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Carlos Alsina: “No es posible que el mundo se hunda todos los días”

Carlos Alsina: "No es posible que el mundo se hunda todos los días"

EFE

Madrid —

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Aunque la actualidad parezca no dar tregua, el locutor Carlos Alsina cree necesario un periodismo mesurado que huya de la emoción y que distinga lo principal de lo anecdótico, porque “no es posible que el mundo se hunda todos los días, ni que todo lo que pase en cada minuto sea el apocalipsis”.

Alsina (Madrid, 1969), que acaba de renovar en Onda Cero con un contrato de larga duración, se hará cargo a partir de la próxima temporada de toda la mañana, que hasta ahora compartía con Juan Ramón Lucas, a pesar de reconocer que tiene “más canas y más ojeras” desde que empezó a madrugar a las 5 de la mañana en 2015.

El periodista explica en una entrevista con Efe que revisará su programa, que abordará nuevos temas, tendrá otros protagonistas y apostará por géneros algo olvidados en la radio, incluida la ficción.

En cuanto al espacio cultural nocturno “La Cultureta”, hasta ahora su “único desahogo” de la actualidad, confiesa que su futuro está en el aire.

Pregunta: Acaba de firmar su renovación con un contrato de larga duración. ¿Relajado?

Respuesta: Todo lo contrario. Es verdad que te da una tranquilidad tener un horizonte claro de los próximos años, a mí y a la cadena, pero relajarse en este negocio creo que es imposible. Es ridículo, por mucho contrato que tengas; si el programa no merece la pena, la estabilidad desaparece.

Es una manera, eso sí, de poderte plantear las cosas con más perspectiva y pensar en ideas o proyectos no inmediatos, igual para dentro de dos o tres años si las cosas van bien.

P: Se puso al frente de “Más de uno” en 2015. ¿Ha cambiado desde entonces?

R: Duermo menos que antes, tengo muchas más canas, unas ojeras cada vez más pronunciadas y una vida más desordenada que hasta 2015, pero en el trabajo de cada día yo no veo mucha diferencia.

La ventaja es que ahora tengo tres años más de rodaje, de aprendizaje y creo que se ha reforzado, al menos es lo que la gente me traslada, el perfil del entrevistador.

El programa está mucho más rodado, tiene una personalidad mucho más definida que cuando empezamos hace tres años.

P: A partir de septiembre presentará el programa completo, hasta las 12:30. Hablaba de ojeras y agotamiento...

R: Una vez que empiezas, una vez que a las seis se enciende la luz roja, en ese momento te da igual hacer cuatro horas que 24, porque es cuestión de resistencia en el micrófono.

Hemos entendido que para el año que viene el desarrollo lógico del programa pasa por ampliar los temas, los protagonistas, los géneros que abordamos, también los registros del propio comunicador que lleva el programa.

P: ¿A qué géneros se refiere?

R: Hasta ahora he hecho sobre todo actualidad. El único desahogo, entrecomillas, que he tenido es “La Cultureta”, un programa tan especializado que no sabemos exactamente qué es, pero que tiene ese tono desenfadado en el que casi todos los asuntos que abordamos guardan relación con los libros, las series o las películas... Es decir, todo lo que no cabe en el programa de seis a diez de la mañana.

A partir de las diez, cuando el abanico temático se abre tanto y la posibilidad de enfocar los temas es tan libre, creo que es buena opción ampliar también los géneros que utilizamos.

Hay muchas maneras de contar las cosas, que pasan por una narrativa distinta, por el reportaje radiofónico y por la entrevista y por la encuesta y el concurso y por la ficción y por casi todo lo que podamos imaginar que ha existido en la radio desde siempre y que los que nos dedicamos a la actualidad tenemos un poco abandonados.

P: ¿Qué pasará con “La Cultureta” la próxima temporada?

R: Estamos en fase de reflexión porque los culturetas son muy celosos de su espacio y de su protagonismo. Yo no puedo hacer ya tantas cosas; entonces, no sé.

