Los premios VIDA cumplen 15 años y lo celebran inaugurando una sala de exposiciones en el Espacio Fundación Telefónica. Desde 1999, este certamen ha destacado en la escena tecnológica y artística por premiar experimentos que fomenten la vida artificial. Con motivo del aniversario, estos inventos se alejan de la visión puramente técnica y toman un cariz divulgativo y que empape más la conciencia del público.
Para ello, desde la fundación destacan de esta edición su carácter innovador, arriesgado y visionario. La robótica ha sido el leit motiv imperante en los últimos años, pero ahora las temáticas están evolucionando con los intereses sociales y se acercan más a la biotecnología o al arte ecológico. Precisamente el premio del público -otra de las novedades- tiene ese trasfondo crítico y sociológico que pocas veces se había promovido y que le falta a los otros premios.
Desde el 12 de marzo hasta el 20 de abril se podrá disfrutar de las obras ganadoras, además de varias actividades y charlas con los artífices. Una de las propuestas que esperan que tenga una mayor vinculación con el público es Experimenta VIDA, un taller familiar que contará con la colaboración de artistas premiados en anteriores ediciones como Andy Gracie, Kuai Shen y Alex Posada. Además de recorridos educativos para los más pequeños y cuentacuentos tecnológicos.
En 2012 se celebró una muestra singular en la que se hacía una mirada retrospectiva por todos los inventos premiados en la historia de VIDA. Para hacernos una idea de la majestuosidad psicológica y científica, la exposición contará con una proyección del documental homenaje. El film, rodado por José Luis López Linares, también vaga por los efectos de la vida artificial en la cotidiana. “El rodaje duró más de dos meses, pero lo más complicado fue el montaje, llevó mucho trabajo”, nos asegura López Linares. También nos ha admitido en confidencia que su obra predilecta, de todas las que ha rodado, es Hylozoic Soil de Philip Beesley y Rob Gorbet, ganadora en 2007. “Ese ecosistema envolente era magnífico, parecía que el árbol te quería abrazar, rodarlo fue precioso”.
Dotaciones generosas para los artistas
Como indica Mónica Bello, directora artística del concurso desde 2010, estos premios están entre los más generosos del panorama nacional. Los beneficiados se dividen en tres categorías: proyectos terminados, el premio del público y los incentivos a la producción para los diseños más sugerentes. Los dos proyectos sin acabar se favorecen con una dote de 8000 euros y uno de ellos se beneficiará de una residencia en Barcelona para continuar su producción dentro del departamento I+D de Telefónica.
Ruido Rojo de Kerstin ErgenzingerRuido Rojo
Esta instalación sonora e interactiva se ha hecho con el Primer Premio. “Lo que intenta reflejar es la incapacidad innata del ser humano de percibir sonidos naturales”, explica Bello. Es una estructura flotante que se mece al percibir la presencia de las personas y que emite un “sonido rojo” casi inapreciable.
Los gansos de la luna de Agner Meyers-BrandisLos gansos de la luna
El Segundo Premio es posiblemente el que mayor curiosidad despierta a los visitantes. “Es fabuloso, de fábula”, precisa la directora. Pues cogiendo como punto de partida la poesia El hombre en la luna, la artista estudia la instalación de aves migratorias en suelo lunar. El resultado es un conjunto de gansos -llamados con nombres de míticos personajes del espacio- que viven en un ecosistema antinatural, en un universo ajeno.
Fluido de nanomateriales de Yunchul KimFluido de nanomateriales
El artista coreano ha desarrollado un fluido a base de nanomateriales totalmente inédito. “Es uno de los resultados más estéticos de la muestra”, afirman en la exposición y es cierto, atendiento al “arte”, este se lleva el primer premio. Sin embargo, estos paneles ondeantes se han tenido que conformar con un muy merecido Tercer Premio. Los movimientos del fuido atiende a impulsos magnéticos y estímulos energéticos.
Centro de gastronomía genómica de Cathrine Kramer y Zachery DenfeldCentro de gastronomía genómica
¿Qué nos ocurriría si nos comiésemos cápsulas de polución del centro de Londres? ¿Y sushi fosforescente? Esta pareja de inventores realizan un estudio sociológico acerca de la parte más oscura de la industria alimentaria. El público ha votado y ha catapultado esta obra crítica a la exigente lista de los seis magníficos.
Memememe de Thiago Herson y Radamés AjnaMemememe
Los entresijos de las redes sociales y las tecnologías intimistas dan un paso más y se acercan a algo muy real. Estos dos jóvenes expertos en ingeniería software están estudiando cómo mantener una relación interactiva entre pantallas de teléfonos móviles.
La idea ha conquistado al jurado del certamen, que no sólo les ha dado el valioso cheque de 8000 euros para la investigación, sino que les ha premiado con la residencia en Barcelona. Un mes en el prestigioso departamento I+D con todos los gastos pagados para poner en funcionamiento esta idea revolucionaria.
Deambulatoria de Fernando Gutiérrez y tapeDeambulatoria
Con el cheque se han tenido que conformar los dos únicos españoles premiados en la muestra. Su bizarro ecosistema consiste en un conjunto de personajes ilustrados por Gutiérrez que se mueven provocando una agudísima sinfonía compuesta por “tape”.
Esta penetrante nana varía a través de un detector de huellas que le imprime unas características especiales dependiendo del ritmo cardiaco y respiratorio de cada persona. La pareja de virtuosos ha conseguido terminar su proyecto antes de inaugurar la exposición, algo nunca antes visto.