Nueva York, 10 may (EFE).- La ciudad de Barcelona hizo este martes en Nueva York una presentación de sus múltiples atractivos para atraer a un turismo de calidad en esta etapa postpandemia en la que la ciudad trata de ofrecer alternativas que superen la idea del turismo de masas.
En una iniciativa del consorcio Barcelona Turisme, que ha viajado antes a la costa oeste de Estados Unidos, desde Los Ángeles hasta San Francisco, responsables de la promoción turística de Barcelona se presentaron en Nueva York para promocionar la ciudad de cara al verano próximo pero con una idea de continuidad.
La presentación consistió en una cena gourmet preparada por el chef catalán Jordi Artal, cuyo restaurante Cinq Sentits tiene dos estrellas en Barcelona, ya que uno de los argumentos principales para atraer turismo era presentar la ciudad como un destino gastronómico ante los asistentes, relacionados todos con el sector turístico.
En la presentación, en la que estuvo presente Valentín Fuster, catalán afincado en Nueva York como prestigioso cardiólogo, se resaltó que Barcelona tiene múltiples atractivos para el turismo: una larga historia, un rico patrimonio arquitectónico, tradiciones, museos, famosos estadios y un “estilo de vida” que se refleja en los numerosos restaurantes, playas, mercados o vinos.
Barcelona “es el lugar perfecto para todo tipo de turista, a lo largo de todo el año”, explicó Mateo Asensio, director de Promoción de Barcelona Turismo, que fue el presentador del acto y quien iba subrayando todos los atributos con los que cuenta la ciudad condal para atraer a viajeros.
La delegación barcelonesa continuará mañana con una exposición dedicada de manera específica a la “Barcelona cultural” que incidirá en los lugares, más allá de la famosísima Sagrada Familia, que la ciudad ofrece para aquellos viajeros que quieran llenar sus viajes de contenido, como la Casa Batlló, la Fundación Joan Miró, el Moco Museun o la Barcelona Obertura, que agrupa los espacios de “música culta”.
Tras ese acto, los responsables de Barcelona Turisme tienen previsto reunirse con la comunidad LGTBQ de Nueva York para presentar también la Barcelona tolerante y festiva, con espacios “amables” para un turismo homosexual, en el que abundan personas con un alto poder adquisitivo y un elevado gasto en ocio.
Asensio explicó a Efe que la estancia media actual de un turista en Barcelona es de tres días, y con esta campaña tratan de convencer a los futuros visitantes de que la ciudad y sus alrededores (en un radio de un solo día) presentan suficientes argumentos para lograr que cualquier turista pueda quedarse hasta cinco días mientras realiza sus actividades preferidas.