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El director español del que probablemente no hayas oído hablar y que arrasa en China

Oriol Paulo en el estreno de 'Durante la tormenta' en España

Francesc Miró

Cuando se estrenó en nuestro país, Durante la tormenta pasó desapercibida a ojos de la taquilla. A pesar de contar con la distribución de Warner Bros y llegar a exhibirse en nada menos que 236 cines, el tercer largometraje de Oriol Paulo no logró superar la barrera de los 300.000 euros en recaudación. Cayó un 40% la semana siguiente a pesar de contar con el festivo del puente de la Constitución y no consiguió remontar.

Tras varias semanas de exhibición, al cierre anual de la taquilla, la película había alcanzado la suma de 779.000 €, muy lejos de los 19 millones de Campeones o los diez de Superlópez pero también de comedias de presupuesto limitado como Que baje Dios y lo vea o La tribu.

El pasado fin de semana, el título se estrenaba en China y recaudaba en sus dos primeros días de recorrido nada menos que 2,62 millones de euros, lo que la convertía en la tercera película más vista de la taquilla del país por detrás de Dumbo. Poco más de 48 horas en el país asiático bastaron para superar con creces todo lo que consiguió la película en salas españolas a lo largo de su vida comercial. ¿Lo más sorprendente? Que no es la primera vez que una película de este mismo director triunfa allí. Oriol Paulo ya fue el responsable de todo un fenómeno con su anterior película, Contratiempo.

Internet, ese extraño aliado

En 2017, Contratiempo, el segundo largometraje de Oriol Paulo tras El Cuerpo, llegaba a salas chinas. Se trataba de un thriller protagonizado por Mario Casas, Bárbara Lennie y José Coronado que aquí no había gozado de una recepción crítica positiva pero que había funcionado bastante bien en taquilla -medio millón de espectadores y séptima película más taquillera del año-. Su director estaba a un mes de iniciar la preproducción de Después de la tormenta, que también producía Atresmedia Cine, cuando llegó a las salas asiáticas. Pero el fenómeno venía de lejos.

La película había generado un fenómeno cultural inaudito en internet. Era una de las más descargadas del año y había generado una conversación en redes sociales sin precedentes para tratarse de un título español.

Aquello puso a trabajar a las distribuidoras chinas, que no quisieron quedarse al margen del prodigio sin sacar tajada. Así que la estrenaron por todo lo alto: Contratiempo se pudo ver en 7.000 pantallas de China, sin que las descargas ilegales restasen efecto al lanzamiento. Amasó casi 26 millones de dólares, según Box Office Mojo, y se convirtió en una de las películas más taquilleras del año en el gigante asiático. Pocos puestos por debajo de La La Land y por encima de películas como la adaptación de Assassin's Creed o Arrival, una de los títulos de ciencia ficción más importantes de la última década.

“Es difícil saber como funciona el mercado chino”, explica Oriol Paulo a este periódico en una entrevista telefónica, “pero he de confesar que tenía un poco de miedo porque Contratiempo tenía un fanbase muy fuerte”. El realizador se encuentra actualmente en China, acompañando su tercer largometraje durante la promoción, participando en coloquios y presentándolo a lo largo y ancho de la república popular. “De hecho, aquella se estrenó aquí porque llevaba más de un millón de descargas y era una película supercomentada. Durante la tormenta no contaba con nada de eso”.

A su anterior película, las descargas ilegales le vinieron bien puesto que facilitaron su estreno en cines. Sin ese millón de clics ilegales, la película no hubiese despertado la curiosidad en el despacho de ningún agente y no se hubiese visto en pantalla grande. Es más, es probable que tampoco lo hubiese hecho este nuevo largometraje.

“Aunque con Durante la tormenta no teníamos esa fanbase previa, contábamos con el aval del éxito de Contratiempo”, cuenta el realizador catalán, “de hecho tras el fenómeno de aquella, se acordó la distribución de esta tan solo con el guion en las manos”, describe como si no terminase de creerse el asunto. Esta vez, sin embargo, señala que al volver ha “notado que hay como más aceptación. La película está en más salas, en más sitios, la gente habla mucho de ella...”.

