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Katrina Bayonas, la mujer que descubrió a Penélope Cruz (y a medio cine español)

Katrina Bayonas, la representante de actores más importante de España

Javier Zurro

16 de octubre de 2022 21:56 h

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Cuando Penélope Cruz recogió en el pasado Festival de San Sebastián el Premio Nacional de Cine se acordó de Bigas Luna, de Fernando Trueba, de Pedro Almodóvar, de su familia… entre las muchas personas a las que mencionó estaba Katrina Bayonas. Quizás muchos no conocieran su nombre, pero Bayonas es la gran representante del cine español desde hace décadas. A ella le debemos haber descubierto a Penélope Cruz cuando era una adolescente que deseaba ser actriz después de haberse colado en una proyección de Átame.

Katrina Bayonas siempre se ha manejado entre bambalinas, fuera de foco, pero su trabajo es fundamental para entender el último cine español. Ella es quien dirige la agencia de representación Kuranda, que no solo sigue llevando a Penélope Cruz, sino que también es quien se encarga de negociar y defender los intereses de nombres como Ana de Armas, Elena Anaya o Alba Flores. La Academia de Cine reconoce todo su trabajo este año con uno de los premios de su Homenaje a los Profesionales. Pone de manifiesto la labor de esta mujer que nació en Hereford, Reino Unido, y que mamó el cine desde muy pronto. Su padre era el director de casting de Stanley Kubrick en películas como El resplandor, y de ahí aprendió lo que luego sería la profesión en la que se consagraría. 

Cuenta la leyenda, o ella en las pocas entrevistas que concede, que decidió venir a España porque se enamoró del cine de Buñuel viendo Viridiana. Lo cierto es que con 20 años se plantó en España sin saber apenas una palabra de castellano y tras trabajar en otras cosas comenzó a llevar la prensa de películas americanas y de algunos actores. Todavía no había decidido ser representante, algo que “fue paulatino”. “Yo era jefa de prensa de cine y poco a poco los actores a los que estaba llevando sus temas de prensa me pidieron que les representara y dije ‘pero yo no sé hacer esto’. Y me dijeron, ‘da igual, lo harás mejor que nadie, aunque no lo sepas’. Y fue muy halagador”, cuenta por teléfono y reconociendo que no se siente muy cómoda con las entrevistas. 

Lo que vieron esos primeros actores a los que llevaba la prensa fue un talento innato. El de una persona que tuvo una idea que cambió su destino, y puede que el del cine español reciente, el programa Caras Nuevas, que desde finales de los años 80 elegía jóvenes talentos para revolucionar una industria que siempre apostaba por los mismos. “Mira, más que nada lo hice porque estaba un poco harta de que en aquel momento había apenas dos o tres escuelas de interpretación en España. La gente no estudiaba. Ser actor era contar bien un chiste y ser actriz tener el cuerpo maravilloso y punto. Y entonces decidí que había que hacer algo y empecé Caras Nuevas”, cuenta.

Para presentarse a este casting había que cumplir una condición, tener al menos dos años de formación. Fue a Caras Nuevas donde se presentó Penélope Cruz, que siempre cuenta que tuvo que insistir tres veces hasta que Katrina Bayonas le dijo que sí. Bayonas se acuerda perfectamente. “¿Cómo no me voy a acordar?”, lanza y rememora la primera vez que vio a Penélope. 

La representante había elegido la escena que tenían que interpretar los candidatos, y confiesa que no acertó: “Era el primer año y yo elegí la misma escena para todos. Y era una escena de Casablanca, y ahí estaba Penélope haciendo el personaje de Ingrid Bergman con 13 o 14 años. No tenía nada que ver. Entonces le dije, ‘me he equivocado, esa escena no es para ti. Vete y vuelve con una escena más apropiada para tu edad’. Volvió e hizo una escena que era una improvisación. Y yo dije que no, que eso era un ejercicio de clase, que eligiera una escena y viniera y la hiciera con una pareja”. 

