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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Colección Carmen Thyssen: el acuerdo que parecía imposible

Madrid —

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Madrid, 29 ene (EFE).- Más de una década, una decena de ministros y muchas horas de negociaciones. Uno de los culebrones más largos del arte español, el acuerdo por la colección de Carmen Thyssen, se ha saldado hoy con un acuerdo “in extremis” tras su enésima prórroga.

Carmen Thyssen y el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez-Uribes han sellado hoy viernes un acuerdo por 6,5 millones de euros durante 15 años.

Entre los cuadros que incluye el acuerdo se encuentra el “Mata Mua” de Paul Gaugin, la joya de la colección que la baronesa sacó de España en pleno estado de alarma y poniendo en jaque las negociaciones.

El acuerdo llega en una de las enésimas prórrogas que ambas partes habían acordado y que se han ido sucediendo durante más de una década. En total, cerca de diez ministros, el primero de ellos Mariano Rajoy cuando era ministro de Cultura, habían tratado de atar la colección pero había sido imposible.

Muchos de ellos estuvieron a punto de hacerlo, pero en el último momento la baronesa siempre se echaba para atrás. Fue el caso de Ángeles González-Sinde, que estuvo a punto de alcanzar un acuerdo cuando era ministra y frenar la venta de otra de las joyas de la colección, “La exclusa” de John Constable.

“Hicimos todo lo posible para encontrar un acuerdo”, pero cuando parecía que lo había conseguido, se echó para atrás y vendió el cuadro en una subasta, dijo la ministra en una entrevista con Efe el año pasado. Por eso, no le ha sorprendido lo que pasó con el “Mata Mua” y con los otros tres cuadros que la baronesa se llevó del museo madrileño en pleno estado de alarma.

No fue la única ministra que lo intentó. Otros, como la actual vicepresidenta Carmen Calvo, cuando era ministra de Cultura en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, también estuvo a punto de conseguirlo, pero tampoco hubo manera.

Esta actitud, “esa especie de chantaje constante”, que no se da con ningún otro coleccionista, es “su práctica habitual” en las negociaciones, dijo la exministra entonces.

También estuvo a punto de alcanzar un acuerdo José Guirao poco antes de su cese. El acuerdo era por 7 millones de euros durante 15 años y la condición de que el precio pagado en ese periodo (unos 100 millones) se restara de una posible venta posterior, siempre con el “Mata Mua”.

La pandemia y su cese dieron al traste con las negociaciones y hubo que empezar de nuevo. Entre medias, la baronesa se llevó cuatro cuadros durante los meses que el museo estuvo cerrado el año pasado por la crisis sanitaria.

Lo hizo gracias al silencio administrativo del propio Ministerio de Cultura, que Guirao, exdirector del Reina Sofía y gran conocedor de los entresijos del sector de las bellas artes, había conseguido frenar meses antes.

La baronesa siempre ha pedido una compensación por ceder una colección que inicialmente prestó por 10 años al Estado en 1999, y que se había ido prorrogando sucesivamente desde 2011 de forma gratuita.

Las obras se encuentran depositadas en el Museo Thyssen, que se encarga de su mantenimiento y de parte de los seguros de la colección, que cuenta también con una garantía de estado -un aval del Gobierno-.

Sobre la negociación siempre han planeado cuestiones relacionadas con Hacienda y la familia Thyssen. La baronesa, al tener establecida su residencia fiscal en Andorra, tiene que pasar una serie de días al año allí y siempre reivindicó que tanto ella como su familia debían poder pasar más tiempo en España, ya que aquí tenía que atender asuntos relacionados con sus museos.

La situación de la colección ha cambiado mucho durante el largo proceso de negociación. El préstamo inicial de la colección era por más de seiscientas obras, pero a lo largo de estos años la baronesa ha sacado casi doscientos cuadros, algunos los ha vendido y otros han ido a parar a sus nuevos museos en Málaga y Sant Feliux de Guíxols (Girona).

La colección que ahora permanece en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza junto a la de su marido, que sí es propiedad del Estado y nunca se marchará, incluye obras de maestros como Rodin, Matisse, Caneletto o Renoir, entre otros muchos grandes nombres de distintos periodos de la historia del arte.

Todavía quedan muchos flecos por saber de la negociación, como qué movilidad tienen las obras -la baronesa siempre ha pedido total libertad para prestarlas-, pero por el momento la colección se queda, al menos por 15 años, y “Mata Mua” volverá de su exilio.

Por Celia Sierra