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Lo que cuentan los huesos guanches: dedos de costurera y marcas de pastores

Lo que cuentan los huesos guanches: dedos de costurera y marcas de pastores

EFE

Santa Cruz de Tenerife —

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Los huesos guanches “cuentan” el sexo, edad y estatura de los aborígenes, una media de 1,71 centímetros en varones y 1,58 en mujeres, superior a los europeos de la época.

También hay marcadores que desvelan su actividad: el “paso del montañero” en los pastores y los “dedos de costurera” que tenían las trabajadoras de la piel, según Mercedes Martín Oval, técnico superior del Instituto Canario de Bioantropología, dependiente del Cabildo de Tenerife, explica en una entrevista a Efe.

“Lo que cuentan los huesos” es el título del taller que se imparte a escolares para que aprendan todo lo que revela el estudio de los restos óseos aborígenes.

Entre otros aspectos, los huesos ayudan al estudio macroscópico de los individuos analizados: su edad, estatura, robustez, actividades físicas más frecuentes, enfermedades y los remedios utilizados para curarlas, mientras que las técnicas químicas desvelan la dieta, qué comían y si estaban bien nutridos.

“Podemos saber muchísimas cosas de los guanches a partir de los huesos”, indica Mercedes Martín Oval, quien precisa que se aplican técnicas como la radiografía, el escáner e incluso endoscopias en las momias para no desenvolverlas y estudiar su interior.

En los huesos quedan registrados los marcadores de actividades no esporádicas, sino repetidas a lo largo de muchos años y que dejan su huella, como el llamado “paso del montañero” en el fémur, un indicio de que el individuo caminaba por el campo, en terrenos desiguales, y que se podía dedicar al pastoreo.

También en los huesos quedan marcadores de actividades como la recolección de frutos, los trabajos agrícolas y el denominado “dedos de costurera”, que aparece en los dedos pulgar e índice de la mano de las mujeres al dedicarse a trabajar la piel para la vestimenta.

Uno de los proyectos del Museo de la Naturaleza y el Hombre, en el que está integrado el Instituto Canario de Bioantropología, es precisamente el de esclarecer el papel femenino en la población guanche, algo que no se especifica en profundidad en las crónicas de la época con excepciones.

La estatura media de los guanches era bastante superior a la de los europeos de la época -los castellanos tenían una media de 1,60 metros- pero Mercedes Martín ha estudiado huesos de aborígenes que pudieron medir más de 1,80 en Tenerife.

Sin embargo, prosigue la especialista, según se apliquen nuevas técnicas se revelarán datos “que ahora no conocemos” porque “queda muchísimo por hacer, estamos casi en pañales y tendríamos que comparar qué sucede entre distintos yacimientos de diferentes zonas de Tenerife, entre las distintas islas y qué sucedió en la población pre-europea durante el contacto con los conquistadores.

Aunque parezca que en este ámbito “ya está todo” hecho, hay muchas cuestiones por investigar de los aborígenes “y el futuro nos va a deparar sorpresas”, pues hay que estudiar conceptos como el de la “distancia biológica”, para determinar a nivel genético el grado de parentesco entre individuos de yacimientos próximos y lejanos, e incluso la procedencia de los animales que convivían con ellos.

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