A un año del 500 aniversario de la caída del Imperio Azteca a manos de los españoles, el Festival de Cine de Tribeca aborda la repercusión de la conquista y dominación que perdura en el México actual con el documental híbrido “499”, que expone la violencia incrustada en la sociedad a la vez que revive la figura del conquistador.
“Creo que de cierta manera (el conquistador) es un fantasma que existe en la cultura mexicana, es un fantasma que vive en los pasillos de la sociedad mexicana. Se ha transformado pero persiste”, explicó a Efe el joven cineasta mexicano-estadounidense Rodrigo Reyes, responsable de la cinta.
Aunque “499” compite en la muestra neoyorquina en la categoría de documental, lo cierto es que la película mezcla realidad y ficción, entrelazando duros testimonios de asesinatos y violaciones con un recorrido por territorio mexicano de un conquistador que ha viajado en el tiempo hasta el presente.
La figura histórica recorre la misma ruta que siguió Hernán Cortés hasta llegar a la capital del Imperio, Tenochtitlán, pasando por Veracruz, la Sierra Madre, el Altiplano y el Paso de Cortés.
A cada paso, el documental introduce desgarradores testimonios de asesinatos de periodistas y policías, amenazas de bandas armadas que fuerzan a jóvenes hombres a emigrar y asesinatos y violaciones de niñas indefensas.
Crímenes muy presentes en la realidad actual de México, y que Reyes vincula con el pasado colonial del país no para recordar con rencor la crueldad del imperio español, sino para establecer la relación e intentar trazar un futuro mejor.
“De alguna manera no puedes solo hablar del pasado, sino que tienes que hablar del pasado de acuerdo con el presente, las necesidades del presente y lo que imaginas para el futuro. Sin eso la historia solo acaba en propaganda”, explicó el cineasta, nacido en Ciudad de México pero que se trasladó con su familia a EE.UU. a los 6 años.
En cierta forma, apunta, “un país es como una persona, con una trayectoria de salud emocional”. Si hay un trauma, dijo, “hay que resolverlo de alguna manera atendiendo a los problemas de hoy”.
Ese, opinó, es el gran reto al que se afronta México: “Es muy cómodo decir 'nos pasó esto', el estar enfrascados en esta situación histórica y hablar del drama y la epopeya pero sin hacer una conexión que te exija actuar a día de hoy. Creo que todos los países tienen esos fantasmas que hay que exorcizar”.
Para Reyes, siempre se ha “manipulado” la llamada conquista de México: “Se ha utilizado el momento histórico para justificar muchas cosas, para construir una identidad nacionalista en México, e incluso ahora se esta utilizando ahora para pedir disculpas a España”.
“En realidad, el gran tema es que si esto pasó hace cinco siglos, ¿por qué seguimos repitiendo en distintas formas la misma violencia? Para mí esa es la conversación que no ha ocurrido y la pregunta que no se ha contestado y lo que a mí me interesa”, arguyó.
A lo largo de los cerca de 90 minutos de filme, la figura del conquistador, interpretada por el actor Eduardo San Juan Breña, muestra momentos puntales que parecen reflejar arrepentimiento por su parte, un aspecto que, como confesó el director, generó mucho debate entre el equipo de producción.
“Desde mi punto de vista, creo que si no le damos lugar a un victimario a reflexionar y escuchar entonces estamos diciendo que los seres humanos estamos atrapados y no vamos a transformarnos”, señaló Reyes, que apuntó que “gran parte del proceso (de sanación) es el diálogo, el saber escuchar, los testimonios, el decir la verdad”.
“El acto de escuchar a la victima es superimportante y quería que el personaje hiciera ese proceso”, agregó.
Aunque el Festival de Cine de Tribeca en su formato tradicional ha quedado pospuesto al otoño y se está celebrando solo una versión en línea, Reyes subrayó la importancia de que se presente en esta muestra la cinta.
“Es un espacio con un reconocimiento internacional muy fuerte y ademas Tribeca se ubica en una de las sedes culturales del planeta que también se ha beneficiado mucho del colonialismo” tanto económico como militar, dijo sobre Nueva York.
“Creo que es un buen espacio para que esta conversación sea cosmopolita, para que la película hable a todo el planeta, a todo el mundo, porque todos tenemos estos fantasmas”, zanjó.