“La Cultureta” es un programa que todas las semanas está en riesgo de extinción y que siempre se salva a última hora. Me temo que terminaremos la temporada sin poder decir exactamente qué va a ser de los colaboradores. Algo haremos, o no.

Así como mi horizonte ha quedado muy estabilizado a raíz de la renovación, el horizonte de “La Cultureta” nunca quedará despejado.

P: Desde pequeño jugaba con la grabadora a ser locutor. Eso es determinación.

R: Esta es la parte más afortunada de una carrera profesional como la mía: que desde pequeño te ha divertido mucho algo y has conseguido ganarte la vida haciéndolo.

De enano era muy buen imitador. Era muy bueno haciendo los personajes de Gomaespuma, esto se lo conté a Guillermo Fesser el otro día y no me creía, pero me sabía todos los personajes y era capaz de hacer lo que hacían ellos.

Igual todo eso te sirve; de alguna manera, todo eso lo tienes dentro y te permite disfrutar más de lo que haces. Y el día que te da el bajón, que te da, sobre todo a las 5 de la mañana, que es una hora muy mala, te acuerdas de eso y dices, “¿De qué te puedes tú quejar si te ganas la vida con lo que más te divierte y con lo que siempre quisiste ganarte la vida?”.

P: ¿Cuáles son las características definitorias de Carlos Alsina?

R: Una combinación de rigor informativo, de desenfado formal y de no sé si llamarlo ironía, porque está un poco trillado esto de la ironía, pero sí de una cierta actitud distante y humorística ante la mayoría de las cosas que suceden. Es una combinación muy rara, yo creo.

P: Entre tanta confusión y confrontación, tantas noticias de última hora, ¿cómo mantener la calma en antena?

R: Creo que sabiendo distinguir lo principal de lo anecdótico, teniendo claro que mañana es otro día y que, por tanto, no es posible que el mundo se hunda todos los días, ni que todo lo que pase en cada minuto del día sea el apocalipsis.

Creo que teniendo eso claro, sabiendo poner cada cosita en su sitio, te permite tener un punto de vista sosegado sobre lo que sucede.

Yo soy el que al oyente le tiene que explicar lo que está sucediendo para que luego él reaccione como le apetezca, pero mi obligación no es tener una reacción espontánea en cuanto sé una noticia: mi reacción es enterarme bien qué es lo que estoy contando para poderlo explicar bien. Creo que cuanto más sabes de los temas, más difícil es tener una posición muy monolítica o muy categórica.

P: ¿Tenemos los periodistas parte de culpa de este desquicie?

R: (Risas) Creo que a veces nos dejamos llevar más por la opinión, la emoción y la pasión propias que por el análisis sosegado y riguroso que debemos hacer de las noticias que facilitamos, de los hechos que contamos.

Nos hemos atribuido la obligación de tener opinión sobre cualquier asunto que suceda en el mismo momento que tengamos noticia de él y claro, eso no es exactamente periodístico, es otra cosa.

P: De vez en cuando se convierte en “trending topic” en redes sociales, ¿cómo lo lleva?

R: No creo que debamos darle más peso del que realmente tiene. Hoy tienes una enorme notoriedad y eres “trending topic” y tienes que saber que, primero, eso significa que te están zumbando muchos de los que están escribiendo porque no les gusta nada lo que haces, y que otros están diciendo maravillas de ti.

Pero mañana tienes que hacer otro programa, que es el mismo pero es distinto, y no vas a ser “trending topic” todos los días, ni vas a recibir elogios todos los días ni tienes que darle tampoco mucha importancia a las burradas enormes que algunos te van a decir todos los días.

Creo que hay que tener una cierta distancia, no te digo que no haya que mirar, pero sin obsesionarse, porque es tan relativo esto de las redes...

El error es pensar que la vida sólo es eso o que eso es la realidad. Es una parte bastante pequeña de la realidad; lo que ocurre es que es una parte muy grande de la vida de los periodistas.

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