El trabajo es la clave del éxito de cualquiera y Penélope, efectivamente, es enormemente trabajadora, y sin esto hubiera sido solo una chica guapa y talentosa

Katrina Bayonas Representante de actores

Fueron tres veces, pero desde el primer momento vio “que tenía un talentazo impresionante”. Solo hacía falta que le dieran “el material para poder hacer un buen trabajo, y a la tercera ya no hubo ninguna duda”. Desde entonces Penélope Cruz nunca se ha ido de su lado. El mundo de los actores y actrices se parece al de la liga de fútbol, y tener a una estrella en tu equipo de representados es fundamental. Cruz se ha mantenido fiel a su descubridora. Bayonas destaca de ella el trabajo, porque tiene claro que “el trabajo es la clave del éxito de cualquiera y Penélope, efectivamente, es enormemente trabajadora, y sin esto hubiera sido solo una chica guapa y talentosa, pero dudo mucho que hubiera llegado a estar donde está ahora”.

Aquella elección cambió la vida de ambas. El éxito de Penélope Cruz no fue inmediato, sino poco a poco, pero a Katrina Bayonas le “abrió las puertas de par en par, en todo el mundo”. “Pero ten en cuenta que eso fue muy paulatino, no fue que llegara a Kuranda y ala, ya está. Penélope tardó dos años en hacer su primer trabajo. Hasta llegar a su Oscar pasó mucho tiempo y de hecho acuérdate que hizo La quinta marcha, en televisión, y me acuerdo que sobre aquello lo hablamos mucho, sobre si le convenía o no hacerlo”, explica Bayonas. 

Cree que es fundamental que entre el representante y el representado haya una relación de confianza para recomendarle sobre determinados papeles, pero “en el caso de Penélope ella es muy suya y hace lo que ella intuye que debería de hacer”. Un instinto que ha hecho que a veces no coincidieran sobre sus elecciones, aunque siempre desde el respeto y esa confianza que las ha mantenido tan unidas décadas después.

No tiene la fórmula secreta para acertar, aunque está claro que algo tiene su instinto que sigue funcionando. Las nuevas generaciones de actores y actrices también pasan por Kuranda. Ricardo Gómez, Eneko Sagardoy, Manu Ríos, Miguel Bernardeau, Giorgina Amorós, Bruna Cusí, Itsaso Arana… en todos ha visto algo. Para ella, “un buen actor es aquel que no solo me emociona a mí, sino a todo el mundo que le ve”. “El actor es quien nos conecta con nuestros propias emociones a través de su emoción. Nos conecta con lo que nos pasa a nosotros. Y entonces, cuando un actor me emociona o me hace reír o me hace sentir, eso es lo que a mí me indica que es bueno”. Ni más ni menos.

No soy infalible. Probablemente he rechazado actores que han resultado ser buenísimos y he confiado en un actor que después me decepcionó. Seguro que sí

Katrina Bayonas Representante de actores

Son elecciones muy emocionales, y por tanto está segura de que a veces se habrá equivocado. “No soy infalible. Probablemente he rechazado actores que han resultado ser buenísimos y he confiado en un actor que después me decepcionó. Seguro que sí”, asegura sin decir nombres. Es consciente de cómo ha cambiado la industria. Las plataformas han traído más trabajo, y sabe que Instagram es, actualmente muy útil para un intérprete: “Evidentemente, si tienes millones de seguidores eso va a ser un atractivo para que una productora te contrate, porque ya tienes un público para tu producto. Ha cambiado muchísimo. Es mucho más fácil por un lado y más complicado por otro”.

Lo que también tiene claro es que el mejor proyecto no es el que mejor paguen, y que es fundamental saber negarse: “Es superimportante saber decir que no, pero no solo es cuestión de dinero, es esencial el proyecto y el personaje. Si no conviene al actor, pues hay que decir que no; y si el proyecto y la persona que hay detrás sí le conviene, aunque no pague bien, pues muchas veces hay que decir que sí”. Palabra de Katrina Bayonas.

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