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Sanidad trabaja en el diseño de un protocolo para retirar el Essure

Foto: FDA

Jordi Sabaté

Una de las principales plataformas de mujeres afectadas por el mal funcionamiento del implante Essure -comercializado por Bayer hasta su prohibición el pasado año-, Plataforma Libres de Essure, se reunió el pasado 14 de septiembre con representantes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del ministerio de Sanidad, así como con médicos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), para abordar la creación de un protocolo de retirada del implante consensuado por todas las partes y que sea de obligatorio cumplimiento por parte de todos las ginecólogas y ginecólogos del país.

Según Teresa Prados, representante de la Plataforma Libres de Essure en Catalunya y Baleares y una de las cabezas visibles del movimiento de afectadas, “el tono de la reunión fue en todo momento de escuchar y colaboración, y la Plataforma enumeró los diez principales síntomas [de efectos secundarios adversos del Essure] en los que más del 80% de las afectadas coincidimos”.

Prados explica que se abordó la “formación y difusión por parte de las instituciones a los Servicios de Atención Primaria, de los síntomas y efectos secundarios de Essure, para que supieran cómo tratarlos y derivarlos a la consulta o unidad que en cada centro tenga las competencias (Ginecología, Planificación Familiar, Histeroscopia, etc.), así como la realización de pruebas diagnósticas (Rx y ecografía 3D) que ayuden a definir el diagnóstico”. 

Falta absoluta de información y formación médica

A este respecto, y tal como informó en su día ConsumoClaro, las afectadas han denunciado reiteradamente en el pasado que a pesar de existir un protocolo informativo sobre los peligros del Essure diseñado por la SEGO -cuando su comercialización estaba autorizada-, este no se aplicaba y no se informaba adecuadamente de los riesgos. También diversas afectadas describieron cuáles eran estos terribles efectos adversos, e incluso clamaron contra la ignorancia médica a la hora de retirar el implante, lo que podía causar incluso su castración total.

Fruto de esta falta de consenso y de la poca información e investigación sobre la mejor forma para proceder a la retirada del implante, así como previamente sobre sus riesgos, nació una denuncia contra Bayer en la Audiencia Nacional -que no prosperó- a la vez que la demanda de reunión con el ministerio de Sanidad y la SEGO para definir de una vez el protocolo a seguir para una retirada del implante lo menos lesiva posible.

Prados también destaca que “la directora de la AEMPS mostró su empeño en trabajar conjuntamente con los servicios de alergología para consensuar los pasos a seguir”, en referencia a la demanda de que en España las pruebas de alergia a metales como el níquel, presente en el Essure, no entran en la sanidad pública, pero en cambio pueden ser determinantes para detectar la presencia de efectos secundarios provocados por los diversos metales y fibras del implante. 

Información y seguimiento tras la retirada

Otras dos demandas de las afectadas de cara a su inclusión en el protocolo son que si las pruebas determinan que Essure es el causante de los problemas, se acordará el tipo de operación que es más adecuada para la explantación de Essure con la afectada. Es decir que la paciente tendrá conocimiento pleno de a qué intervenciones se expone y qué consecuencias pueden tener para su salud.

Adicionalmente, Libres de Essure reclama que tras la intervención se haga un seguimiento de la evolución de la paciente, y en caso de que los síntomas no remitan, se realice un TAC para descartar la posible existencias de restos. Esta casuística no es en absoluto infrecuente y en no pocos casos, tras la operación de retirada, siguen quedando restos de fibras en el útero que provocan reacciones autoinmunes, lo que lleva a segundas intervenciones.

La queja de las afectadas versa sobre la resistencia de los ginecólogos a aceptar estas posibles reacciones y achacarlas a problemas psicológicos de las pacientes. A este respecto la relación entre las víctimas del Essure y el colectivo de ginecólogos y ginecólogas ha sido tradicionalmente tensa, hasta el punto de que el responsable de la introducción del Essure en España, el doctor José Eduardo Arjona, tesorero de la SEGO, llegó a ridiculizar públicamente las quejas de las afectadas en varios congresos.

Ahora parece que la actitud de las autoridades ha cambiado y según Prados, “la intención de la SEGO y de la AEMPS es que este protocolo esté desarrollado e instaurado en todos los Centros Sanitarios de España en un par de meses; de todas formas nos han prometido que cuando el esté realizado, nos lo enviarán para dar el visto bueno”.

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