Cuando se cerró parcialmente en 2014, se dijo que las obras durarían cinco años. A veces las reformas se retrasan, pero en el caso del berlinés Museo de Pérgamo, ya han pasado nueve años con la casa a medio hacer, y a partir de ahora se cerrará por completo para continuar la remodelación durante cuatro años más. El plan es reabrir parcialmente pero las obras continuarán hasta el año 2037 y costarán, si no hay complicaciones, 1.500 millones de euros.
Este dilatado espacio de tiempo se debe a la complejidad del arreglo de elementos estructurales como paredes y techo, teniendo en cuenta que las obras de arte que alberga, como las losas del friso del propio Altar de Pérgamo, del año 188 a.C., son inamovibles. La administración había planificado una serie de cierres parciales pero en marzo se anunció, “por sorpresa” según los medios alemanes, el cierre total.
Aunque el museo, que se inscribe dentro de la Isla de los Museos de la capital alemana, ha cerrado la puerta este lunes 23 de agosto, el Altar de Zeus es una de sus grandes joyas que lleva oculta a la vista desde el año 2014. La clausura de este museo alemán es tan grave como lo sería para París el cierre del Louvre, para Madrid el Arqueológico Nacional o para Londres el British Museum. No obstante, los berlineses están acostumbrados ya al retraso de obras públicas, como ha sucedido con el Foro Humboldt, donde se guardan los bronces de Benín y cuya reapertura se retrasó dos años.
El edificio del museo tiene graves problemas estructurales, a pesar de que es el segundo que se construye allí. El primero, entre 1901 y 1909, era más pequeño. El segundo fue construido entre 1910 y 1930 alrededor de las propias obras arqueológicas, de gran tamaño, que debía contener. La nueva construcción se realizó como un complejo de tres alas, ya que en realidad son tres museos en uno: la Colección de Antigüedades Clásicas con sus testimonios de arquitectura helenística y romana, el Museo del Próximo Oriente Antiguo y el Museo de Arte Islámico.
Pero el terreno sobre el que siempre se ha asentado este contenedor de obras arqueológicas es inestable y las bombas arrojadas sobre la ciudad en la Segunda Guerra Mundial le hicieron mucho daño. No fue hasta 1985 que se acometió una reforma con seguridad de los daños producidos entre 1943 y 1945.
En 1987, se contrató al arquitecto David Chipperfield, premio Pritzker 2023, para dirigir el gran proyecto de la isla museística, que pusiera en conexión los diferentes museos, y levantar el llamado Neues Museum.
Según indica la web del museo, la sala helenística y el Altar de Pérgamo, las principales joyas de su Colección de Antigüedades, seguirán cerradas al menos hasta 2025. Pero la reapertura total, ya sin andamios ni grúas, no se producirá, en principio, hasta 2037.
Lo que sí permanecerá abierto es el Panorama, un edificio perteneciente al museo y situado enfrente, destinado a albergar exposiciones temporales, donde se pueden ver recreaciones en 360º de las obras de Pérgamo, incluida una proyección del propio Altar, reinstaurado en su lugar original de donde fue extraído a finales del siglo XIX, en la Acrópolis de Pérgamo, en la actual Turquía.