Cine Rev[b]elado: un festival que no es música ni vídeo, solo algo que sucede
El Cine Rev[b]elado es un proyecto bianual (que se anuncia como bienal) autodenominado “de performance audiovisual” y que, en resumidas cuentas, busca relacionar el vídeo con otras disciplinas artísticas. Esta es la tercera edición que, como las dos anteriores, tendrá lugar en el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Móstoles desde el próximo 29 de enero hasta el 25 de febrero, en sesiones dominicales.
Se trata realmente de algo distinto a un festival cinevideográfico habitual. En esta tercera edición, y bastante de acuerdo con la línea impulsada por el director del CA2M, Manuel Segade, la cosa va de cine y performance.
Repasar el programa sirve también para describir cómo se utiliza hoy la imagen proyectada en movimiento: como un elemento complementario de otros, del orden que sea. Eso también sucedía, por ejemplo, en la exposición Generaciones de 2017.
Entre todas las citas se encuentra bastantes estrenos mundiales como la apertura del 28 de enero con el Nº 4 de Christina Vantzou. Lo de Nº 4 tiene que ver con su último álbum/DVD en solitario, ya que los tres anteriores están numerados de esa forma. En realidad el trabajo entre música-performance y vídeo viene ya de su dúo con Adam Wiltzie en la banda The dead texan, que se remonta a 2004.
En aquella asociación Vantzou aportaba la imagen y Wiltzie el sonido de orden electrónico-ambiental. Pero los papeles se mezclaron rápidamente, y tras la separación Vantzou pasó a realizar una música de sonidos orquestales, también ambientales y videos generalmente lentos y al borde de lo hipnagógico, como en este fragmento de Nº 1. Además, la artista también realizó una muy buena banda sonora para el corto mudo At land (1944) de Maya Deren.
El 4 de febrero se presenta (Re) Mix En Scene de Amaranta Velarde y Alba G. Corral, que obviamente deriva del Mix En Scene que realizaron hace dos años en Tarrasa. Su trabajo contiene en parte performance corporal, samples, videografías y todo ello funcionando realmente como la mezcla de unas fuentes a veces muy reconocibles, otras no tanto, que acaban en un espectáculo electrónico bastante menos común de lo que pudiera parecer.
El 11 de febrero habrá sesión doble. Por un lado estará Stefan Tiefengraber presentando WM_A28 TCM_200DV BK26. Se trata de un título que no está pensando para ser pronunciado y que, a pesar de las apariencias, es algo más habitual que las dos primeras sesiones del proyecto rev[b]elado.
El austriaco Tiefengraber sigue un método de generación y control nada peculiar, y hace un concierto de ruido con inclusión de videografías para las que emplea televisores. Lo que hace es muy rotundo y está bien que se recuerde la existencia de esta práctica, pero súperinnovador no es. En principio, y dada la tralla, posiblemente será breve.
Luego vendrán los españoles Pola Tog con My Brain Vs. The World. El grupo está integrado por Joaquín Urbina y Ana Gale, y lo que presentan es un proyecto electrónico no digital donde incluyen videografías generadas analógicamente. Suele ser música rítmica, como ocurre en la canción Rrose Sélavy presentada el año pasado.
Desde sonidos subacuáticos hasta bailes ochenteros
El 18 de febrero estará Robertina Šebjanič con Aquatocene / Subaquatic Quest For Serenity , Aquatocene / Subaquatic Quest For Serenity que trata sobre escuchar los sonidos subacuáticos que existen y no percibimos en unión con imágenes igualmente subacuáticas. No se trata solo de música bonita, que lo es bastante, sino de un alegato medioambiental.
Y cierra el 25 de febrero Sweet Fever de Pere Saura, que se estrenó en abril en el festival Sismògraf de Olot. Resumiendo, se trata de una reactuación en bucle del baile más emblemático de Saturday Night Fever, que va mutando a lo largo del tiempo y tiene una vocación entre ritualista y extática. Puede ser, buena parte del baile siempre ha ido de eso. Previamente, Pere Faura dará un taller durante un par de días al respecto.
Si es como sus dos ediciones anteriores, el Cine Rev[b]elado estará muy bien. Pone de manifiesto que en torno a cualquier tema, en este caso la performance, es posible encontrar creaciones que combinen disciplinas de una forma tan orgánica que no hace falta preguntarse si son cine, vídeo, música, performance… Es algo que sucede.