Esta vez la red no ha sido su valedora. De hecho, ha jugado en su contra a pesar de estar disponible online y dentro de la legalidad. La película se estrenó en Netflix el pasado 22 de marzo. “Eso ha condicionado mucho el estreno en China”, comenta Paulo. “No soy ningún experto en el mercado asiático pero sí sé que la fecha de estreno no era la más óptima para ellos. Es una pasada la cantidad de estrenos importantes que coinciden ahora”.

En este caso, “el tema Netflix influye en la piratería: la copia pirata saltó una semana después y por eso hemos estrenado ahora. No les hizo ninguna gracia”, cuenta. Con todo, nada ha impedido que Oriol Paulo lo haya vuelto a hacer y este pasado fin de semana, una película que pocos españoles vieron en nuestros cines, ha arrasado en China.

Un plot twist, el ingrediente imprescindible

plot twist,La primera película de Oriol Paulo, El cuerpo, narraba la historia de un cadáver desaparecido en una morgue. Hugo Silva y José Coronado se las veían con trama llena de giros y piruetas que, en última instancia, se revelaba de lo más eficaz gracias a un final sorpresa al más puro estilo M. Night Shyamalan.

Contratiempo

repetía el modus operandi con la historia de un joven y exitoso empresario -Mario Casas- que una noche despertaba en la habitación de un hotel junto al cadáver de su amante y era acusado del asesinato. Y de nuevo, la estructura narrativa delegaba parte de su poder a un giro final que jugaba un papel fundamental.

“Reconozco que Contratiempo es una película mucho más juguetona en ese sentido, su trama es puramente un ejercicio de lógica”, describe el director.

“Creo que Durante la tormenta juega a otra cosa aunque no termina de desentenderse de esto porque la estructura formal de mis películas juega casi siempre a lo mismo”, opina.

Sin embargo, según él, esta vez lo que puede haber seducido al espectador asiático es otra cosa: “El elemento emocional aquí en China sí que está enganchando a la gente. En el 100% de las proyecciones me preguntan si los dos protagonistas acaban juntos. Están muy obsesionados con saber eso”, bromea.

Lo cierto es que, con respecto a la arquitectura de sus guiones -todos firmados siempre por él mismo y la guionista Lara Sendim-, algo hace que el espectador asiático pique mientras que el español no preste especial atención.

“Sí veo que el espectador chino es muy activo con respecto al visionado, que ve la película muy dispuesto a darle vueltas”, describe el realizador. “Ya me pasó con Contratiempo, y ahora con Durante la tormenta igual: noto que le dan muchas vueltas, que preguntan mucho. Y mis pelis van un poco de eso”.

Mercados distintos, tradiciones distintas

No existe una fórmula que explique punto por punto qué hace que las películas de este realizador triunfan lejos de nuestras fronteras, mientras aquí siguen sin pasar sin pena ni gloria. Pero Paulo lleva dos películas que se han convertido en un fenómeno casi de culto a más de 8.000 kilómetros de distancia de su casa.

Es difícil decir si hay algún caso parecido al contrario porque hasta las salas españolas llegan muy pocas películas chinas y asiáticas en general. El ecosistema de la distribución cinematográfica es radicalmente distinto, las salas se dirigen a un público potencial mucho menor -1.300 millones de habitantes es un nicho muy grande-, y es muy raro que se den fenómenos como el de Oriol Paulo a la inversa.

A nivel asiático, se puede debatir si existe aún el culto suficiente al thriller surcoreano que asegura que las películas de Park Chan-wook o Bong Joon-ho lleguen a nuestras salas, o si la animación japonesa mueve a suficientes espectadores al cine. Pero el cine chino sigue siendo escasísimo: ni realizadores tan laureados como Jia Zhang Ke o Zhang Yimou tienen seguro su hueco en la cartelera.

“No sé por qué ocurre esto pero hay un factor que puede afectar”, nos dice Oriol Paulo. “El espectador chino está acostumbrado a las películas en versión original, todas se estrenan así”, cuenta, “y eso puede ser algo que facilite llegar activamente la público”.

Sin embargo, el realizador lamenta que “en España las salas en versión original son minoritarias y en este sentido hay algo que dificulta que las películas extranjeras puedan viajar más libremente porque tienen el mercado condicionado por el doblaje”. Sea como fuere, lo que está claro es que nadie es profeta en su tierra. Y que Oriol Paulo parece ser más comprendido por el hablante chino que por el hispano.

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