribuirás a que este luzca de una forma mucho más estética y ordenada.
Otra manera de categorizar la ropa es dividiéndola entre las prendas que más usas. Coloca la ropa más recurrente para tu día a día en las zonas más accesibles del armario para poder utilizarla más a menudo.
Maximiza el espacio con organizadores
Aunque los armarios vienen con baldas incluidas desde su compra, es posible adquirir organizadores extra con los que dividir tus prendas de manera más sencilla y efectiva.
Emplear separadores es muy útil para guardar los artículos más pequeños como ropa interior, accesorios o pijamas. Estas prendas podrían ocupar mucho espacio en el armario si no se distribuyen de la manera óptima.
También es importante colgar las prendas con las perchas adecuadas. Utilizar unos colgadores demasiado grandes puede robarnos espacio, además de hacer que las prendas se caigan si no se corresponden en tamaño. Selecciona las perchas adecuadas en función de la ropa que vayas a colgar y junta más de una prenda en cada una.
Otra manera de aprovechar el espacio es utilizar colgadores de puertas, que podrás utilizar al abrir el armario, pero que no serán visibles cuando este esté cerrado. Los ganchos de puerta son útiles para organizar zapatos u otros accesorios adicionales.
Si todas estas medidas no son suficientes, es posible que necesites un mueble adicional donde guardar la ropa restante. Existen algunas opciones que conviene considerar para tener toda la ropa organizada.
- Cama con arcón. Adquiere una cama con almacenaje debajo para poder guardar muchas más prendas. Además, este tipo de camas son vitales para guardar los diferentes componentes de la ropa de cama como sábanas bajeras, fundas nórdicas o edredones.
- Cómoda. Esta opción es útil si necesitas un mueble que no sea muy alto. Al contar con varios cajones, es eficaz para almacenar todo tipo de ropa interior, ropa deportiva e incluso calzado.
- Sifonier. Al contrario que la cómoda, es de gran utilidad si necesitas un mueble alto pero no muy ancho. Resulta conveniente tanto por sus cajones como por poder posar cosas encima como joyas o otros accesorios.