El detective de arte urbano (y sus 10 mejores casos)
En el año 2000 Guillermo de la Madrid se topó con unas obras callejeras de Eltono y Nuria Mora en el barrio de Lavapiés. Fue una revelación. Un encuentro feliz entre alguien que pretendía convertir la ciudad de manera altruista en un lugar más estético, frente a un espectador en potencia que necesitaba otro tipo de experiencia visual, sin esperar nada a cambio, y sin haberlo pedido.
De la Madrid, desde entonces no ha parado de documentar las obras que se va encontrando en las aceras y en las paredes de los edificios: “Se convirtió en casi una obsesión y desde entonces no salgo de casa sin la cámara”. En su blog, Escrito en la pared, va actualizando las obras de arte que descubre en sus paseos. En el 2012 fundó, junto a Diana Prieto, Madrid Street Art Project; plataforma desde la que lanzan “safaris urbanos” (rutas guiadas para conocer obras de arte urbano) y que acercan esta práctica a las aulas de los institutos de secundaria a través de charlas, talleres con artistas o de los propios safaris.
Es un detective más, aunque de los de mayor actividad. De esos que persiguen, localizan y archivan grafitis y otras disciplinas de arte urbano, mirando de reojo, oculto tras una gabardina, en la esquina de la calle. En MSAP son una mezcla de amantes del arte, de paseantes curiosos y de defensores de la libertad cultural. Se alejan del tópico del skater que escucha Blink 182 y viste como un alevín de los Houston Rockets. Acuden a diario, lo quieran o no, a esa sala de exposiciones 24/7, donde tú no vas a ver obras de arte, sino que ellas van a ti. Creadores sin filtros que no trabajan en una sola dirección; ni todos hacen arte decorativo, ni todos obras de intencionalidad política. No son únicamente “espectadores casuales” de este arte de exteriores. Son unos apasionados.
El arte contemporáneo ha captado la estética del arte urbano, y el interés del sector privado y público ha mostrado una actitud muy distinta a la de hace unas décadas. Se organizan festivales de arte urbano, se compran y exponen obras callejeras, las galerías empiezan a fichar a talentos que estaban, hasta ahora, fuera de circuito. Por fin se pueden ganar la vida con su creatividad, y no tener que ocultarse en la clandestinidad y en la noche.
Aun así, la discusión de legalidad/ilegalidad continúa sobre la mesa. El propio Guillermo de la Madrid tiene sus dudas: “¿Legalizar el grafiti o el arte urbano? No lo sé. No soy artista pero tengo la sensación de que la cosa no puede ir mucho más allá del estatus actual de convivencia de arte ilegal con iniciativas legales. ¿Cómo lo legalizamos? ¿Qué se permite y qué no? ¿Quién decide? ¿Vale todo? ¿En cualquier soporte? Muy complicado”.
Mientras se siguen organizando eventos relacionados con el arte urbano, cada vez más masificados, existen apasionados como De la Madrid que confían en seguir descubriendo pequeñas obras de arte en cualquier esquina, detrás de una farola, bajo una ventana, encima de una alcantarilla: “Me preocupa que los grandes murales eclipsen el origen del arte urbano y de muchos de esos artistas: esa actividad cotidiana que llena tu ciudad de pequeñas piezas casi clandestinas, que cualquier ciudadano puede encontrarse por sorpresa. El que esté presente ese componente de calle me parece fundamental para apreciar el arte urbano”. Nos recomienda diez obras de arte urbano que describe brevemente con sus propias palabras.
Sus recomendaciones
1. Eltono, Madrid. Este gran mural supone, en cierta medida, el retorno de Eltono a Madrid, ciudad en la que vivió y trabajó durante años durante la década pasada. Personalmente, era lo que le faltaba por tener en esta ciudad, una especie de cierre, de regreso necesario.
2. Sam3, Barcelona. Conocí el trabajo de Sam3 en Madrid hacia 2006. En Madrid tiene tres grandes murales junto al Manzanares y otro más reciente en Villaverde, pero este de Barcelona me gusta especialmente. Encontrar piezas de artistas que te gustan en ciudades que no son la tuya siempre es especial.
3. Rosh333, Madrid. Esta pieza de Rosh reúne muchos de los componentes que me gustan del arte urbano: adaptación de la pieza a un espacio concreto, escondido en una pequeña calle de Lavapiés, realizada in situ, más allá de que la propia imagen y su convivencia con el espacio sea ya de por sí especial.
4. Blu, Madrid. Durante mucho tiempo, entre mis deseos en cuanto a arte urbano estuvo el que hubiese una pieza de Blu en Madrid. Hubo que esperar hasta 2010. A día de hoy hay tres piezas suyas en Madrid, esta de la ribera del Manzanares es la segunda.
5. Muros Tabacalera, Madrid. A día de hoy, es el proyecto fetiche de Madrid Street Art Project: En mayo de 2014, 32 artistas con un vínculo de algún tipo con la ciudad de Madrid realizaron 27 intervenciones sobre el perímetro exterior el edificio de Tabacalera. Esperamos poder renovar los muros en 2016. Mientras tanto, se pueden visitar en la calle Miguel Servet y la Glorieta de Embajadores.
6. E1000 y Pablo S. Herrero, Salamanca. Uno de los resultados del primer gran taller de Madrid Street Art Project con alumnos de Secundaria fue este mural en el que los dos artistas trabajaron mano a mano con chicos y chicas de entre 14 y 17 años.
7. Nuria Mora, Madrid. Con este gran mural, Nuria Mora se alejó un poco del centro de Madrid, haciendo una de las piezas más grandes y espectaculares de las que se pueden ver en la capital.
8. Escif, Valencia. La capital del Turia es un lugar espectacular para el arte urbano, y Escif uno de los artistas más potentes y productivos de la ciudad. Para esta selección podría valer este Jaque Mate, pero también muchas otras de sus piezas.
9. Erica Il Cane, Girona. Esta es la pieza de Erica Il Cane que más me gusta de entre las que hay suyas en España. Un mural enorme realizado dentro del festival Milestone pero hecho teniendo muy en cuenta la historia y la mitología de la ciudad. El contexto es importante al fin y al cabo, aunque es algo que no siempre se tiene en cuenta dentro de los festivales de arte urbano a día de hoy.
10. Malarko y Julieta, Valencia. A veces las fotos recogen no solo la pieza sino también el momento, el contexto, y todo ello se junta para enriquecer un disfrute del arte urbano que va más allá de simplemente lo que los artistas han hecho. Me encanta esta pieza de Malarko con Julieta pero la foto aporta también algo más.